Un Hobbit contra Hollywood

Un increible reportaje acerca de un intento que hubo de traspasar la obra de Tolkien al mundo del cine, pero que no conto con el apoyo de mucha gente, entre ellos el propio Tolkien. No os perdais la sensacional labor recopilativa que nuestro amigo Aldo he llevado a cabo para crear este fenomenal reportaje.


UN HOBBIT CONTRA HOLLYWOOD

Nos encontramos, creo que todos en mayor o menor grado, excitados ante la filmación en tres partes (no usaré la palabra trilogía que tanto disgustaba al Maestro) de la adaptación de una de las mejores novelas escritas en el pasado siglo, objeto de nuestro culto y devoción.

Como todos sabéis (y si no, ya lo sabéis) no es esta la primera aproximación que a la obra de Tolkien ha hecho la industria cinematográfica. Será sin embargo, la primera vez que actores reales y efectos digitales recreen con éxito, lo de la inspiración y fidelidad al texto es otra historia, nuestra maravillosa y ancestral Tierra Media. El hecho de que el profesor enmarcara su novela en tan variados ambientes; de la verde campiña de la Comarca al yermo de Gorgoroth, pasando por las galerías de Moria, el bosque de Fangorn o las imponentes Montañas Nubladas... y sobre todo, la profusión de criaturas tan fantásticas como los Orcos, Trolls, Ents o los entrañables Hobbits, hacían de ESDLA una empresa difícil de abordar por el cine convencional sin realizar una versión chapucera, por no decir chusca, del texto original. Es pues comprensible que los anteriores acercamientos al trabajo del Profesor se hiciesen en formato de animación.

Arthur Rankin Jr y Jules Bass realizaron al alimón sendas versiones de "El Hobbit" y "El Retorno del Rey" en 1977 y 1979 respectivamente. Con un reparto de lujo en el que Orson Bean prestó su voz a Bilbo, John Houston a Gandalf y Roddy Mac Dowall a Frodo, el tratamiento que se dio a los escritos estaba claramente enfocado hacia un público infantil y por ahí ambos filmes cojeaban ligeramente. Son dos películas meritorias, encantadoras si se quiere, aunque carentes, a mi juicio, de la enorme carga emotiva que aportan los originales.

Otra cuestión diferente fue la famosa y polémica versión de Ralph Baskhi. Sin entrar a valorar sus debes y sus haberes, solo quisiera resaltar el hecho que los que vamos ya para mayores (sobre todo Gwaihir), recibimos la "Llama Imperecedera" en el momento en que nos enfrentamos a una pantalla grande que nos ofrecía el más maravilloso espectáculo que nuestros jóvenes ojos hasta entonces jamás habían visto. En cualquier caso, al gran artículo escrito por la anteriormente mencionada rapaz y publicado en "elfenomeno" os remito en caso que queráis conocer más en profundidad los entresijos de aquella, comercialmente fallida, versión.

Pero no fue aquel el primer proyecto que a propósito de ESDLA se había elaborado en Hollywood. 20 años antes, hubo una seria tentativa de realizar una versión, también animada, de la famosa, aunque por aquel entonces no tanto, novela. Y en esta primera tentativa estuvo involucrado, aunque de manera indirecta, el propio Tolkien.

A mediados de 1956, apenas unos meses después de que se acabase de editar por completo ESDLA, el profesor es contactado por sus editores, Allen & Unwin, para comunicarle que una compañía norteamericana estaba dispuesta a adaptar la novela al cine. El profesor, sin embargo, estaba ya algo escamado y en guardia. En noviembre la BBC había empezado a emitir una versión radiada de ESDLA en la cual los iluminados de turno, léase guionistas, habían cometido fechorías de gran calado (como por ejemplo afirmar que Baya de Oro era hija de Tombo y quedarse más anchos que largos) que no le habían hecho, como es lógico, ninguna gracia al verdadero "padre" de Baya. No obstante, Tolkien, que podría ser según sus propias palabras un ser antisocial, pero que no dudo que era un buenazo, se prestó a guiar y dar consejo a Terence Tiller, el productor del serial, en toda suerte de aspectos y circunstancias de la novela y sus personajes, tales como sus perfiles, sus acentos, etc... En este contexto es cuando recibe la llamada de sus editores comentándole el proyecto que se venía preparando desde Los Ángeles.

