PROPUESTA:''PLAY-BY-POST''
#360 Respondiendo a: Elder
Acción
Una vez estuvimos todos al fin reunidos pudimos disfrutar de una noche de descanso y diversión en la posada, charlando, bebiendo y reponiendo fuerzas. También pudimos ver las dotes de baile de los demás compañeros y entre Farahir, Abarmil, demás elfos y yo dimos el espectáculo encima de las...
La noche se fue volvió amena entre graciosas anécdotas, amarga pero sabrosa cerveza y alegres canciones de múltiple procedencia racial, a la vez que Adan amenizaba el ambiente con su peculiar e inusual instrumento que jamás había visto y que me sorprendió gratamente. La comida era más que aceptable pero nada jugosa y rica comparada con las delicias probadas donde nuestros compañeros de Lórien, aun así el posadero y ayudantes recibieron nuestra más feliz, sobre todo por nuestro estado de alegría y cachondeo medio borrachos, enhorabuena y agradecimiento por todo. Mientras el amable posadero cerraba la posada nosotros nos dirigíamos hacía las habitaciones que nos habían preparado y acomodado perfectamente para pasar la primera noche en Minas Tirith después de un largo camino y una agotadora y cargada noche de desahogo. Mientras subía con vista cansada y algo borrosa hacía mi blanda cama de lana y gruesas mantas, oía de fondo canciones enanas y demás gritos espontáneos y reprimendas entre los miembros de la compañía, sobre todo Dimas y Burzumgad que apenas mantenían el equilibrio, causadas por la cerveza… Mientras Adan y Farahir pagaban al posadero una buena suma por los servicios prestados, Abârmil se bufaba de las enrojecidas narices de los elfos, incluido yo que sonreía con picardía y le devolvía las risas; el sueño me lleno profundamente entre el agradecido calor de la chimenea y la blanca luz de la luna que penetraba por los finos cristales de los varios ventanucos que había en la estancia. Un agonizante y agudo grito proveniente de poca distancia nos hizo despertar de inmediato, algo confundido me incorporo en la cama y escucho a Burzumgad que con serenidad pero rabia nos tranquiliza a todos que estábamos con las manos en nuestras fundas dispuestos a luchar en cualquier momento y situación. Me acomodo de nuevo en la cama intentando descansar debido a que dormir ya no podría, mientras veo los Nazgûl por los ventanucos volando por encima de la ciudad y asombrado oigo las palabras del orco rebelde que nos daba respiro para conciliar el sueño, pues no atacarían hasta después de aterrorizar a la ciudad.
[quote]Dudo que pueda volver a dejar mi mente en blanco por lo que acabo de ver y el chillido que me a errado el sueño dejándome sin razón, intentare recuperar el máximo de fuerzas, pues según dices, Burzumgad, mañana se producirá el ataque. Teniendo en cuenta que son miles y las fuerzas del mal son perversas, tendremos un día muy ajetreado en todos los sentidos; aprovechad el tiempo al completo, no sabemos en el momento que nos despertemos cuando volveremos a poder cerrar los ojos con toda tranquilidad para conciliar unas horas de descanso… [/quote]
A las pocas horas, al amanecer nos vamos despertando entre dolores de cabeza y arrepentimientos de haber bebido tanto y vemos por los pequeños ventanucos de la habitación como las fuerzas oscuras han aumentado además de haberse situado centenares de campamentos, con el malvado símbolo del ojo de Sauron, en las periferias de las murallas de Minas Tirith. Era abrumador ver una inmensa masa negra llenando tal territorio de campos quemados que la vista no alcanzaba a ver el fin de esas tinieblas oscuras.
Al rato de la sorpresa al ver lo que se nos acercaba, no se como, pero Farahir y Adan no estaban entre los integrantes de la compañía y su ausencia se hizo notar hasta el punto de marchar con prisas en su búsqueda. Encontrados fueron en la calle, volviendo hacía la posada, con montones de armaduras y decenas de armas gondorianas para elegir y disponerse para la cruel batalla que se avecinaba.
