Nauglamír
Creación: Aproximadamente en el año 102 de la Primera Edad en los salones de las Montañas Azules, coincidiendo con la fundación de Nargothrond.
Destrucción: En el año 538 de la Primera Edad, tras la Tercera Matanza, Elwing escapa con el Nauglamír. El Silmaril es extraído del collar por Ulmo.
Creador(es) o propietario(s): Finrod Felagund, Glaurung, Húrin, Thingol, los Enanos de Nogrod, Beren, Lúthien, Dior, Elwing, Melian.
Nombres: Nauglamír, Collar de los Enanos (Necklace of the Dwarves en la V.O.), Sigil Elu-naeth (Collar del Dolor de Thingol), Doriathrin, Mîr na Nauglin (Joya de los Naugrim), Nauglavir, Nauglafring, Fring na Nauglithon, Firin Nautaron.
El Nauglamír era una gargantilla rígida y ornamentada ("carcanet" en la v.o., término arcaico inglés empleado por Tolkien) forjada por los maestros de Nogrod y Belegost con oro macizo proveniente del tesoro de Finrod Felagund. Sobre su estructura se engarzaron “gemas incontables traídas de Valinor”, de todos los colores que conocían los Noldor, talladas con la técnica del alveolo profundo típica de los Naugrim. A pesar de esa profusión de piedras preciosas, «pesaba no más que una brizna de lino» —o “que el lino hilado”, según otras traducciones—, detalle que subraya la perfección del equilibrado enano. El collar se apoyaba con ligereza casi milagrosa en el cuello, sin perder la firmeza de su aro metálico, y cada movimiento hacía fulgurar destellos contrapuestos, pues las luces cálidas del oro se reflejaban en azules, verdes y carmesíes de las gemas.
Cuando los herreros de Nogrod recortaron el centro del aro para colocar el Silmaril recuperado por Beren, el collar alcanzó "una extremada belleza; porque ahora las incontables joyas del Nauglamír reflejaban y expandían alrededor con maravillosos matices la luz del Silmaril".
La estructura rígida hacía del Nauglamír un adorno a medio camino entre collar y corona baja; en los relatos tempranos incluso se engancha en la rama de un árbol cuando Thingol cabalga, lo que delata un diámetro suficiente para quedar algo holgado. Las representaciones artísticas modernas suelen añadirle cierres ocultos, bisagras en forma de runas entrelazadas y motivos en punta diamantina que evocan picos de las Montañas Azules, pero estas son recreaciones estilísticas: Tolkien sólo especifica oro, pedrería multicolor y una manufactura tan depurada que la masa parecía inexistente.
El nombre Nauglamír se forja en sindarin a partir de la raíz NAUK- «enano, achaparrado» —que Tolkien sigue citando en sus ensayos filológicos tardíos como √NUK o √NAUK, aplicada a seres “que no alcanzan el desarrollo completo, duros y retorcidos” — y del sustantivo mîr «joya, objeto precioso», descendiente del primitivo √MIR «valor, estima» que ya aparece en Las Etimologías. El segundo elemento sufre la vocalización habitual de î → í seguida de la a epentética que actúa como nexo dentro de los compuestos (naug-la-mír). La traducción literal, por tanto, es «Joya (o Collar) de los Enanos».
En los borradores de los años 30 Tolkien anotó que esta forma era propia del dialecto de Doriath y ofreció como giro noldorin Mîr na Nauglin («Joya de los Naugrim») o la contracción Nauglavir. El Parma Eldalamberon 11 publica que el Gnómico (etapa más temprana de la lengua noldorin) registra la variante Nauglafring, donde fring significa «gargantilla». La correspondiente en quenya arcaico es Firin Nautaron (“collar de los enanos”), con firin «collar» y el genitivo plural Nautaron. Entre los sindar de Beleriand circuló además el nombre Sigil Elu-naeth, «Collar del Dolor de Thingol», donde sigil es «collar», Elu alude al nombre élfico de Thingol y naeth «pesadumbre». Todas estas formas confirman la convivencia de nomenclaturas regionales y la carga semántica que el objeto adquirió tras cada tragedia que provocó.
El Nauglamír nació en los albores de la Primera Edad, alrededor del año 102, cuando Finrod Felagund, señor de Nargothrond, contrató a los artesanos de Nogrod y Belegost para que con el oro de sus cofres y las gemas traídas de Valinor le forjaran un collar digno de las salas subterráneas que estaba levantando sobre el Narog. Los Naugrim —muy probablemente Telchar entre ellos— ejecutaron una obra que deslumbró por partida doble: el engaste de “piedras incontables” sobre un aro de oro bruñido y, sobre todo, la sorprendente ligereza que hacía que aquella riqueza pesara como lino sobre el cuello. Durante los largos años en que Finrod gobernó, el collar fue su tesoro más preciado y símbolo de la amistad que, por un tiempo, unió a Enanos y Elfos en las Montañas Azules.
