Patria de bravos guerreros y de los más excepcionales jinetes, fue la gran aliada de Gondor en el último tercio de la Tercera Edad.
GEOGRAFÍA.
El país de los Rohirrim ocupó la antigua provincia Gondoriana de Calenardhon. Se extendía entre el bosque de Fangorn y el río Limclaro al norte, el Anduin, las Bocas del Entaguas y el Arroyo Merino al este, las Montañas Nubladas al sur y la confluencia de estas últimas con las Hithaeglir en el Paso de Rohan al oeste; también formaban parte del reino las tierras entre los ríos Isen y Adorn, al oeste de los Cruces del Isen. En total tenía una extensión de 84.420 kilómetros cuadrados.
El territorio de Calenardhon ocupaba dos grandes zonas con características morfológicas muy diferenciadas: al norte se encontraban las abruptas tierras del Páramo y las Quebradas de Rohan, así como del Altozano Meridional. Estas tierras tenían una serie de condiciones semejantes a las de las tierras vecinas al otro lado del Anduin. El Páramo formaba una unidad geográfica con las Tierras Pardas; era la zona más elevada del país (exceptuando las regiones alpinas de las Ered Nimrais), y en una época pasada estuvo poblada por árboles, pero cuando Rohan se fundó ya era ese altiplano de hierba corta y frío intenso. En realidad era una cadena de anticlinales que habían ido depositando estratos en las zonas inferiores.
Con el tiempo se fragmentaron, y este fue el origen de las Quebradas, simétricamente alineadas al norte y al sur del Páramo. Como las capas de estratos que las formaron no eran excesivamente gruesas, no adquirieron una gran altura; aunque las caras que miraban hacia el Páramo eran relativamente abruptas, las laderas que se alejaban lo hacían descendiendo suavemente hacia las llanuras de Parth Celebrant al norte y Estemnet al sur. Entre las Quebradas y el Páramo se formaron unos pequeños valles llamados los Altozanos; el septentrional se encontraba en las Tierras Pardas, y el meridional en Rohan. Todas estas tierras eran interrumpidas en el oeste por Fangorn y el Onodló, mientras que al sur de las quebradas meridionales se extendía la llanura.
El sur lo ocupaba la famosa pradera en la que el pueblo de Rohan se dedicó a su ancestral afición a la crianza de caballos. Era éste el verdadero corazón del país, donde, aunque dispersa en numerosas granjas, vivía la mayor parte de su población. El río Onodló la dividía en dos mitades: la ya citada Estemnet al este, y Oestemnet en la zona occidental, aunque al oeste y sur de la misma se encontraban los Foldes. Las dos regiones eran muy parecidas pero la zona oriental de Estemnet tenía unas características especiales; allí las Emyn Muil Occidentales penetraban desde el Anduin unos 50 kilómetros en la llanura, cayendo bruscamente a pico formando una pared de unos 175 kilómetros de largo conocida como Muro Oriental de Rohan.
También, en la parte sur de la región, las praderas se transformaban en marjales a medida que el viajero se acercaba hasta las Bocas del Entaguas. Las tierras de Oestemnet, sin embargo, eran completamente llanas y cubiertas de hierba, y su único accidente reseñable eran los Vados del Entaguas, que la comunicaban con su vecina oriental. Las extensas praderas de estas regiones eran muy permeables, y bajo ellas corría el sistema hidrológico que encauzaba las aguas de los Foldes, las Quebradas y el Páramo hacia el Entaguas, el verdadero desagüe de la región: esto hacía que las praderas se inundaran con relativa facilidad, formando en época de lluvias abundantes zonas cenagosas y lagunas ocultas; incluso, tras el Largo Invierno de 2759, casi todo Rohan se convirtió en un gigantesco pantano.
Los territorios próximas a las Montañas Blancas eran conocidos como los Foldes, y era en ellos donde se concentraban la mayoría de los bosques del país. Como Folde era conocida la región que ocupaba la cuenca alta del río Nevado; en ella se encontraba la capital del reino, Edoras; el Folde Oeste comprendía las tierras entre el Nevado, el Entaguas el Merino y las Ered Nimrais; su baluarte más importante era el Sagrario, escondido entre las montañas, El Folde Oeste lo constituían las regiones entre el Gran Camino del Oeste y las Montañas Blancas, que se extendían hasta el Paso de Rohan, siendo su centro neurálgico la fortaleza de Cuernavilla, en el Abismo de Helm. Los Foldes eran tierras salpicadas de colinas, algunas de ellas de considerable altura, que anunciaban la proximidad de las montañas.