[quote]Pobre Farahir, le pasa por pasarse la noche hablando con aquellas bellas rohirrim y el posadero, aunque nos ha venido bien para la información obtenido, nos será de grandiosa ayuda; a nosotros nos ha sentado mejor el sueño, ¿verdad amigos?, jeje. Vaya noche hemos tenido, apenas he dormido, ¡pero el descanso ha sido agradecido por mi cuerpo en gran parte![/quote]
De Farahir supimos que el rey brujo comandaría el ataque que se efectuaría en pocas horas sobre la capital de Gondor; cogí una cota de malla, un arco y flechas y me fui andando, mientras me lo colocaba, hacía la posada para recoger el desayuno que estaba incluido en la estancia de la noche pasada. Una vez allí sobre un borde de piedra blanca sentado y mientras desayunaba con una rara intranquilidad, una voz con fuerza alertaba del ataque del mal sobre la capital a todos los gondorianos.
Instantes después cabezas de los defensores de las tierras de Gondor caían del cielo como una lluvia de terror y lágrimas que hundía a la ciudadela en un horror tremendo y que amenazaba de forma psicológica la vida de todos los guerreros que manteníamos la posición en dicho momento tan cruel y desperado. Varias decenas de torretas de madera y metales, con centenares de orcos, se iban acercando empujadas por trolls hacía las murallas de Minas Tirith para asaltarla y conquistarla, mientras a su paso por la tierra al lado de ellas caminaban miles de orcos para asediar las murallas y puertas de cualquier método, con escalas, ganchos, cuerdas, etc...
[quote]La mayoría de los guerreros y sobre todo los aldeanos retroceden hacía los niveles superiores, ocupemos sus lugares defendiendo las cercanías de la muralla principal, ¡debemos impedir cualquier acercamiento alguno que se produzca por cualquiera de esas bestias inmundas y despreciables![/quote]
Corrí junto con Elder y Rúmil al borde de la muralla principal para empezar a defender la capital del reino y así intentar salvar el resto de pueblos libres hasta el momento, que sino serían sometidos por el mal de la mano oscura de Sauron y caerían en la plena maldad y tinieblas eternas para el resto de sus vidas. Cargue mi arco más de diez veces abatiendo a los orcos que se acercaban cada vez más rápido a la muralla, tirando a las cabezas de los gigantescos trolls para que cayeran tendidos y agotados por las heridas y no pudieran llevar las torretas hasta las cercanías de la parte amurallada. Una vez allí, llegando gran parte de las torretas asediantes, dejo el arco a un lado entre dos rocas de un blanco esplendoroso, desenvaino mis dos preciadas espadas, que aun conservo de toda la aventura, y me dispongo en situación de ataque.
[quote]No os disperséis, bajaran de golpe cuando la trampilla caiga sobre los bordes de la muralla y arremeterán contra lo primero que enganchen sin recelar en absoluto de nada ni nadie, no tendrán piedad, pero debemos mantener la posición y ganarles terreno sin caer en batalla, ¡aguantad hermanos![/quote]
Mis gritos contra el desaliento antes de entrar cuerpo a cuerpo contra tales bestialidades animaba el ambiente realzando el honor, la valentía y la agresividad de todos los que me rodeaban, en especial los míos. Un segundo después la parte superior de la muralla tallada con delicadeza años atrás se hacía añicos por el peso de la compuerta de hierro por la que salían corriendo decenas de orcos enrabietados y con ganas de muerte y desolación.
[quote]Por los nuestros, por nosotros y por el futuro de toda la tierra media, no ceséis en vuestro intento amigos, nadie ni nada podrá con nosotros, la invencibilidad es nuestra aliada y nunca lo olvidaremos, juramos lealtad a los nuestros y a nuestra raza, ¡pues luchemos por ella![/quote]
Arremetíamos contra todas las bestias inmundas y despreciables que bajaban de la torreta, sin cansancio aparente, pero con mil ojos en todas partes; la muralla del nivel inferior comenzaba a llenarse de cadáveres y sangre negra por todas partes, algunos de los guerreros con astucia y miedo se iban replegando hacía niveles superiores para no permitir que el corazón de Minas Tirith llegara a manos oscuras y tenebrosas. A la vez que Rúmil y Elder junto conmigo intentábamos guardar de la invasión al primer y principal nivel para la crucialidad de la guerra.
#361 Respondiendo a: Aikanáro Telrunya
Acción
La noche se fue volvió amena entre graciosas anécdotas, amarga pero sabrosa cerveza y alegres canciones de múltiple procedencia racial, a la vez que Adan amenizaba el ambiente con su peculiar e inusual instrumento que jamás había visto y que me sorprendió gratamente. La comida era más que a...
