Raza o especie: Mujer de los Adan
Nacimiento: 473 PE
Muerte: 499 PE
Padres: Húrin y Morwen
Casado con: Túrin Turambar
Hermanos: Túrin Turambar y Lalaith
Grupos: Casa de Hador
Otros nombres: Níniel
Mujer Adan de la Casa de Hador, nacida en el año 473 de la Primera Edad, hija de Húrin y de Morwen, hermana de Túrin y de Lalaith. También fue conocida como Níniel, que en sindarin significa “Doncella de las Lágrimas”.
Después de la Nirnaeth Arnoediad, Morwen siguió viviendo en Dor-lómin pese a que los Orientales se habían hecho dueños de las tierras de los Edain de la Casa de Hador. Se dice que tanta era la belleza y tan alto el porte de la esposa de Húrin que los invasores del Este la tenían por una bruja y por ello Morwen no fue molestada por ninguno de ellos. Sin embargo la madre de Túrin vivía aislada y sin recursos y tras enviar a su hijo a Doriath, a inicios del año 473 P.E., dio a luz a una niña a la que llamó Nienor (nacida en este mismo año, en el cual Túrin llegó al reino de Melian). Thingol envió mensajeros a Morwen para que acudiera a la seguridad de sus dominios pero la esposa de Húrin era orgullosa y decidió permanecer en el que era su hogar (pues tan sólo envió a su hijo al reino del bosque por temor a que los invasores lo tomaran cautivo).
Nienor, por tanto, vivió en una tierra invadida y bajo la sombra del poder de Morgoth y con los años crecía en belleza, pues era alta y tenía los ojos azules y los cabellos dorados, y no fue hasta que en el año 494 P.E. parte con su madre hacia Doriath aprovechando que el poder de Morgoth había sido refrenado por las hazañas de Mormegil (uno de los nombres con que fue conocido Túrin). En el reino élfico del bosque fueron recibidas por Thingol y Melian, y allí fueron tratadas con grandes honores mas aún Nienor no había podido conocer a su hermano Túrin pues cuando llegaron éste había partido tiempo atrás y nadie tenía noticias de su paradero. Al año siguiente llegaron a Doriath las noticias de la destrucción de Nargothrond, y los supervivientes que buscaron refugio en el reino de Thingol aseguraron que el que se hacía llamar Mormegil no era otro que Túrin, hijo de Húrin, más tras el desastre nadie sabía qué había sido de él. Por ello Morwen decidió partir en búsqueda de noticias acerca de su hijo y Nienor tuvo que disfrazarse de soldado junto a la escolta de su madre, pues ésta no quería que la acompañara a tan peligroso destino. Ya descubierto el engaño y cuando estaban cerca del Narog Glaurung, el Gusano de Angband, atacó a la compañía y Nienor se separó de ella al perderse en los vapores levantados por la bestia.
Sola y sin caballo logró encontrar el camino de regreso a Amon Ethir, pues allí esperaba encontrar a Mablung, mas no era el señor elfo quien allí estaba pues en su lugar se encontró con el dragón que le clavó su maléfica mirada en la hija de Morwen. Nienor fue hechizada y olvidó todo lo que sabía, tras lo cual Glaurung regresó a Nargothrond. Morwen se había perdido y cuando Mablung regresó se encontró con que Nienor no hablaba ni se movía pues estaba ciega e inmóvil por el hechizo del dragón, y con gran pena por lo sucedido la condujo hacia Doriath junto con otros tres compañeros supervivientes al ataque de Glaurung. Conforme se fueron acercando al bosque Nienor fue recuperándose poco a poco hasta que cerró los ojos y se echó a dormir, sin embargo los Orcos les atacaron cerca de la frontera de Doriath y la hermana de Túrin huyó aterrorizada al ver a estas viles criaturas. Los elfos de Mablung persiguieron y mataron a todos los Orcos pero no fueron capaces de encontrar a Nienor pues esta corría como una gacela y durante su huida sus vestidos se desgarraron hasta que quedó desnuda, y por más que la buscaron no la pudieron encontrar pues había huido hacia el norte, internándose en los bosques, hasta que quedó desfallecida por el esfuerzo tras el cual se quedó dormida.