En 1956, Tolkien estaba a punto de dejar su cátedra y jubilarse. Las molestias óseas, y la necesidad de tiempo para trabajar en lo que para él era su obra magna "El Silmarillion", le hacían plantearse seriamente esta posibilidad, lo que implicaba una merma considerable en sus ingresos, ya de por sí no demasiado grandes. Afortunadamente, su novela estaba empezando a funcionar, poco a poco, y los primeros y sustanciosos cheques empezaron a ingresar en su cuenta corriente. Cheques por otra parte, que si bien le ayudaban como es lógico, tampoco le permitían tumbarse a la bartola a verlas venir. Bueno, lo que quiero decir con esto, tenga o no justificación, es que a el Maestro le gustaban mucho los peniques, quizás solo superados en afecto por las libras esterlinas... Así que cuando recibió la noticia del interés de Hollywood por su novela torció el gesto para sí, pero de cara a la galería mostró una afabilidad y predisposición iniciales sorprendentes en alguien tan crítico a propósito de su propia obra.

Mientras, al otro lado del atlántico, en plena efervescencia de la Pelvis y el Rock and Roll, el señor Forrest Ackerman, ejecutivo a sueldo de diferentes compañías (entre las cuales estaban la Warner, la RKO y la Disney) se ponía manos a la obra y comenzaba la preproducción de lo que iba a ser la versión en largometraje de ESDLA. Una vez que se desechó por inviable, tanto técnica como económicamente, la posibilidad de filmar con actores reales, se decidió por abordarla en formato de animación, presumiendo que la Disney se haría cargo de la producción. Así, durante el verano, junto con un equipo de animadores, se dedicaron a recorrer los USA de norte a sur, de este a oeste, con el objeto de localizar los mejores escenarios o los que más se adecuasen a la obra de Tolkien. Como era inevitable, las Rocosas pretendían ser las Montañas Nubladas, el Valle de la Muerte Mordor, las campiñas de Nueva Inglaterra la Comarca, las extensiones boscosas de Montana Fangorn, Lorien o el Bosque Viejo, las Everglades de Florida la Ciénaga de los Muertos, y así todos los topicazos a los que nos tienen acostumbrados los sobrinos de Tio Sam. Al mismo tiempo, encargó a un equipo de dibujantes, a cuya cabeza se encontraba un tal Ben Solares, bocetar algunas de las fotografías de paisajes, y comenzar a perfilar los personajes. Lo cierto es que el equipo de Solares hizo un excelente trabajo. Inteligentemente, supieron captar el espíritu del libro y no cayeron en la tentación fácil de copiar el estilo Disney. Todo lo contrario, se basaron para realizar sus bocetos en el trabajo y estilo de Arthur Rachkman, posiblemente el mejor ilustrador de la historia, autor por ejemplo de los famosos dibujos de la edición de 1907 de "Alicia en el País de las Maravillas"...Solo hay que comparar su "Señor Conejo" con el de la película de Disney y queda dicho todo...Finalmente, se encarga la elaboración del guión un individuo que respondía al nombre de Morton Zimmerman.

Meses después y de nuevo en Inglaterra, Tolkien se reúne con sus editores y se muestra claramente a favor del proyecto. Todavía no había leído el guión y solo se sabe que será en dibujos animados. Un poco (bastante) molesto por el tratamiento que de su obra hizo la BBC, admitiendo que no era la ideal para ser llevada al teatro, y mucho menos al serial radiofónico, el Profesor quiere creer que una versión animada podría hacer justicia a su creación. Así, el 19 de junio de 1957 escribe a su editor y amigo Rayner Unwin y entre otros temas toca el de la película. "...En lo que a mí concierne personalmente, me gustaría la idea de hacer una película de dibujos animados, con todos los riesgos de la vulgarización; y eso del todo aparte del resplandor del dinero, aunque, al borde del retiro, ésa no es una posibilidad desagradable. Creo que la vulgarización resultará menos penosa que la estupidización lograda por la BBC..." De estas notas deducimos que la preocupación pecuniaria del Maestro era considerable, aunque como más tarde veremos, su inmenso sentido común (después de todo, no era más que un Hobbit grande) se impuso a su interés económico.