Tras la cena y la fiesta que dimos en la taberna, nos empezamos a marchar a nuestra habitación poco a poco. Burzumgad y Dimasalang estaban verdaderamente algo bebidos pues cantaban en extrañas lenguas al subir las escaleras. Abârmil cuando me miraba se reía y yo no sabia muy bien el por que, hasta que mire a Elder y Aikanáro los cuales tenían la nariz roja por la bebida al igual que yo, y entonces entendí las risas de Abârmil.
[quote]Ahora entiendo porque te reías amigo, la verdad es que tenemos una cara graciosa. Parece que la bebida no nos favorece en la cara. Ja, ja, ja. –dije entre risas-[/quote]
Mientras entrábamos en la habitación dispuestos a dormir, Adan y Farahir se quedaron atrás para pagar al posadero por los servicios prestados a nuestra compañía. Me eche en una cama y antes de dormirme dije:
[quote]Amigos, espero que mañana sea un día tranquilo, aunque la sombra del Este me inquieta demasiado. La guerra esta muy cerca, esperemos que logremos salir victoriosos de ella. Buenas noches camaradas.[/quote]
Caí rápidamente presa del sueño, al igual que la mayoría de mis amigos, de pronto en mitad de mi sueño volví a soñar con aquel extraño sueño que tuve en Rohan, y al despertarme hoy el chillido de los famosos Nazgûl. Estaban sobrevolando la cuidad blanca montados sobre sus bestias aladas, eran unos cuantos. Vi a Burzumgad mirando por la ventana atentamente.
Burzumgad nos aviso de que la guerra no comenzaría en ese momento, pues el señor de los Nazgûl todavía no daba indicios de su terror, aunque la guerra ya era inevitable, posiblemente al amanecer tendríamos que luchar por la defensa de la ciudad. También nos dijo que el enemigo lo único que pretendía esa noche era aterrorizar a toda la ciudad, una estrategia de guerra muy elaborada, pues si los hombres sucumbían al terror y la desesperanza serian mas débiles. Volvimos a dormirnos, esta vez angustiados.
A la mañana siguiente al despertarnos se oía un gran bullicio en el exterior, las mujeres y niños corrían a niveles superiores para refugiarse de la guerra. El enemigo estaba acampado en los campos de Pelennor, eran un gran número, demasiado grande. Burzumgad parecía estar bastante angustiado y confuso, pues seguramente se encontrara con antiguos compañeros de Minas Morgul a los cuales tendría que matar. Me acerque a el y le dije algo para animarlo:
[quote]Burzumgad, amigo, se que muchos de los tuyos están entre este ejercito que se aposenta ante esta ciudad, muchos con los cuales seguramente compartes la idea de la libertad. Si son conscientes de lo que les espera tal vez intenten huir de la batalla antes de que sea demasiado tarde. Siento que te encuentres en esta situación, pero tal vez si derrotamos al enemigo en esta batalla, por fin los tuyos logren esa libertad que tanto ansiáis. Valor amigo, no desesperes, seguro que Eru se apiadara de las almas de los buenos orcos esclavos que hoy mueran en batalla.[/quote]
Dicho esto todos empezamos a buscar a Adan y Farahir pues no estaban en las estancias donde pasamos la noche. Bajamos de las habitaciones y al salir de la posada allí estaban con relucientes armaduras y armas listas para servirnos en la batalla que se avecinaba. Logre ver entre las armas unos preciosos arcos tallados en madera, de los cuales el pueblo de Elder disponía, ya que era de Minas Tirith de donde sacaban sus provisiones y armamento. Recogí un arco y un carcaj lleno de flechas, me coloque una cota de malla que me cubría todo el pecho y no use nada más. Pensé que muchos de los orcos de Morgul llevarían como vestimenta armaduras de los gondorianos caídos en Osgiliath, así que busque un trapo de color rojo y se lo ate al brazo a Burzumgad ya que ahora vestía de soldado de Gondor.
[quote]Toma Burzumgad con este trapo rojo atado a tu brazo no te confundiremos con los orcos enemigos vestidos con armaduras gondorianas. Te deseo suerte para la batalla tan próxima.[/quote]
El ambiente parecía calmado y antes de que diera comienzo la batalla entramos de nuevo en la posada a desayunar algo.
