Las grandes águilas también fueron llamadas Águilas de Manwë, Águilas del Rey, Águilas de los Señores de Occidente, Testigos de Manwë.

Tal y como podemos leer en El Silmarillion, las Grandes Águilas que aparecen en la obra de Tolkien surgen como consecuencia directa del canto de Manwë y Yavanna. Las Grandes Águilas de Tolkien pertenecen a la especie animal (kelvar), sin embargo, están habitadas por espíritus venidos de lejos. Los Valar les enseñaron a hablar y las elevaron a un nivel superior, enviándolas a la Tierra Media para mantenerles informados de todo lo que allí sucediera y para vigilar a Morgoth.

Durante la Primera Edad, y dirigidas por Thorondor, las grandes águilas solían anidar en las Crissaegrim. En esta época, podemos ver cómo las Grandes Águilas son las responsables de velar por la seguridad de Gondolin, además de obrar como mensajeras llevando las nuevas a la Ciudad Escondida, también participan del lado de los Valar en la Guerra de la Cólera enfrentándose a los grandes dragones alados de Morgoth; rescatan a Beren y Lúthien de Angband y protegen a Tuor e Idril y a los demás supervivientes de Gondolin en su huída.

Durante la Segunda Edad, en la Isla de Númenor, sabemos que en las únicas aves que podían aproximarse a la cumbre del Meneltarma eras las Águilas. Es más, si alguien se acercaba, aparecían tres águilas que se posaban sobre tres rocas cerca del borde occidental. Durante la celebración de las Tres Oraciones, las águilas no descendían y permanecían volando en círculos sobre el pueblo. En Númenor se llamaba a las águilas Testigos de Manwë, pues creían que habían sido enviadas por este Vala para vigilar la montaña y la tierra que la rodeaba. Desde los tiempos de Elros hasta los de Tar-Ancalimon en la cúspide de la torre del palacio de Armenelos hubo siempre un nido de águilas, en el cual una pareja de esta aves vivía de la generosidad del Rey.

En la Tercera Edad, las Grandes Águilas que habitaban en las Montañas Nubladas, bajo el mando de Gwaihir, sirvieron de ayuda a Gandalf y a Radagast; rescataron a Gandalf, Bilbo, Thorin y los demás Enanos cuando fueron cercados por los Orcos, además de participar en la Batalla de los Cinco Ejércitos. Durante la Guerra del Anillo, liberaron a Gandalf de Orthanc, acudieron a Morannon al último desafío a Sauron y rescataron a Frodo y Sam de la furia del Orodruin, una vez destruido el Anillo Único.

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