Pasado el verano, Tolkien es galardonado con el International Fantasy Award (IFA) en la Decimoquinta Convención Mundial de ciencia-ficción. El profesor recibe el premio con cierto desdén, solo preocupándole la repercusión publicitaria que le pudiese reportar, y rápidamente vuelve a su smial en Oxford. Es allí a donde se desplaza el flamante ejecutivo Ackerman con todo su séquito. El 4 de noviembre son recibidos por Tolkien en su casa. La comitiva hace gala del tradicional horterismo de los yanquis. Para un venerable profesor de Oxford, la exuberancia norteamericana es solamente sinónimo de mal gusto, especialmente en las mujeres, que se presentan embadurnadas de maquillaje de cena de gala a media mañana. La reunión se desarrolla sin sobresaltos, pero en ella el sagaz Tolkien empieza a vislumbrar el despropósito que se avecinaba, sobre todo al hojear por primera vez el tratamiento de Zimmerman. No obstante su inevitable flema británica y su exquisita educación le hacen encajar ese primer crochet a su amor propio sin pestañear. Un primer comentario, sin duda realizado sin haber leído el guión con profundidad (posiblemente el Maestro abriría una página a voleo y se habría encontrado tal distorsión que no se atrevió a abrir el libreto hasta unos días después, una vez recuperado del soponcio) quedó plasmado en su carta a Unwin, fechada el 7 de septiembre, en el cual el hombre se muestra por una parte apaciblemente resignado ante la producción o moderadamente esperanzado si se quiere, sobre todo por la posible repercusión comercial en el propio libro en sí; pero por otro lado, Tolkien ya le apunta alguno de los temores que le empezaban a invadir respecto al tratamiento de su texto. "...La película sería agradable y tendría quizá gran valor publicitario, pero el actual guión es [...] una general degradación. [...] A la menor provocación, la gente va de aquí para allá montada en un águila..." Como se puede ver, la eterna lucha interés-intereses ya estaba planteada en su persona, tal y como expresa unos días después, concretamente en una carta fechada el 11 de septiembre, a su hijo y su nuera. "...El guión [...] de hecho era malo. Pero parece que el negocio ha de llevarse a cabo. Stanley Unwin y yo hemos llegado a un acuerdo acerca de nuestra política: Arte o dinero contante y sonante. Ambos términos muy provechosos, a decir verdad; o el veto absoluto del autor de rasgos o alteraciones objetables".

Así que pasaron los meses, y entre cátedras, conferencias, doctorados "honoris causa", y lecturas público-privadas con sus camaradas "Tintillas", Tolkien se leyó el guión del inefable Zimmerman. Como comentario personal me gustaría apuntar que si yo fuese el autor de ESDLA y cayese en mis manos algo semejante, me tendrían que ingresar en urgencias por acceso agudo de rabia o por tremenda meningitis. Pero gracias a Eru la flema pudo a la pasión y el profesor Tolkien permaneció en este mundo unos cuantos años más, además, regalándonos en sus epístolas valiosas nociones del concepto visual que tenía de su propia fantasía, y de paso, dándole un rapapolvo al señor Zimmerman en particular, y a la industria de Hollywood en general, por esa irritante tendencia que tenía (y tiene) a caer en los tópicos más manidos, en la poca profundidad y en la absoluta vulgaridad.

El 8 de abril de 1958, Tolkien escribe de nuevo a Unwin. En esta carta refleja ya una honda preocupación por el poco rigor aplicado a su obra. De nuevo aparece la preocupación económica, lo que le fuerza a ser político, y guardarse sus indignados comentarios para sí y sus allegados, pero si que, en este caso, se muestra alarmado con lo leído. El profesor reconoce su ignorancia en lo que a producción de cine concierne, y como hombre sabio que era, acepta que el lenguaje cinematográfico no es el literario, y que por tanto cuestiones como la fotografía, los diálogos, el ritmo, requieren otro tratamiento, incluido la supresión o modificación (razonable) del texto original. Pero de ahí a la violación sistemática del libro media un enorme trecho, y eso es lo que el señor Zimmerman, que dicho sea de paso porque si no reviento no tenía nada que ver con Bob Dylan, hizo. La verdad es que Zimmer se salió... convirtió a Radagast en un águila, a Boromir en Borimor, a La Comarca en el Vicente Calderón, a Tom Bombadil en guardabosques, a Cebadilla en el conserje de la Pensión de la Chelito, a Faramir en un ovni y así hasta llegar al colmo de las aberraciones; si los pobres orcos ya son aberrantes en sí mismos, imagináoslos con picos y plumas... ¡Pa´ méar y no echar gota! Resumiendo, que el tal Zimmerman más que escribir un guión lo perpetró con premeditación, alevosía y a la luz del día... Aunque no hay mal que por bien no venga...

De acuerdo con su editor, Tolkien escribió una carta al señor Forrest Ackerman explicándole, con rigor y seriedad pero con un sentido del humor latente en muchos de sus comentarios, los "contras", porque pocos "pros" encontró, al tratamiento del bueno de Morty. Vuelvo a tomarme la licencia de citar al Maestro en sus comentarios más lúcidos y sagaces a los disparates que iba leyendo línea tras línea.

