Hubo otros Teleri que también se quedaron atrás: los amigos de Ossë, que se habían enamorado de las costas de la Tierra Media y no deseaban partir. Estaban liderados por Círdan y se establecieron en las ciudades de Eglarest y Brithombar. Éstos fueron conocidos como los Falathrim o Elfos de las Falas (costa) y aunque estrictamente no eran parte del Reino de Eglarod aceptaban a Thingol como su Rey. También hubo pequeños asentamientos de Teleri en Nevrast y Hithlum, pero no llegaron a formar reinos. Y todos estos Elfos (junto con los de Eglador) fueron conocidos como Sindar o Elfos Grises.

Ante el retorno de Morgoth, Thingol y Melian hacen uso de su magia para crear un cinturón de seguridad alrededor de Eglador, de forma que nadie podía entrar sin el permiso del rey (la cintura de Melian). A partir de entonces fue conocido como Doriath (La tierra de la valla).

El lenguaje de los Sindar se separó del Telerin común por el distanciamiento que éstos sufrieron de sus parientes. Para cuando los Noldor llegaron a Beleriand, la diferencia entre ambos idiomas era tan grande que ya no se entendían mutuamente. Durante la Segunda y la Tercera Edad, el Sindarin se convirtió en la Lengua Noble, en el idioma que los Elfos utilizaban a diario para comunicarse en la Tierra Media. El Sindarin también fue adoptado para uso diario por parte de los Númenóreanos y de alguna manera sobrevivió en los reinos en el exilio de Gondor y Arnor. El Sindarin incluso llegó a sustituir al Quenya como lengua utilizada por los Noldor, en ciudades como Gondolin, aunque el Quenya sobrevivió como un lenguaje de conocimiento.

Y aunque técnicamente son contados entre los Eldar, los Sindar nunca llegaron a Valinor, pero es cierto que aceptaron la invitación y emprendieron el Gran Viaje. Los Sindar usaban para referirse a ellos mismos el término "Edhil" (Elfos, plural de Edhel) y cuando los seguidores de Olwë se marcharon a Amann dejándolos atrás, se llamaron a sí mismos Eglath, "los abandonados".