[quote]Maestro enano, repón fuerzas de tu encerbezada noche de ayer –dije sonriéndole- Por cierto ye me enseñaras esa lengua que usabas anoche para cantar.[/quote]
Desayunamos tranquilamente hasta que de pronto se comenzó a oír correr a las gentes de Minas Tirith y los soldados gritaban a formación para la defensa. Así pues la compañía se dirigió hacia las murallas a defender la ciudad. Mire a mí viejo amigo Aikanáro y dije:
[quote]Animo, Aikanáro, esto me recuerda a las grandes batallas de nuestras tierras. ¡Defendamos con honor esta fortaleza![/quote]
Mientras llegábamos a las murallas las catapultas del enemigo lanzaban pequeños objetos que no dañaban a las estructuras, cuando uno de ellos callo a nuestros pies todos nos quedamos con cara de pánico y pálida, eran cabezas de hombres muertos en Osgiliath. El enemigo intentaba meternos el pánico en el cuerpo, pero pronto reaccionamos y continuamos ya subiendo las escaleras hacia la muralla. Al llegar a lo alto de la muralla del primer nivel nos encontramos con el paisaje de la negra marea de orcos, trolls, hombres de Harad, de Rhun, y demás bestias. Aquel ejercito hacia temblar a la mismísima ciudad. Pero no podíamos peder la esperanza sin luchar por nuestras vidas. Todos los que disponíamos de arcos en la compañía no pusimos rápidamente a disparar al enemigo que se acerba a la muralla con escalas, cuerdas y demás artilugios para lograr escalar y llegar a nosotros. Por suerte teníamos flechas suficientes, pues a nuestro lado teníamos barriles llenos de ellas para reponer la munición.
[quote]¡No dejéis que escalen la muralla! –Dije mientras derribaba a uno de los enemigos-[/quote]
A lo lejos se veía como grandes torres de asedio se acercaban a la ciudad empujadas por fuertes trolls. En un vistazo hacia mis alrededores de la muralla vi a el mago blanco Gandalf que también estaba en la ciudad, ordenando a los hombres acudir de nuevo a la defensa de los muros. El verle me dio más ánimos todavía para la batalla. Cuando las torres estaban ya a tiro de arco, intentamos abatir a cuantos trolls pudimos, para así paralizarlas. Pero eran tantas las torres que se acercaban que los arcos de los defensores no daban a vasto contra todos los trolls. Una torre llego a tocar la muralla y por un momento la compañía se dividió. Aikanáro, Elder y yo corrimos hacia un lado a frenar a los orcos que bajaban de las torres de asedio, mientras los demás iban a por otra de las torres.
[quote]¡Ahora es el turno de las espadas! ¡No les dejéis avanzar![/quote]
Muchos gondorianos y nosotros sacamos nuestras armas de mano y nos dispusimos para el ataque frontal contra numerosos orcos. Abârmil voceaba a lo lejos a los hombres diciéndoles que usaran las antorchas para quemar las torres pegadas a las murallas, así nosotros hicimos lo mismo e intentamos quemar la torre más cercana mientras liquidábamos a los orcos que salían de ella.
La masa de orcos empezaba a ser controlada un poco, varias torres ardían y otras ni siquiera llegaban a la muralla, bien fuese por los trebuchet de la ciudad que las derribaban o por los arqueros que acababan con los trolls. Parecía que la defensa de la muralla daba resultado. Los soldados empezaban a recobrar el coraje con las palabras de Gandalf el blanco quien luchaba junto a todos nosotros.
De pronto el ejército de Sauron daba grandes gritos pronunciando:
[quote]¡Grond! ¡Grond![/quote]
Mi vista logro ver que a lo q tanto aclamaban era un inmenso ariete para derribar las puertas de la ciudad blanca. Si la puerta caía los orcos seria incontenibles.
#362 Respondiendo a: Rúmil Är-Feinield
Acción
Tras la cena y la fiesta que dimos en la taberna, nos empezamos a marchar a nuestra habitación poco a poco. Burzumgad y Dimasalang estaban verdaderamente algo bebidos pues cantaban en extrañas lenguas al subir las escaleras. Abârmil cuando me miraba se reía y yo no sabia muy bien el por que,...
Eeeeeeeeh!!
Tardaste pero te luciste con tu post de acción: te felicito, camarada Rúmil. Larga y substanciosa narrativa.