Conociendo la soberbia de los yanquis, Tolkien ya advierte en el primer párrafo lo importantes que son sus apuntes al respecto. "...Seriamente, espero que alguien se tome la molestia de leerlo." Para lanzar a continuación el primer dardo. "Si Zimmerman y/u otros lo hacen, quizá se irriten o se ofendan por el tono de muchas de mis críticas. Si es así, lo siento (aunque no me sorprendería). Pero les pediría un esfuerzo de imaginación lo bastante intenso como para comprender la irritación (y en ocasiones el enfado) de un autor que se encuentra, de modo creciente a medida que avanza, conque su obra ha sido tratada en general con descuido, con imprudencia a veces y en ningún momento con signos de respeto por lo que todo pueda significar..." Pero no nos perdamos algunos de los comentarios a temas en concreto del guión en relación con el libro.

-Parece ser que la fiesta de cumpleaños de Bilbo se iba a convertir en algo parecido a un partido de la máxima. "¿Por qué el despliegue de fuegos artificiales incluye banderas y hobbits? No figuran en el libro. Banderas ¿de qué?..."

-Gandalf fue tratado de tal manera, que bien pudiese haber sido partener de Jack Lemmon, de Walter Mattau o de ambos en "El regreso de la extraña pareja". "...Gandalf ¡Por favor! No debe farfullar. Aunque parezca quisquilloso a veces, tiene sentido del humor y adopta una actitud algo avunculada en relación con los hobbits; es una persona de elevada y noble autoridad..."

-Que al tío Zimmer le iban las águilas estaba claro, o era un ornitólogo amater o un patriota empedernido porque a la que te descuidas ¡Aguilazo en toda la frente! Y claro, lo que era un recurso utilizado hábilmente por Tolkien, no solo en ESDLA, sino también en "El Hobbit" y en "El Silmarillion", aquí se convierte en una excusa para pasear la pluma por doquier. "Las Águilas [...] las he utilizado con moderación, y ese es el límite absoluto de su credibilidad [...]. Que una gran Águila de las Montañas Nubladas se pose en la Comarca es absurdo; [...] vuelve increíble la captura de Gandalf [...] y estropea la narración de su huida." Más adelante, ya exasperado comenta. "Otra vez las águilas. ¡Nueve caminantes y de inmediato suben por el aire! Siento que esto es un manoseo inaceptable del cuento." Además, el amigo Zimmer se empeña en bautizar a Gwaihir con nombre de mago, a lo que Tolkien le replica "Radagast no es un nombre de águila, sino de mago; en el libro se suministran varios nombres de águilas" Más o menos insinuando que se leyese el libro a fondo, que está feo adaptar un libro habiéndolo ojeado por encima solamente.

-La consecuencia de tanta águila era una lógica reducción del espacio temporal, algo que no le cuadraba al Maestro que describió con mucho cuidado los ciclos estaciónales, precisamente para establecer un marco razonable en el tiempo y encajar allí su trama.

-Otra lindeza fue presentar a Tombo como el propietario del bosque. Como tal, parece ser que libró del sauce al pobre Merry a insultos. "Tom Bombadil no es el propietario de los bosques, y nunca haría una amenaza semejante...¡Viejo bribón! Este es un buen ejemplo de la tendencia general de reducir y bajar el tono al de un cuento de hadas más infantil."

-El Poney Pisador se convierte en un hotel en toda regla, con registro, número de habitaciones, servicio de idems, etc... cosa que al profesor no le gustaba lo más mínimo, y que además carecía de sentido en un mundo sin administración, ni burocracia. "¿Porqué habría de registrarse Frodo? ¡Si no hay policía ni gobierno!"

-Este es uno de los errores más flagrantes del guión. La huida de Bree se realiza de noche. Es algo inaceptable porque como bien escribe... "Abandonar la taberna por la noche [...] se basa en una concepción errónea de los Jinetes Negros, que ruego a Zimmerman que reconsidere. El peligro con que amenazan es [...] consecuencia del miedo irracional que inspiran. No tienen gran poder físico [...] pero lo que tienen y el miedo que inspiran se acrecientan enormemente en la oscuridad [...] Es lo último que hubiera hecho Aragorn"

-En la cima de los vientos, los Nazgûl, que basan su terror en su silencio, se lían a berridos. Frodo se pone el anillo pero ¡milagro! Sam le ve; si no, no se explica que sepa que Frodo ha sido herido, que se lance en su defensa cuchillo en ristre y que libre a su amo de una media estocada trasera, desprendida y en todo el muslo. Además, y esta si que es buena, ¡la acción transcurre en pleno día!