En las laderas de la gran cordillera crecían bosques de coníferas, restos dispersos de un antiguo bosque que ocupaba todas las faldas septentrionales de las Ered Nimrais; uno de estos pequeños bosques era el de Firien en la frontera con Gondor, la parte del cual incluida en Rohan era conocida como Everholt. Por su parte, el Paso de Rohan era un pasillo natural entre las Montañas Blancas y las Montañas Nubladas de unos 50 kilómetros de ancho, que se había formado por el desgaste de la erosión externa, y probablemente, y dado el predominio de la caliza en ambas cordilleras, de la interna, producto de la actividad del acuífero del que más tarde nacería el río Angren o Isen. En la Tercera Edad el valle era plano y muy fácilmente transitable, aunque el cauce del río constituía un obstáculo insalvable para grandes caravanas o ejércitos, y solo por los Vados del Isen, donde empalmaba el Gran Camino del Oeste con el Camino Viejo del Sur, era posible franquearlo. Finalmente, las tierras al oeste de los vados eran parecidas a las praderas del centro del país, solo que el clima más seco las hacía menos aprovechables que las del interior. En esta zona se concentraba la mayor parte de la población de Rohan de origen Dunlendino.
HISTORIA.
Antes de fundarse Rohan, las praderas de Calenardhon estuvieron habitadas por los Dunlendinos, pueblo que paulatinamente, ante la llegada de Númenóreanos, Gondorianos y Rohirrim, fue emigrando al otro lado de las montañas, hacia las Tierras Brunas. Un número importante de ellos, sin embargo, se estableció en las tierras entre el Angren y el Adorn, dentro de los límites del futuro reino de Rohan, y allí permanecieron bajo el mandato de los Rohirrim, aunque, como se verá, sin prestarles excesiva fidelidad. Pero antes de estos acontecimientos hay que anotar que los primeros registros de habitantes de origen Gondoriano datan del 250 de la Tercera Edad, con la provincia plenamente integrada en el reino Dunadan; aunque no es hasta la irrupción de los Eorlingas cuando comienza a contar la historia de Rohan.
El pueblo de los Éothéod procedía de Marhwini y sus gentes, Edain descendientes de los antiguos Hombres del Norte de Rhovanion, quienes tras las invasiones de los Aurigas en el 1856 de la Tercera Edad y a partir del 1899, se habían asentado cerca de las fuentes del Anduin y en las regiones situadas más al norte del Bosque Negro. Hacía ya mucho tiempo que, tras la Lucha entre Parientes de Gondor (Siglo XV) y el posterior retorno al trono del rey Eldacar (hijo de la Princesa de Rhovanion Vidumavi y del rey de Gondor Valacar), a este pueblo se le consideraba pariente de los reyes de Gondor.
En 2510 Gondor se encontraba en una situación muy delicada: los Balchoth, Hombres salvajes que habitaban las tierras situadas entre el Celduin y el Bosque Negro, crecían constantemente en número y amenazaban las fronteras con cada vez mayor peligro. El Senescal Cirion se adelantó a los hechos y envió mensajeros a Eorl el Joven, el por entonces Señor de los Éothéod. De los seis mensajeros que partieron en grupos de 2, sólo llegó a su destino uno del primer grupo, llamado Borondir. Gracias a él, Eorl pudo enterarse de los hechos; organizó en unos días un gran ejército de más de 7000 jinetes y se dirigió sin demora en ayuda de Gondor. Los jinetes llegaron a su destino cuando todo parecía perdido: el ejército del Norte de Gondor había sido derrotado en el Páramo por los Balchoth, y tras retroceder por el Limclaro fue rechazado hacia el Anduin por un ejército de Orcos de las Montañas Nubladas. Por fortuna para Gondor, los Hombres del Norte empujaron hacia el Limclaro a sus enemigos inflingiéndole numerosísimas bajas, y éstos huyeron a través de Calenardhon desordenadamente. La provincia se encontraba casi desabitada por la Peste y la invasión de los Balchoth; Cirion lo sabía, por lo que inteligentemente decidió dar a los Éothéod los territorios comprendidos entre el Anduin y el Isen. En breve, todo el pueblo de Eorl se trasladó a allí: a ellos mismos se llamaron los Eorlingas, y a su nuevo país lo llamaron la Marca de los Jinetes; sin embargo, en Gondor fueron siempre conocidos como los Rohirrim, y a su país como Rohan. Finalmente, la capital, de nombre Edoras, se situó en una colina al pie de las Montañas Blancas.
La historia de Rohan no es larga, pero sí muy intensa. La victoria sobre los Hombres del Este, pese a su rotundidad, no fue definitiva, y éstos constituían un peligro constante. Así, en uno de los grandes ataques que perpetraron contra Rohan (2545) perecería el propio Eorl. Su hijo Brego fue quien consiguió expulsar a la gran mayoría de Dunlendinos. También, en 2569 terminó la construcción del espléndido palacio de Meduseld. Por desgracia, su hijo mayor Baldor prometió en la fiesta de inauguración que atravesaría el Sendero de los Muertos". Nunca volvió, y Brego murió de tristeza un año después. Aldor, hijo menor de Brego, fue quien le sucedió. Bajo su largo reinado (75 años) la población de Rohan aumentó y se extendió por todo el país, y los últimos Dunlendinos fueron sometidos o expulsados al otro lado del Isen.