Un fraterno abrazo de soldados mientras aguardamos la narración de nuestro dilecto master Entaguas.
Quién se adelante hacia ella procedente de Ithilien la verá brillar cuando aún le resten millas para arribar la misma.
Quién llegue a ella desde el interior de Mordor la advertirá con...
#1 Respondiendo a: Entaguas
Perdón por las mayus, pero lo digo así para que se entere todo el mundo
.
Ahora contemos de que va todo esto y como surgió![]()
Bueno, quería proponeros una propuesta nueva algo que en inglés creo que se conoce como ''play-by-post''. Hace varias semanas propuse un reto con la idea de plasmar los mie...
La batalla era cruel y sangrienta. Dimas cortaba miembros con una facilidad increíble, mientras los ojos le brillaban. Las primeras embestidas de torretas fueron contenidas, pero los orcos aumentaban en número sin parar. Grond(el ariete) avanzaba tirados por unas bestias enormes y furiosas, protegidas por Olog-hai y orcos que le rodeaban. Pero pronto de nuevas torretas llegaron nuevas embestidas de orcos y fuertes uruks, y se hizo incontenible. En un momento, el número fue tal que a causa de la confusión de la batalla, los gondorianos se replegaron y vosotros también; pero a causa de estos los miembros de la compañía se separaron. Gandalf estaba ordenando la retirada hacia la puerta, pues el ariete estaba cerca. Pero ahora, la compañía a causa del repliegue se hallaba perdida y separada.
Burzumgad se hallaba en la muralla tirado y confuso. Se había dado un fuerte golpe que le había dejado inconsiente y veía como muchos de los suyos descendían por las escalas sin prestarle atención. Burzumgad se levantó, pero no vió a ningun miembro de su compañía. Giró la cabeza para encontrarlos, pero solo vio como el gigantesco ariete Grond estaba cerca de la puerta. Pero todavía no actuaba; pues estaban esperando a alguien. Burzumgad miró interesado cuando de repente toda la escena se hizo silencio; un jinete oscuro, solitario y terrorífico en la lejanía, avanzaba hacia la puerta con su caballo. Burzumgad sabía quién era; El Rey Brujo de Angmar, soberano de Minas Morgul, su antiguo ''señor''. La rabia le invadió, y se fue corriendo hacia la puerta. El Rey Brujo pronunció 3 palabras oscuras en una lengua de terror, y 3 veces el ariete golpeo la puerta. Burzumgad pegó un salto para llegar a la puerta, y cuando la tercera palabra y el tercer golpe sucedieron, la puerta se abrió, y como si de hechicería se tratase, una onda expansiva alcanzó a todos los soldados y los dejo sin vida en el suelo. Burzumgad, que estaba en el aire a causa del salto, fue afectado también por la honda expansiva, y mientras era lanzado por los aires, vio como el mago blanco se mantenía firme ante el Rey Brujo. No alcanzó a ver nada más, pues entonces, cayó contra el techo de un antiguo edificio, y pego un alarido de dolor. El golpe fue doloroso, y se metió la mano entre la coraza y esta salió llena de sangre; había sufrido una herida en el abdomen. Entonces, cuando creía que estaba muerto, una sombra alada le envolvió; un nazgûl alado le miró y se posó en un edificio cercano al suyo.
[quote]- ¿Cómo has llegado ahí escoria? ¡Contéstame! ¡Maldita bestia, dame una explicación para que no te mate!- De repente, la bestia alada se encrespó, el nazgûl pegó un gran alarido, y dijo por último- ¡Tú, tú, tú! ¡El orco traidor! ¡Burzumgad![/quote]
Burzumgad se levantó con dificultad y reconoció al espectro; era Khamûl. Con pesadez desenvainó su espada dispuesto a hacer su última resistencia y acabar con aquel espectro, mientras que la bestia de Khamûl se preparaba para el ataque.
Dimas, hijo de Thranios, repartía hachazos a todo enemigo que se le acercara. Con una furia inmensa, incluso los orcos llegaron a retroceder con sorpresa al ver el brillo de los ojos de un enano. Pero prontó una nueva oleada de orcos llegó, y todos retrocedieron; y para su desgracia, se separaron. Dimas ahora veía los edificios en llamas, aquella maravillosa ciudad que estaba a punto de sucumbir. Por un momento, vio como a Burzumgad; aunque no para mejor, pues había caído en un techo de un edificio, y una bestia alada le tenía atrapado. No alcanzó a oír lo que decían, pero estaba claro que Burzumgad necesitaba de su ayuda. Con un valiente discurso, envalentó a todos los gondorianos que pasaban por su paso, y prontó, Dimas corrió por los pasillos de la ciudad con mas de 20 jóvenes y valientes gondorianos, aunque quizás se tratase por verguenza, al ver como un enano si defendían su ciudad y ellos no. Ya estaba cerca de Burzumgad y de ayudarle y dijo:
[quote]- ¡Ya es la hora de que ese pajarraco y su espectro sean víctimas de la furia de un enano y los hombres de Gondor!- Y los gondorianos gritaron mientras se acercaban a la bestia alada.[/quote]
El arco de Rúmil silbaba en la batalla, y sus espadas pronto se volvieron negras de la sangre orca. Había perdido la cuenta de cuantas muertes había provocado, pero prontó, un nuevo torrente de orcos se abalanzó y pronto todos se replegaron.
Rúmil miró perdido intentando buscar a sus compañeros, pero en ese momento, un fuerte Uruk se abalanzó sobre él. Rúmil le dejo primero sin brazos, y luego le degolló ferozmente. Prontó vio como ya una multitud increíble de orcos empezaba a tomar las murallas. Una hueste entera se lanzó contra él, y Rúmil retrocedió hasta entrar en una casa gondoriana. La cerró y los orcos la empujaban, mientras los gritos seguían elevandose en el aire:
[quote]¡Grond! ¡Grond! ¡Grond![/quote]
Entonces, una piedra en llamas chocó contra la casa en la que estaba seguro, y pronto esta se envolvió en llamas. La puerta se abrió y los orcos entraron. Y allí, entre las llamas, lucharía Rúmil, aunque al ver su figura en la oscuridad y en aquel ambiente infernal, los orcos vacilaron, pero se lanzaron a la carga.
Aikanáro veía con amargura como una lanza de un orco le atravesaba el costado. La última oleada de orcos había sido incontenible, y ahora sin sus compañeros, un orco le atravesaba con su lanza. Sintió un dolor punzante en la zona. Aikanáro cayó contra el suelo, todavía vivo. Entonces, un montón de gondorianos se lanzaron a la carga contra el grupo numeroso de orcos que dificultaba su vida, y avanzando a gatas por el suelo, se retiró. Se apoyó contra una esquina de un edifico y vio toda la ciudad; estaba en llamas. Veía como los gondorianos caían muertos, y como el dolor de su herida se extendía. Bebió un sorbo de una bebida élfica que había encontrado en el suelo, pura casualidad. A pesar de eso, no se recuperó, y siguió avanzando a gatas. Entonces oyó como el silencio de la batalla cesaba por momentos. Algo espectral acababa de aparecer en combate. Tomó fuerzas y se levantó, fue corriendo hacia la puerta, pero cuando la vio desde lejos, solo vió montones de gondorianos muertos en el suelo, y como un mago blanco sostenía la vara impasible. Lo que le dijo al terrorífico espectro no lo oyó, pero prontó vio como el espectro se alejó en una bestia alada, y como Olog-hai cruzaban la puerta, y como gondorianos se abalanzaban contra ellos. Aikanáro cogió sus espadas, vio a los Olog-hai, y como el más valiente de los guerreros de Gondor, se dispuso a acabar con ellos.
Adan estaba exahusto, y pronto una nueva oleada de orcos le separó del grupo. Se encontró por las calles de la ciudad retrocediendo y gritando los nombres de sus compañeros, esperando encontrarlos. Pero nada, todos estarían bastante alejados. Pronto vio como los orcos se abalanzaban por la calle en la que buscaba, y para su sorpresa, vio como Aradna la rohirrim, les repelía con entusiasmo. A pesar de eso, pronto un orco la sujeto y estubo a punto de degollarla, de no ser por la rápida intervención de Adan. Aradna se aferró a sus brazos aterrorizada, y Adan le dijo:
[quote]-¡Huye! Regresa a los niveles inferiores. Escondeté o huye de este infierno. Todos se repliegan, huye.
- ¿Y tú? ¿No vas a luchar, también vas a huir?
- Sí, supongo que sí- Dijo Adan lamentándose- Mis amigos de esta aventura han desaparecido. Quizás tengan un destino diferente, quizás están muertos, no lo zé. Pero ahora en la hora de la batalla mi corazón late con deprisa y debo descansar antes de asistir un último golpe. Opondré resistencia en los niveles inferiores.[/quote]
Aradna le siguió insistiendo para que luchara, aunque Adan siguió respondiendo otra vez lo mismo, hasta que Aradna le besó, lo que provocó que Adan se callase. Aradna aprovechando lo asombrado que se había quedado, con sus manos le giró la cabeza y le hizo ver el espectáculo que hacían los orcos. Entraban en las casas en llamas y saqueaban, mataban a los inocentes que todavía no se habían refugiado y se alegraban de sus muertes.
[quote]- Si te vas, ¿Habrá más posibilidades de que esta gente pueda resistir a esa horda de salvajes?[/quote]
Pero no fueron las palabras de Aradna lo que le hicieron cambiar a Adan de idea; pues pronto sintió un látido en el corazón. Allí estaba un orco alto y grande, calvo y de armadura completamente negra, monstruoso y feo más que cualquier orco. Su risa era malévola. Sintió ahora como si su destino fuese ser matado o matar a esa criatura, ya nada podía impedirselo. Con un grito de guerra se lanzó contra la criatura, pero 2 uruks le cerraron el paso, a los que degolló de igual manera. El orco rió:
[quote]- ¡Huye humano! ¡No resistirás a mis ataques, soy Gothmog, el lugarteniente de Minas Morgul! ¡Huye antes de que con un golpe de mis armas te mate![/quote]
Adan no retrocedió y se mantenió rígido. La criatura sujeto una espada negra y un mazo en la otra mano, y Adan seguía rígido. Los pasos de Aradna de huída se sintieron, y las miradas de Adan y Gothmog se cruzaron, y acto seguido se enzarzaron en una lucha terrible.
Elder todavía recordaba cuando los torrentes de orcos se le abalanzaron y le obligaron a retroceder, perdiendo el rastro de sus compañeros. Entre confusión y valor, avanzó por las calles envueltas en llamas de M. Tirith. Veía con pena el destino que se le abalanzaba, pero no le temió. Siguió avanzando sin dejar vivo a un enemigo, y entonces oyó como un silencio inusual se hizo en la batalla. Pronto los gritos de guerra y la matanza volvió. En ese momento, vio como un torrente de orcos se adentraban en una casa en llamas. ¿A quién estarían saqueando que había tanta cola? Fuese quién fuese, su meta era ahora salvarlo. Prontó luchó contra el torrente, sin respiro ni cansancio, un fuerte elfo valiente que a los orcos inspiraba temor. Pero el de la casa en llamas devía de ser un valiente guerrero, diestro en la espada. Elder siguió avanzando contra el torrente, intentando llegar a la casa y salvar la vida a quién estuviese en ella, aunque prontó escuchó gritos élficos, y dijo:
[quote]- ¡Rúmil no temas! ¡Aguanta y pronto saldremos de esta marea negra![/quote]
La espada brillante de lanceloth se había teñido negra, de sangre de orco. Vio a lo lejos con alegría los refuerzos rohirrim, que estaban luchando contra los guerreros del Harad y del Rhûn. Pero pronto una ola de terror se adentró en la muralla y esta vez, fueron incontenibles. Lanceloth vio con desesperación como no había nadie a su lado, y todos habían desaparecido. No tardó en luchar contra todos los orcos por las calles, que estaban envueltas en llamas. Entonces, como una señal, vio como un caballo furioso estaba siendo casi atacado por un orco. Cogió su lanza, que tenía su emblema de la marca descarrado y atravesó al orco. Montó en el caballo con su lanza y espada, y entonces, por fin luchó tranquilo. Aunque ese corcel no era el suyo antiguo, se desenvolvía bien, y era también muy veloz. Pronto oyó alaridos Olog-hai; habían roto el imponente portón de M. Tirith. Sacudió su caballo y avanzó por las calles, viendo como los guerreros gondorianos eran lanzados como muñecos. Entonces, un gran campeón del Harad, montado en un caballo lleno de tatuajes, con armaduras de colores llamativos atravesó la puerta como un rayo, y Lanceloth cogió una flecha del suelo y se la arrojó. Esta no llegó a darle, pues era una señal de duelo. El campeón del Harad colocó en su caballo en posición para cargar contra él, y Lanceloth también. Antes de cargar contra el sureño, Lanceloth vió como otro jinete se le acercaba, Eva la rohirrim, también montaba en un caballo, y estaba dispuesta ayudarle. Y mientras Eva y Lanceloth se lanzaban a la carga, el sureño alzaba su estandarte rojo mientras que su caballo cabalgaba raudo y veloz contra ellos, y para amargura de Lanceloth, al campeón del Harad se le sumó otros 7 jinetes.