Tras la caída de Nargothrond a manos de Glaurung —el gran dragón que asedió la ciudad, desgajó sus murallas y reclamó todo el tesoro noldor, incluido el Nauglamír—, Túrin Turambar siguió su rastro hasta las laderas de Daur Tarnen. Allí, con la espada Gurthang, acabó con la vida del dragón, y el espléndido botín quedó abandonado hasta que Húrin, cegado por el rencor que Morgoth había sembrado en su corazón, penetró en las ruinas en el año 501 de la Primera Edad. Entre toda aquella riqueza seleccionó solo el Nauglamír; con él salió al claro del cielo y, poco después, lo arrojó a los pies de Elu Thingol en Menegroth, como crudo recordatorio de los sufrimientos de su linaje.
Thingol quedó fascinado. Poseía ya el Silmaril conquistado por Beren y Lúthien, y concibió el deseo de verlo engarzado en el collar. En el 502 P.E. invitó de nuevo a otros enanos herreros de Nogrod para la tarea. Concluida la incrustación del Silmaril, los enanos se declararon legítimos dueños de la joya, alegando que su obra no había sido pagada. La discusión degeneró: Thingol les respondió con un desprecio que les ofendió profundamente y los enanos lo asesinaron allí mismo. Dos de ellos escaparon hacia Nogrod para solicitar ayuda; la ciudad enana convocó una hueste y marchó contra Doriath.
Un año más tarde, en el 503 de la Primera Edad, Menegroth cayó, y a partir de aquí existen dos versiones de lo que ocurrió a continuación. En la versión publicada en El Silmarillion (ed. 1977) la secuencia es clara: tras el asesinato de Thingol y el saqueo de Menegroth, la hueste de Nogrod se retiró hacia el este con todo el tesoro y con el Nauglamír engarzado con el Silmaril. A la altura del vado de Sarn Athrad, en el río Ascar, fueron emboscados por Beren al frente de Elfos Verdes de Ossiriand; la columna enana fue destruida, el botín se vertió en el cauce y Beren llevó el collar intacto a Tol Galen, donde lo recibió Lúthien.
Sin embargo, los manuscritos de etapa posterior revisados en La Guerra de las Joyas muestran otra versión que Tolkien llegó a preferir durante la década de 1950. Según esa versión, los Enanos huyen con el oro, pero no con el Nauglamír. Es Melian quien logra rescatar el collar con el Silmaril inmediatamente después de la muerte de Thingol, abandona Doriath, atraviesa Ossiriand y entrega la joya a Beren y Lúthien en Tol Galen antes de partir a Valinor. Aquí, la compañía enana, privada del Silmaril, es posteriormente aniquilada en Sarn Athrad, en algunos borradores por Beren y en otros por Celegorm y Curufin. Christopher Tolkien mantuvo la primera de estas líneas en la edición de 1977 por coherencia narrativa, pero dejó testimonio de la segunda para los estudiosos. Por ello ambas se consideran «canónicas» dentro de la historia textual del legendarium, aunque solo la primera fue incorporada a la redacción definitiva de El Silmarillion.
La luz del Silmaril y la belleza de la hija de Melian con el Nauglamír al cuello alcanzaron entonces una fama que traspasó bosques y palacios. Cuando Lúthien murió por segunda vez en el año 506 P.E., el collar pasó a su hijo Dior. Aquello atrajo a los Hijos de Fëanor, obligados por su terrible Juramento: exigieron la entrega de la joya y, ante la negativa, cometieron la Segunda Matanza de Hermanos en el año 509 de la Primera Edad. Dior cayó, mas su hija Elwing escapó con el Nauglamír hasta las Desembocaduras del Sirion. Años después, durante la Tercera Matanza de los Hermanos en el año 538 P.E., Elwing prefirió arrojarse al mar con la joya antes que entregar el Silmaril. Ulmo la salvó y la llevó, transformada en ave blanca, al navío de Eärendil. Éste desprendió el Silmaril del collar y lo ató a su frente para orientarse por las Sombras de Occidente. Desde entonces el destino del Nauglamír se pierde: tal vez quedó sumergido en las aguas del Belegaer, pero Tolkien no lo aclara.
En los primeros esbozos del legendarium la historia fue distinta y más trágica todavía. El “Nauglafring” —así lo llama El Libro de los Cuentos Perdidos— se forjaba desde el principio para albergar el Silmaril; el oro procedía del botín maldito de Mîm y la propia pieza acababa enganchándose en la rama de un árbol, provocando la caída y muerte de Thingol (entonces Tinwelint) fuera de la protección de la Cintura de Melian. El collar, en este caso, actuaba como conducto de una maldición que arrastraba a Elfos y Enanos a la ruina.