Melkor, desde el principio de la creación de Eä, quiso dominar o destruir lo que hacían los otros Valar, pervertirlo, y según su criterio, mejorarlo. Por eso dañó y quemó numerosas partes de Arda y destruyó por dos veces la fuente de luz creadas por los Valar: las dos grandes Lámparas de los Valar y los Dos Árboles de Valinor, Telperion y Laurelin. Ante esta situación, Los Valar hicieron la guerra numerosas veces contra el Vala caído, siendo Melkor por dos veces atado con la cadena Angainor, la primera, durante tres edades, pero la última, por toda la eternidad, al ser derrotado totalmente en la Guerra de la Cólera y ser expulsado al Vacío Intemporal a través de las Puertas de la Noche.
Sin embargo, según la Segunda Profecía de Mandos, incluida en La Formación de la Tierra Media y siguientes volúmenes posteriores de la Historia de la Tierra Mediase habla de cómo Morgoth logrará liberarse finalmente de la Cadena Angainor y romper las Puertas de la Noche; en donde lo habían arrojado, y salir para atacar a Arda y a los Valar, y, como objetivo principal, destruir el Sol y la Luna.
Sauron recuperará su poder (ya que había sido destruido) y ya no necesitará al Anillo Único y se levantará con todo su poder, muy aumentado, como lugarteniente de Morgoth, acompañado posiblemente de sus sirvientes los Nazgûl.
En esta última batalla, Eärendil se reunirá en las explanadas de Valinor con Manwë, Tulkas, Oromë, Eönwë, Túrin y Beren, y el resto de los Valar y todos los pueblos libres de la Tierra Media, Elfos, Enanos y Hombres, e incluso Ar-Pharazôn y su flota, serán sacados de su prisionero sueño en las Cavernas de los Olvidados. Todos ellos batallarán contra Melkor, Sauron y sus ejércitos de Orcos, y demás bestias.
Se dice en la profecía que Tulkas se enfrentará en singular combate contra Melkor, pero será finalmente por la mano de Túrin Turambar, blandiendo su espada Gurthang, como Melkor encontrará su fin, ya que la espada reclamaría venganza por la familia de su amo (recuérdese que Morgoth había maldecido a la familia de Túrin Turambar) y Gurthang, atravesará el corazón negro de Melkor, causándole así su fin.
Una vez sucedido esto, las montañas Pelóri se derrumbarán (ya sea resultado de la batalla o por la falta de necesidad de éstas, ya que fueron erigidas como murallas para la tierra de Valinor) y Arda será destruida. De esta manera, los Silmarils serán recuperados. Fëanor será soltado de su cautiverio en las Estancias de Mandos y su misión será hacer lo que no quiso antes de la Primera Edad: entregarle los Silmarils a Yavanna y revelar el secreto para abrirlos, y así permitir que la luz y la vida regrese a los Dos Árboles de Valinor.
Luego de esto, una nueva música de los Ainur será cantada en coro con los hijos de los Hombres, pero no se dice qué pasará con los Ainur ni con los Elfos. Este tema será conocido como Arda redimida. Con esta nueva creación termina la Historia de Arda. Se desconoce si el destino de las viejas razas o del viejo mundo, estarán en el nuevo. Sin embargo, los Enanos creen que después de la Última Batalla, ellos ayudarán a su dios, Mahal (Aulë), a reconstruir Arda.
Aunque Mandos lo profecitara, los Ainur no saben nada del segundo mundo o la Segunda Música, aunque si saben que la Segunda Música será mayor que la Primera.
En la versión publicada de El Silmarillion, el libro terminaba con el relato del viaje de Eärendil el Marinero, pero esto fue una decisión editorial de Christopher Tolkien.
El final de El Silmarillion, tal y como estaba en los escritos de J.R.R. Tolkien, terminaba con una profecía de Mandos sobre la Dagor Dagorath, a menudo llamado “El Final”. La pista a esta profecía la encontramos al final del Akallabêth, donde Ar-Pharazôn y su inmenso ejército fue enterrado bajo colinas derrumbadas, encarcelados en las Cuevas de los Olvidados hasta “la Última Batalla y el Día del Juicio Final”
Christopher Tolkien quitó la profecía de El Silmarillion basado en una versión de 1958 del Valaquenta en el que su padre escribió que ninguna de las profecías de Mandos había declarado si los daños a Arda serían reparados alguna vez (Christopher Tolkien adoptó esta versión y lo usó para cerrar el Quenta Silmarillion). Considerando esta ultima referencia, Christopher asumió que la Dagor Dagorath había sido eliminada también. Más tarde reconoció su sorpresa al encontrar nuevas referencias y una nueva versión (en el cual Beren también vuelve de la muerte para la batalla final) escrita después del pasaje del Valaquenta.
La versión publicada de El Silmarillion contradice la Segunda Profecía en varios puntos. Mientras que la Segunda Profecía declara explícitamente que los Elfos y los Valar serán renovados después de la Dagor Dagorath y que el destino de Hombres es desconocido, El Silmarillion declara que los Hombres participarán en el canto de la Segunda Música, y que el destino de los Elfos es desconocido, y nada es mencionado del destino de los Valar.
Este contradicción se produce porque la versión publicada de El Silmarillion usa versiones posteriores del Quenta Silmarillion (incluidos en El Anillo de Morgoth y Los Pueblos de la Tierra Media)
Se hace constar que el nombre “Dagor Dagorath”, no fue usado por J. R. R. Tolkien en El Camino Perdido o en La Formación de la Tierra Media, sino que todas las referencias del término en estos libros están basados en los apuntes editoriales de su hijo Christopher. Las menciones canónicas del nombre son sólo en los Cuentos Inconclusos. Aunque J. R. R. Tolkien no mencionó la existencia de una Profecía en el texto publicado del mencionado libro; la manera en la cual la referencia aparece en los Cuentos Inconclusos sugiere que haya una especie de “pronóstico” del Final, pero no declara que esto provenga de una de las profecías de Mandos.
De un extracto de una carta de Tolkien, un nuevo Ainu entraría en Arda para unirse al bando de Melkor, y lo ayudará en la batalla. Este Ainu, según se dice, tiene una especial relación con Mandos, aunque no se sepa si realmente es un Vala o un Maia. Christopher Tolkien le dio el nombre de Gilthrang.
En sus últimos escritos sobre la Tierra Media, Tolkien sustituyó la Profecía de la Última Batalla (Dagor Dagorath) por otra profecía hecha por Andreth, la sabia mujer de la Casa de Bëor, probablemente sobre otra “Última Batalla”, la Guerra de la Cólera (el Final de los Días Antiguos); en esta profecía, Turín era el matador de Ancalagon el Negro, en vez de Eärendil.