-El colega se pasó con Rivendel también lo suyo, en vez de un valle lo convierte en bosque, además resplandeciente como Lorien. Una de las cosas que más desagradaba a Tolkien era la tendencia que tenía el guionista a anticipar los acontecimientos, en este caso como en el de las águilas. Era un auténtico meapilas. "Rivendel no era un bosque de tenue resplandor. Esta es una desdichada anticipación de Lorien (que de ningún modo se le asemejaba)"

-Otra perla. El balrog le salió charlatán, jovial y dicharachero y le replica de la siguiente manera. "El balrog nunca habla ni emite ningún sonido verbal en absoluto. Sobre todo no se ríe ni se mofa. Puede que Zimmerman piense que sabe más de balrogs que yo, pero no puede esperar que esté de acuerdo con él.

-Se ve que Zimmi visitó disneylandia antes de leer el guión, porque así se ventila Lorien: Un espectáculo espléndido. Es la casa de Galadriel, una reina de los Elfos. Delicados capiteles y minúsculos minaretes de feérico color se entretejen hábilmente para formar un hermoso castillo. Por cierto, que omite la tentación de la Dama, con lo que despoja a la historia del contenido moral. Aquí, la indignación de Tolkien llega a un grado muy alto, y es ciertamente duro en su comentario."Creo que de por sí esto es deplorable, y por momentos impertinente. Por favor ¿Ha de conceder Z algún respeto a mi texto, cuando menos a las descripciones que son evidentemente fundamentales para el tono general y el estilo de mi libro? En ninguna circunstancia aceptaré ese tratamiento de Lorien, aun si Z personalmente prefiere las hadas minúsculas y las cursis baratijas del cuento de hadas convencional moderno"

Ciertamente, ya hemos comentado tanta cantidad de desparramos que citarlos todos nos puede amargar la noche, así que resumiendo, aparte de los anteriormente mencionados Pájaros-Orcos, otras de las cantadas sonadas del guión son el tratamiento de los Lembas, desprovistos de su simbolismo místico, de su utilidad argumental, y rebajados al orden seudo científico al denominarlos "Concentrado alimenticio", aparece Cuernavilla pero no hay Abismo de Helm por ningún lado, ubica escaleras inexistentes en Isengard y como colofón Saruman se suicida, algo totalmente inexplicable en alguien tan corrupto, con un perfil de degradación que le hace aferrarse a la vida desesperadamente, algo, en principio, extraño para un Maia como él era.

La herejía cometida por Morton Zimmerman era algo demasiado para un hombre que cada día recibía decenas de cartas de admiradores que sentían un genuino apego por su obra, y que deseaban profundizar de manera cabal en ella. Cuando remata su carta, Tolkien ya tiene muy claro que de ninguna de las maneras va a permitir semejante agravio. Finalmente, se despedía en los siguientes términos. "...me es totalmente inaceptable, como totalidad y en sus detalles: ESDLA no puede ser manoseado de ese modo."

Si he de ser sincero, y tras meditar sobre lo leído, no me quedaron más ganas de investigar cual fue el destino de la producción. Los detalles del destino, diría, porque éste fue claro. La película jamás se realizó, Allen & Unwin jamás cedieron los derechos a Rackman, Tolkien se aseguró ante notario que la Disney jamás adaptaría su obra (aunque lo intento de nuevo en los setenta, pero sin fortuna ya que los derechos estaban en propiedad de Saúl Saentz, accionista de Tolkien Enterprises y productor ejecutivo de la versión de Baskhi y de la trilogía) y los fans quizás le debamos otro favor al maestro. Estoy orgulloso que primase en él, finalmente, el interés de salvaguardar la integridad de su obra por delante del meramente financiero. Todo un Hobbit frente a Hollywood. Porque el panorama pintaba oscuro para tan gran historia si finalmente llega a caer en manos de semejantes desaprensivos. Afortunadamente Eru no lo quiso así, y tenemos ante nosotros la esperanza de que alguien haga justicia al mejor libro del siglo XX. No importa si Tombo está de vacaciones, o si Arwen aparece por Helm y pega un par de sablazos. Lo que importa, lo que yo creo que se mantiene, es el espíritu de la novela, y es que a mí, aparte de sus contenidos, lo me cautivó de ESDLA es su espíritu, que pasó a mí ser del mismo modo que pasó a muchos de vosotros y que pasará al resto no más os hayáis sumergido completamente en sus páginas.