Bajo el reinado de los tres reyes siguientes (Fréa, Frëawine y Goldwine) Rohan disfrutó de tiempos de paz y prosperidad. Sin embargo, durante el mandato de Déor hijo de Goldwine los Dunlendinos volvieron a atacar Rohan, hasta el punto de que en 2710 ocuparon la llanura de Isengard y los Jinetes no pudieron expulsarlos. Los ataques continuaron durante el reinado de gram'>Gram, si bien nada hacía prever lo que ocurriría al final del reinado del siguiente rey, el famoso Helm Mano de Hierro: en 2758, Rohan fue invadida de nuevo por los Hombres del Este; el ataque probablemente habría sido repelido sin mayores consecuencias por los Rohirrim si los Dunlendinos no hubiesen aprovechado la oportunidad para atacar. Al considerable ejército Dunlendino, liderado por el hijo (de nombre Wulf) de un antiguo enemigo de Helm, un noble Dunlendino de las tierras del Angren llamado Freca, se le unieron otros enemigos de Gondor (país que en aquellos momentos también estaba en guerra contra los Corsarios y no podía enviar ayuda a Rohan), y los ejércitos combinados de los Hombres del Este y los Dunlendinos derrotaron a los Rohirrim en los Cruces del Isen. Helm se vio obligado a huir a Cuernavilla, y mientras Fréaláf (hijo de la hermana de Helm) guiaba a la población que no había sido esclavizada al Sagrario, Edoras fue conquistada por Wulf, quien se hizo a si mismo rey.
A estas desgracias se unió el posteriormente conocido como el Largo Invierno: desde noviembre hasta marzo de 2759, ambos bandos sufrieron fuertes pérdidas por el frío y la falta de alimentos, y los sitiados en Cuernavilla se vieron obligados a realizar incursiones en busca de comida. En una de ellas se perdió Háma, el segundo hijo de Helm (Haleth, el mayor, había muerto en la defensa de Édoras); y no mucho después el propio rey murió congelado en una de sus salidas (frecuentes tras la muerte de Háma) Pero, cuando por fin terminó el invierno, los grandes deshielos que hubo provocaron grandes inundaciones y el desbordamiento del Entaguas. Muchos Hombres del Este murieron ahogados; al mismo tiempo, Fréaláf descendió por sorpresa con su gente hacia Edoras, y en Meduseld mató a Wulf. Edoras fue reconquistada, y poco después llegó por fin ayuda de Gondor, con lo que todo Rohan quedó libre de enemigos antes del comienzo de 2760. Casi nada más terminar la guerra, Saruman solicitó al Senescal Beren las llaves de Isengard. Tanto a él como a Fréaláf les pareció que su ayuda podía ser muy positiva para la extremadamente debilitada Rohan, por lo que Beren se las dio gustoso.
Los Rohirrim tenían una tradición funeraria: cuando un rey moría se levantaba un montículo mortuorio en Édoras, en fila con los anteriores. En los montículos también se introducía los objetos o animales con los que el difunto había tenido más contacto en vida (por ejemplo, en el caso de Eorl se sepultó también a su caballo Meara Felaróf). A la muerte de Fréaláf, comenzó un nuevo linaje y por tanto una nueva fila de tumbas. Brytta (más conocido como Léofa), el siguiente rey, sufrió las consecuencias de la guerra entre Enanos y Orcos y la derrota de estos últimos en Nanduhirion (2799), quienes, huyendo hacia las Montañas Blancas, llegaron en buen número a Rohan. Pese a que a la muerte del monarca (2842) parecía que los Orcos habían sido eliminados del país, tras 9 años de reinado de su hijo Walda, éste fue emboscado y asesinado por ellos mientras cabalgaba a través del Sagrario. Tras la muerte de Walda, su hijo Folca (gran cazador) prometió no salir más a cazar mientras hubiese Orcos en Rohan. El rey los persiguió sin descanso hasta acabar finalmente con todos ellos; desgraciadamente, lo celebró marchando a cazar el gran jabalí de Everholt, animal que, si bien murió a manos del monarca, le inflingió a éste graves heridas que acabarían por causarle la muerte.
