Balar

Situación: sur de Beleriand en la Bahía de Balar

Época:

Otros nombres:

GEOGRAFÍA.

Isla ubicada frente a las costas de Beleriand, al sudoeste de la bahía homónima. Situada a poco más de 100 kilómetros de las costas de Arvernien. La isla, de 3500 kilómetros cuadrados, tenía forma de huso, y era completamente llana excepción echa de unas pequeñas colinas en el sur. Era el resto de aquella que originalmente transportó a los Elfos a Aman, la que posteriormente se conoció como Tol Eressëa, cuando encalló en la bahía de Balar.

HISTORIA.

Desde el momento en que la isla encalló en la bahía, el Maia Ossë la tomó bajo su protección y la bendijo con sus frecuentes visitas. Este echo hace suponer que algunos Elfos que no realizaron el viaje al Reino Bendecido, habitasen ya la isla antes de la Primera Edad. Es probable que los Falathrim explotasen su riqueza en perlas durante toda esa edad y estableciesen algunos pequeños puertos. Después de la Dagor Bragollach, Turgon construyó algunos poblados en la isla, a pesar de que la mayoría de los refugiados de Gondolin se establecieron en los Puertos del Sirion, y se dice que desde esos puestos se fletaron algunas de las infructuosas expediciones a Aman, en recabo de ayuda por parte de los Valar.

Sin embargo la verdadera época de (efímero) esplendor de la isla comenzó en el año 472, tras la caída de los puertos élficos de Falas. Los exiliados, bajo la guía de Círdan, se establecieron en la isla e iniciaron una intensa actividad con sus vecinos de Arvernien. Tras la muerte de Turgon en el 510, Gil-Galad fue proclamado en la isla como Rey supremo de los Noldor y allí estableció su morada, y es posible que fuese también el astillero y punto de partida del viaje de Eärendil hacia Aman, aunque este hecho no está confirmado. (Puede que lo hiciera desde los Puertos del Sirion, como así reza la canción de Bilbo Bolsón).

Cuando los Valar hicieron finalmente oídos al ruego del Marinero, el pueblo de Balar abandonó la isla que sucumbió, como casi toda Beleriand, en el cataclismo posterior a la Guerra de la Cólera, en el año 583, último de la Primera Edad.