Ar-Pharazôn
Raza o especie: Hombre de Númenor
Nacimiento: 3118 SE
Muerte: 3319 SE
Padres: Gimilkhâd
Casado con: Tar-Míriel (Ar-Zimraphel)
Grupos: Reyes de Númenor
Objetos: Alcarondas
Otros nombres: Tar-Calion
Hombre de Númenor, nacido en el año 3118 de la Segunda Edad, hijo de Gimilkhâd. Ar-Pharazôn era, por tanto, nieto de Ar-Gimilzôr y sobrino de Tar-Palantir. A la muerte de su tío en el año 3255 de la Segunda Edad, usurpó el trono de Númenor, gobernando durante 64 años, hasta su muerte, en la Caída de Númenor, en el año 3319 de la Segunda Edad. De esta manera, Ar-Pharazôn se convirtió en el vigésimo segundo Rey de Númenor y vigésimo quinto Gobernante de Númenor.
Cuando, en el año 3255 de la Segunda Edad muere su tío, Pharazôn se casa por la fuerza con la legítima heredera del trono, su prima Míriel, única hija de Tar-Palantir, contraviniendo así las leyes de Númenor, que prohibían los matrimonios entre parientes más próximos a los primos en segundo grado. De esta manera, Tar-Calion (como era su nombre en quenya) se convierte en el Rey de Númenor, adoptando para sí el título de Ar-Pharazôn, mientras que a su esposa la llamó Ar-Zimraphel.
En la Tierra Media, mientras tanto, el poder de Sauron iba en aumento, llegando a amenazar los puertos e intereses Númenóreanos. Cuando Ar-Pharazôn supo que, además, Sauron pretendía ser el Rey del Mundo, su ira y ambición le cegaron, pues creía que el único Rey del Mundo era él mismo. Por este motivo, ordenó que se construyeran barcos y se preparara un gran ejército, y cuando todo estuvo a punto, en el año 3261 de la Segunda Edad, Ar-Pharazôn se embarcó al frente de la poderosa flota.
Tras el desembarco en Umbar, el ejército de Númenor avanzó al encuentro con el enemigo y Ar-Pharazôn envió a sus heraldos ante Sauron, exigiéndole que se rindiera y le jurara fidelidad. Y ante la grandeza y la fuerza del ejército de Númenor, Sauron pareció acobardarse y se rindió ante el Rey de Númenor. De esta manera, en el año 3262 de la Segunda Edad, Sauron llegó como prisionero a Númenor.
Gracias a su facilidad para las mentiras y el engaño, Sauron se convirtió pronto en el consejero del Rey y Ar-Pharazôn, convencido por el Maia, acabó venerando a Melkor, culto que se extendió al resto de su pueblo. Sin embargo, un grupo de Númenóreanos (llamados los Fieles de Númenor) continuaban siendo amigos de los Elfos y fieles a los Valar, y se agruparon en torno a Amandil, Señor de Andúnië, hasta que éste fue destituído por las artimañanas de Sauron. Nimloth, el Árbol Blanco de Númenor, fue cortado, y en su lugar se construyó un templo con una gran cúpula de plata, en cuyo centro se ubicaba un altar en el que se hacían sacrificios humanos en honor a Melkor. Y entonces los Númenóreanos observaron que cada vez había más tormentas y aumentaban las enfermedades, tanto del cuerpo como de la mente, y los Hombres envejecían y sus vidas se acortaban.
Pero Sauron, no contento con todo lo que había logrado, le dijo a Ar-Pharazôn que los Valar ocultaban las Tierras de Aman a los Hombres para negarles la inmortalidad y que el Rey de Númenor no podía permitir que ese derecho le fuera negado. Y entonces, en el año 3310 de la Segunda Edad, se comenzó la construcción del Gran Armamento, la mayor flota construída hasta el momento. Y Amandil partió entonces hacia Valinor, para pedir ayuda y consejo a los Valar, pero nunca más se supo de él. En el año 3319, cuando la flota estuvo terminada, Ar-Pharazôn embarcó en su gran nave, que llamó Alcarondas ("Castillo de Mar") y zarpó hacia las Tierras de Aman. Tras 39 días de viaje, el ejército de Númenor pudo desembarcar cerca de Túna, donde establecieron sus campamentos.
Pero entonces Ilúvatar decidió castigar la insolencia y la arrogancia de los Hombres y retiró para siempre las Tierras Imperecederas de las esferas del Mundo. La flota de los Númenóreanos fue tragada por las aguas, Ar-Pharazôn y el ejército que acampaba con él fueron sepultados bajo las colinas que se derrumbaron y la gran isla de Númenor se hundió para siempre en lo más profundo del mar. Sólo Elendil, sus hijos y los Fieles que les acompañaban lograron escapar del desastre y llegar a la Tierra Media.