La ausencia de amenazas para Rohan desde 2757 y la ayuda recibida de Gondor había supuesto para el país la posibilidad de recobrar su antigua fuerza, y bajo el reinado de Folcwine, hijo de Folca, esta recuperación fue un hecho. Así, cuando en 2885 los Haradrim atacaron Gondor, Folcwine cumplió el Juramento de Eorl y envió todas las fuerzas disponibles en ayuda de su aliado. El mismo monarca quiso marchar a la guerra, aunque sus consejeros le convencieron para que fuesen sus dos hijos gemelos (Fastred y Folcred) en su lugar. Lamentablemente, ambos jóvenes murieron en la batalla de Ithilien (2885) y el sucesor de Folcwine fue su tercer hijo, de nombre Fengel. De él no se recuerda demasiado, salvo su afán de posesiones. Su único hijo varón, Thengel, marchó a vivir a Gondor al alcanzar la mayoría de edad, y en aquel país se puso al servicio de Turgon. También allí, a la edad de 38 años (en 2943) casó con Morwen de Lossarnach, y tuvo con ella tres hijos, de los cuales sólo el segundo, Théoden, fue varón. A la muerte de Fengel en 2953, Thengel volvió (a disgusto) a Rohan llamado por sus súbditos, donde tendría otras dos hijas. Aunque muchos no estaban de acuerdo en que en Meduseld se usase la lengua de Gondor, fue un rey excelente, sabio y justo, y en su reinado el único problema que hubo fue la creciente hostilidad mostrada por Saruman hacia su país.
Bajo el reinado de Théoden los problemas se multiplicarían, aunque realmente él no fue el responsable: Saruman consiguió hechizar a Gríma (consejero del rey), quien a su vez fue mermando las fuerzas de Théoden mediante mentiras y consejos envenenados hasta que el monarca apenas pudo levantarse del trono. También, le afectaron mucho las pérdidas de sus seres más queridos: su mujer Elfhild había muerto en el parto de Théodred (2978), su único hijo, y Théoden había adoptado como propios a los hijos de su hermana Théodwyn, Éomer y Éowyn; además, Éomund, marido (y primer Mariscal de la Marca) de Théodwyn, murió en una encerrona de los Orcos en 3002, y ella misma moriría enferma poco después.
Ya comenzada la Guerra del Anillo, la puntilla para Théoden fue la muerte de su hijo Théodred en la Primera Batalla de los Vados del Isen (25 de Febrero de 3019). De hecho, gracias a Gríma Lengua de Serpiente Saruman había llegado a conocer muy bien la importancia que tenía el príncipe para la organización interna de Rohan, y en la batalla donde éste cayó quedó claro que el objetivo prioritario de los Orcos había sido la muerte de Théodred a cualquier precio. Tras la derrota de los Rohirrim en la Segunda Batalla de los Vados del Isen (2 de Marzo), los ejércitos de Saruman se centraron en la destrucción de Cuernavilla, hacia donde habían huido casi todas las tropas que quedaban en Rohan. Por fortuna, ese mismo día Gandalf y sus compañeros llegaron a Edoras; el mago curó a Théoden de su prematuro envejecimiento, y el rey marchó rápidamente a la guerra. Sin embargo, salvaron la situación quienes nadie esperaba: los Ents, seres ya casi míticos por entonces, atacaron y arrasaron Isengard, de la que sólo quedó en pie la indestructible torre de Orthanc. Además, Gandalf les había pedido anteriormente la ayuda de los Ucornos, quienes marcharon sin demora hacia el Abismo de Helm: éstos llegaron a su destino el 3 de Marzo, ya comenzada la Batalla de Cuernavilla; su intervención cambió la suerte de la batalla en favor de los Rohirrim, y el enorme ejército de Saruman fue aniquilado.
Tras la victoria sobre Saruman, y después de realizar Théoden una breve visita a éste, la mayor parte de las tropas supervivientes de Rohan se dirigió a toda velocidad hacia Minas Tirith, el primer objetivo militar clave de Sauron. Su llegada en el amanecer del 15 de Marzo, junto con la sorprendente aparición de Aragorn poco después, hizo posible la victoria sobre las fuerzas de Sauron en la gran batalla de los Campos del Pelennor, aunque el propio rey Théoden moriría al poco de entrar en combate. Los días siguientes a la batalla los Jinetes de Rohan (liderados ya por Éomer) también fueron los encargados de dispersar todas las fuerzas enemigas que quedaban en Anórien; y cuando el ejército del Oeste partió el día 18 con destino a la Puerta Negra, Éomer marchó al frente de 1000 de sus hombres.
Una vez destruidos el Anillo Único y Sauron, Éomer casó en 3021 con Lothíriel, hija de Imrahil de Dol Amroth. El Rey volvió a renovar el Juramento de Eorl ante Elessar, y Gondor y Rohan siguieron luchando juntos contra los enemigos dispersos que aún ofrecían resistencia hasta vencerlos a todos.