La Marca Eterna: 5 motivos para amar a Rohan
Rohan, conocida como la Marca de los Jinetes, es una tierra cuya historia, cultura y tradiciones ocupan un lugar destacado en la Tierra Media. A través de los siglos, sus gentes han encarnado valores fundamentales como la lealtad, el coraje y el amor por la tierra. A continuación, exploramos cinco razones que explican por qué Rohan es el alma de este mundo creado por J.R.R. Tolkien.
1. Su conexión con Gondor a través del Juramento de Eorl
El Juramento de Eorl es un pacto histórico que selló la amistad y el apoyo mutuo entre Gondor y Rohan. Este juramento, pronunciado en el año 2510 de la Tercera Edad, tiene sus raíces en la Batalla del Campo de Celebrant, donde Eorl el Joven lideró a los Éothéod para socorrer a Gondor frente a la amenaza de los Balchoth y los orcos.
La victoria aseguró el destino de Gondor y marcó el inicio de la alianza. Como muestra de gratitud, Cirion, Senescal de Gondor, ofreció la región de Calenardhon a los Éothéod, quienes se asentaron en esta tierra y la convirtieron en Rohan. En la colina de Halifirien, junto a la tumba de Elendil, Cirion y Eorl juraron mantener una alianza perpetua. Este pacto se reforzó con la introducción de la Flecha Roja como señal de auxilio y la instalación de almenaras para alertar a Rohan en tiempos de peligro.
El Juramento se mantuvo a lo largo de los siglos, renovado tras la Guerra del Anillo por Éomer, Rey de Rohan, y Aragorn, Rey de Gondor, quienes consolidaron esta alianza como una de las más icónicas de la Tierra Media.
2. Los Mearas y su legado único
Los Mearas, conocidos como los Príncipes de los Caballos, son una de las joyas más preciadas de Rohan. Estas majestuosas criaturas, descendientes de Nahar, el corcel blanco de Oromë, poseen una velocidad inigualable, longevidad, y una conexión especial con sus jinetes. Solo el rey de Rohan o sus herederos podían montar a estos nobles animales.
El origen de los Mearas está ligado a Felaróf, el primero de su linaje, quien fue domado por Eorl el Joven tras el accidente que costó la vida a su padre, Léod. Felaróf, inicialmente conocido como "Aflicción del Hombre", se convirtió en el compañero de Eorl y en el símbolo del poderío de Rohan. Durante la Guerra del Anillo, Sombragrís, el más célebre de los Mearas, se destacó por su valentía y lealtad al llevar a Gandalf en misiones críticas, como el socorro a Minas Tirith.
El amor de los Rohirrim por los caballos se refleja incluso en su estandarte: la imagen de un caballo blanco galopando sobre un campo verde, un homenaje a Felaróf y al vínculo único entre su pueblo y estas criaturas.
3. La valentía de sus jinetes en las grandes batallas
Los Rohirrim, también conocidos como los Eorlingas o Hijos de Eorl, son legendarios por su valor y destreza en combate. Su intervención en batallas decisivas, como la de los Campos del Pelennor, consolidó su reputación como los mejores jinetes de la Tierra Media.
La carga de los Rohirrim, liderada por el rey Théoden, es uno de los momentos más emblemáticos de la Guerra del Anillo.
"Como al conjuro de aquel ruido atronador, la figura encorvada del rey se enderezó súbitamente. Y otra vez se lo vio en la montura alto y orgulloso; e irguiéndose sobre los estribos gritó, con una voz más fuerte y clara que la que oyera jamás ningún mortal:
¡De pie, de pie, Jinetes de Théoden!
Un momento cruel se avecina: ¡fuego y matanza!
Trepidarán las lanzas, volarán en añicos los escudos,
¡un día de la espada, un día rojo, antes que llegue el alba!
¡Galopad ahora, galopad! ¡A Gondor!"
(EL Señor de los Anillos: El Retorno del Rey")
Tras las palabras de Théoden, los jinetes de Rohan avanzaron con un coraje inquebrantable contra las fuerzas de Sauron, cambiando el curso de la batalla y asegurando la supervivencia de Gondor.
Más allá de su valentía en el campo de batalla, los Rohirrim representan la lealtad y la defensa de su tierra y su pueblo. Su historia, llena de sacrificios y triunfos, es un reflejo del espíritu indomable que define a Rohan.
4. El simbolismo de Meduseld como centro del reino
Meduseld, conocido como el Salón Dorado, es mucho más que la residencia de los reyes de Rohan: es el corazón cultural y político de la Marca. Construido por el rey Brego en el año 2569 de la Tercera Edad, este majestuoso salón, con su techo dorado visible desde lejos, simboliza la riqueza y el orgullo de los Rohirrim.
El interior de Meduseld está decorado con tapices que narran la historia de la Marca, como la cabalgata de Eorl hacia los Campos de Celebrant. En su centro arde un hogar que ilumina la gran sala, mientras que el trono del rey, situado en un estrado elevado, preside el lugar. Meduseld no solo es un símbolo de poder, sino también un espacio de unión, donde se toman decisiones cruciales y se celebran las tradiciones del pueblo rohirrim.
5. La fortaleza del Abismo de Helm, un refugio inexpugnable
El Abismo de Helm es una de las fortalezas más formidables de la Tierra Media, situada en el pie del Thrihyrne, en las Montañas Blancas. Su estratégica ubicación y su construcción sólida la convirtieron en un refugio seguro para los Rohirrim en tiempos de guerra. Sin embargo, la historia del lugar no está exenta de tragedias y heroísmo.
Durante el Largo Invierno (2758-2759 T.E.), Helm Mano de Hierro, noveno Rey de Rohan, se refugió en el Abismo con su pueblo mientras Rohan era asediada por los Dunlendinos liderados por Wulf, quien había usurpado el trono. Durante el duro invierno, el hambre y la desesperación hicieron mella en los defensores. Helm, conocido por su fortaleza física y su carácter implacable, realizaba incursiones en solitario contra los enemigos, silenciando a muchos con sus propias manos. Aún así, Helm murió congelado en una de estas salidas, dejando su nombre grabado para siempre en la historia de la fortaleza. Su valentía inspiró a su pueblo a resistir hasta que el invierno acabó, cuando los enemigos fueron finalmente derrotados.
Cuernavilla, la fortaleza que protege la entrada al Abismo, fue escenario también de una de las batallas más decisivas de la Guerra del Anillo. Durante el asedio de las fuerzas de Saruman, los defensores de Rohan, liderados por Théoden, resistieron hasta la llegada de Gandalf y Erkenbrand, y la intervención de los Ucornos.
El Abismo de Helm no solo es un símbolo de la resistencia rohirrim, sino también un recordatorio de su capacidad para superar la adversidad incluso en los momentos más oscuros.
De esta manera, podemos afirmar que Rohan, además de ser una tierra de campos y caballos, es un pueblo que encarna los valores más esenciales de la Tierra Media. Su lealtad, valentía y amor por la tradición lo convierten en el alma viva de este mundo fantástico.