A la mañana siguiente recuperó el conocimiento pero no recordaba nada de lo sucedido y ni siquiera recordaba cómo se llamaban las cosas, y caminando con mucha precaución se internó en el bosque de Brethil. Una noche una gran tormenta sorprendió a Nienor y esta se echó sobre el túmulo de Naudh-en-Elleth donde fue encontrada por Túrin, que había salido para dar caza a los Orcos. Corría el año 496 P.E. y el hijo de Húrin, que también había sido hechizado por Glaurung (y que por además desconocía que aquella mujer era su hermana) la acogió y la llamó Níniel, la Doncella de las Lágrimas, y se dice que esta fue la primera palabra que Nienor pronunciara y por ello se convirtió así en el nombre con que fue conocida en adelante por los Hombres de Brethil.
Al día siguiente fue llevada a Ephel Brandir y se dice que al llegar a Dimrost (“la Escalera Lluviosa”) sintió un escalofrío premonitorio, si bien en ese momento no supo el porqué de aquella extraña sensación (de hecho este lugar fue más tarde conocido como Nen Girith, “El Agua Estremecida”, a causa de los posteriores acontecimientos que allí tuvieron lugar). Níniel enfermó a causa de las fiebres y las mujeres del bosque cuidaron de ella y la enseñaron de nuevo a hablar. Brandir, Cacique de los Haladin, consiguió curarla y con el tiempo se enamoró de ella pero para ese entonces el corazón de Níniel ya pertenecía a Túrin. Su hermano también se enamoró de ella y la pidió en matrimonio, pero Níniel retrasó su respuesta y Brandir intentó convencerla para que no se casara con Turambar revelándole que en realidad era Túrin, el hijo de Húrin, pero Níniel no reconocía este nombre pues una sombra cubría aún su mente.
Finalmente, ya en el año 498 P.E., Turambar volvió a pedir a Níniel en matrimonio y ésta aceptó, casándose a mitad del verano en medio de grandes celebraciones. Pero no todo podía ser felicidad para la pareja ya que la maldición de Morgoth pronto daría sus frutos, y por ello los Orcos volvieron a atacar Brethil obligando a Turambar a partir a la guerra con su famosa Espada Negra (y por este motivo supo Glaurung que Túrin seguía con vida, y planeó nuevos males).
En la primavera del año 499 P.E. Níniel concibió y por ese entonces llegaron al bosque los rumores de que el Gusano de Angband había salido de Nargothrond y que se dirigía hacia Brethil. Turambar decidió partir para enfrentarse al dragón y Níniel decidió partir tras él acompañada por las gentes de su pueblo. En otro sitio se cuenta cómo Túrin logró herir de muerte a Glaurung, pero aquí diremos que cuando Níniel se acercó a Cabed-en-Aras (que era el lugar donde ambos adversarios se habían enfrentado) se encontró con que su amado yacía inerte al lado del engendro de Morgoth, y al verlo pensó que estaba muerto. Pero en ese instante Glaurung, que aún seguía con vida, liberó a Níniel del hechizo que le lanzara y esta recuperó la memoria y reconoció a su hermano Túrin. La locura y la angustia invadieron su corazón y su mente porque ahora se daba cuenta de todo lo que en realidad había sucedido. Fue entonces cuando se lanzó a la carrera en dirección al borde de Cabed-en-Aras para arrojarse a las revueltas aguas del río Teiglin y se dice que desde entonces nadie, ni persona ni bestia, se volvió a acercar a ese lugar donde ni siquiera los árboles crecieron; y desde estos acontecimientos el lugar pasó a llamarse Cabed Naeramarth, “el Salto del Destino Espantoso”
Cuando el cuerpo de Túrin fue enterrado en el túmulo de Cabed Naeramarth se labró una inscripción bajo su nombre en la que se podía leer: “Nienor Níniel”, pero la verdad es que el cuerpo de Nienor no estaba allí pues nunca fue encontrado.
Fuentes: