¿Quién (o qué) es el Guardián del Agua en El Señor de los Anillos?

Una exploración completa del Guardián del Agua, la enigmática criatura tentacular que ataca a la Compañía del Anillo ante las puertas de Moria. A través de citas textuales de La Comunidad del Anillo, analizamos su naturaleza, su función narrativa y las teorías sobre su origen en el legendarium de Tolkien.
Guardián del Agua

«Frodo sintió que algo lo tomaba por el tobillo y cayó dando un grito. Se oyó un relincho terrible y Bill el poney corrió espantado a lo largo de la orilla perdiéndose en la oscuridad. Sam saltó detrás y oyendo en seguida el grito de Frodo regresó de prisa, llorando y maldiciendo. Los otros se volvieron y observaron que las aguas huían, como si un ejército de serpientes viniera nadando desde el extremo sur. 
Un largo y sinuoso tentáculo se había arrastrado fuera del agua; era de color verde pálido, fosforescente y húmedo. La extremidad provista de dedos había, aferrado a Frodo y estaba llevándolo hacia el agua. Sam, de rodillas, lo atacaba a cuchilladas.»
El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo, J.R.R. Tolkien

Con este pasaje se presenta por primera vez al llamado Guardián del Agua, (o Watcher in the Water en la versión original en inglés), una criatura misteriosa que habita en el lago oscuro ante las Puertas del Oeste de Moria. Su ataque marca un giro abrupto en el viaje de la Compañía del Anillo, empujándolos definitivamente al interior de Moria, bajo las Montañas Nubladas.

Se trata de una criatura tentacular que acecha bajo la superficie, invisible hasta el momento en que ataca. La descripción física es escueta pero sugerente: tentáculos verdosos, húmedos y fosforescentes, capaces de sujetar con fuerza y rapidez a una víctima, como hacen con Frodo. El hecho de que se mencione una "extremidad provista de dedos" añade un matiz inquietante: no estamos ante un simple calamar gigante, sino ante algo más complejo.

Pero entonces, ¿qué tipo de criatura es el Guardián del Agua?

"No lo sé -respondió Gandalf -, pero todos los brazos tenían un solo propósito. Algo ha venido arrastrándose o ha sido sacado de las aguas oscuras bajo las montañas. Hay criaturas más antiguas y horribles que los orcos en las profundidades del mundo."
— El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo, J.R.R. Tolkien

En el material que conocemos hasta ahora, Tolkien no ofrece descripción explícita alguna sobre su origen o especie. Nunca le asigna un nombre propio ni lo vincula con ninguna de las razas o criaturas conocidas del legendarium. Aun así, los lectores y estudiosos hemos especulado ampliamente sobre su naturaleza.

Algunas teorías que han circulado entre los tolkiendili incluyen:
- Un monstruo de los tiempos antiguos: criaturas anteriores incluso a la Primera Edad, que sobrevivieron ocultas en las profundidades del mundo, como Ungoliant o los grandes dragones. En esta línea, el Guardián podría ser un remanente de esas fuerzas oscuras que escaparon al dominio de Morgoth o Sauron.

- Una criatura invocada o atraída por Sauron o por el propio mal de Moria: al igual que el Balrog, que despierta en las profundidades tras siglos dormido, el Guardián podría haber sido atraído por la corrupción del Anillo Único, o incluso estar situado allí como una forma de guardián o sello (aunque esto no se menciona en el texto). No olvidemos, además, que de todos los integrantes de la compañía, la criatura ataca precisamente a Frodo, que es el portador del Anillo. ¿Podría estar actuando para recuperarlo? 

[Gandalf] "No dijo lo que pensaba: cualquiera que fuese la naturaleza de aquello que habitaba en la laguna, había atacado a Frodo antes que a los demás."
— El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo, J.R.R. Tolkien

- El Guardián del Agua representaría, además, una fuerza irracional, imprevisible, que impide volver atrás. El ataque se produce justo cuando la Compañía se plantea entrar en Moria, y tras el mismo, ya no hay retorno posible. Desde esta perspectiva, su papel narrativo sería el de cerrar las puertas al pasado y forzar a los protagonistas a seguir adelante, hacia lo desconocido.

“Aparecieron otros veinte tentáculos extendiéndose como ondas. El agua oscura hirvió y el hedor era espantoso. [...] “los tentáculos se retorcieron tanteando la playa angosta y palpando la pared del risco y las puertas. Uno reptó sobre el umbral, reluciendo a la luz de las estrellas [...] Unos brazos serpentinas se enroscaron a las puertas y con un terrible esfuerzo las hicieron girar. Las puertas batieron resonando y la luz desapareció.”
— El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo, J.R.R. Tolkien

Tolkien intensifica aquí la atmósfera ominosa. El agua “hirviendo”, el “hedor espantoso” y los “tentáculos como ondas” que buscan la piedra y el umbral evocan una presencia casi lovecraftiana. Así, la segunda acción del Guardián del Agua es más significativa aún: impide la retirada de la Compañía del Anillo cerrando tras ellos las Puertas de Moria. El Guardián ya no es solo una amenaza física: es una barrera simbólica entre la luz del mundo exterior y las tinieblas subterráneas.

¿Pero, acaso tiene inteligencia el Guardián del Agua? Esta escena sugiere que sí. No se limita a atacar por instinto: cierra deliberadamente las puertas una vez que los miembros de la Compañía están dentro. ¿Fue una casualidad? ¿Una acción mecánica o intencional? Aunque Tolkien no lo explica, el gesto apunta a un tipo de inteligencia primitiva pero eficaz, como la de una bestia que ha aprendido a asegurar su territorio.

“La laguna llega a los muros de la Puerta del Oeste. El Guardián del Agua se llevó a Óin. No podemos salir. El fin se acerca, y luego tambores, tambores en los abismos.”
— El Señor de los Anillos. La Comunidad del Anillo, J.R.R.Tolkien

Estas palabras, escritas con desesperación en el Libro de Mazarbul y leídas por Gandalf en las cámaras de Balin, ofrecen una conexión directa entre el Guardián del Agua y el trágico destino de la colonia enana que intentó repoblar Moria. Óin, uno de los compañeros de Thorin en El Hobbit, muere a manos del Guardián cuando intenta encontrar una vía de escape por la Puerta del Oeste. Esta frase breve y terrible —“el Guardián del Agua se llevó a Óin”— encierra todo un drama: muestra que la criatura ha estado allí desde antes del paso de la Compañía, vigilando o acechando las aguas del lago, y que su presencia ha sellado la condena de los enanos.

El hecho de que el Guardián sea mencionado en el contexto del Libro de Mazarbul eleva su amenaza más allá de un simple ataque puntual. Su presencia es persistente, conocida y temida. No es un accidente ni una aparición reciente: ha estado allí, custodiando el lago y haciendo imposible la huida.

Pero, ¿tiene alguna conexión con otras criaturas del legendarium de Tolkien? No de forma explícita. Tolkien no relaciona al Guardián del Agua con criaturas como el Balrog, los dragones o las bestias de Morgoth. Sin embargo, por su localización y poder, algunos lectores han planteado la posibilidad de que sea un residuo de la corrupción primigenia de Arda.

Además, mencionemos que también se ha especulado sobre similitudes con seres mitológicos como el Kraken o los primigenios de Lovecraft, pero debemos tener claro que estas comparaciones no surgen de los escritos de Tolkien, sino de la percepción lectora ante lo desconocido.

“Fue una suerte para nosotros que la laguna hubiese bajado un poco y que el Guardián estuviera durmiendo en el extremo sur.”
— El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo, J.R.R. Tolkien

Esta breve reflexión que hace Gimli, después del cierre de las puertas y antes de internarse del todo en Moria, refuerza una idea crucial: la criatura no se ha marchado ni ha muerto, simplemente ha vuelto a las profundidades. Su amenaza sigue presente, latente.

Al decir que el Guardián “estaba durmiendo”, se sugiere una actividad cíclica o intermitente, que recuerda a las antiguas fuerzas elementales de la mitología. No se trataría, por lo tanto de un guardia consciente ni un siervo directo de Sauron: sería con toda probabilidad más bien una criatura del mundo antiguo, un ente con existencia propia, peligroso e imprevisible.

El Guardián del Agua es, en definitiva, una advertencia: Algunas cosas simplemente existen, y el mal, a veces, no tiene rostro... solo tentáculos que emergen del agua.