Barin estaba agotado. Apunto estuvo de matarle un orco, de no ser por que Burzumgad le había salvado la vida. Pero ahora estaba confuso, perdido entre la batalla, pues un torrente de orco le había separado del grupo. Aunque por fortuna, no estaba tan solo; a su lado se encontraba Farahir, y las 2 rohirrim Laureth y María. Una catapulta estalló contra el establo envolviendolo en llamas, y una marea de caballos descontrolados salieron de él. Barin y sus compañeros/as cogieron unos veloces caballos. Barin se mostraba alegre ahora como jinete, y los orcos huían a su paso, temiéndole. Todos oyeron el rugido de Olog-hai y sureños, además de otras bestias, lo que indicaba que habían atravesado la puerta. Barin y los demás se dirigieron rápido hacia el lugar y vieron una cruenta batalla. Había caras conocidas, como Aikanáro que luchaba con un feroz Olog-hai, y lanceloth, que cargaba con Eva contra 7 jinetes del Harad. Barin al ver la resistencia de Aikanáro y como no era el único que atacaba al feroz Olog-hai dijo:
[quote] ¡Ayudemos a Lanceloth que se encuentra en inferioridad! ¡Luego acabaremos con el troll con el que está luchando nuestro amigo elfo![/quote]
Y se lanzaron a la carga, pero para sorpresa de Barin, Farahir se lanzó contra el Olog-hai, el cual respondió con un golpe de un mazo, haciendole volar por los aires. Farahir cayó al suelo como un muñeco, aunque estaba vivo, estaba muy mal. Pero Barin ya no podía desviarse de su objetivo, y apenas segundos faltaban para el colosal choque contra los sureños.
Abârmil se lamentaba. ¡Los había perdido! Todo por culpa de aquel último feroz torrente. Pero ahora, estaba montando en un veloz corcel al lado de Gandalf. Este, antes de llegar a la puerta le dijo:
[quote]Abârmil, temo que debo enfrentarme al Rey Brujo yo solo. No me persigas ni vallas hacia la puerta, pues me dice que cuando el ariete golpeé por tercera vez, algo funesto pasará. Reuné a todos tus miembros de la compañía y retrocede a los niveles inferiores. ¡Adios Abârmil, que nuestro próximo encuentro sea en mejores condiciones! Tal vez quieras luchar, pero tu destino no es luchar contra fuertes enemigos, pues tienes que reunir al grupo, y actuar el equipo. Tal vez el mismo destino que os ha separado, os vuelva a unir.[/quote]
Aunque Gandalf se despidió de manera trágica, Abârmil obedeció y nunca puso en duda la voluntad del Istari. Avanzó velozmente por las calles, intentando encontrar a algun miembro de su compañía; pero nada, solo muerte y desolación.
Pronto se encontró en una calle elevada, y vió a lo lejos a sus compañeros. Aunque su vista no era buena en las llamas de la batalla, vió en la puerta como un elfo resistía contra un Olog-hai y como varios rohirrim acompañados de un montaraz iban a cargar contra unos jinetes sureños. También vio en una calle como Adan estaba apunto de luchar contra un gran orco, como un espectro alado estaba apunto de acabar contra un orco y como un enano rabioso dirigía varios gondorianos. Y por último vio una casa en llamas en las que los orcos eran repelidos por dentro y por fuera.
Un saludo

¡Oh hermoso fresno, sobre tu cabellera qué hermosas son las flores!
¡Oh fresno mío, te vi brillar en un día de verano!
Tu brillante corteza, tus leves hojas, tu voz tan fresca y dulce:
¡qué alta llevas en tu cabeza la corona de oro rojo!
Oh fresno muerto...
#364 Respondiendo a: Entaguas
NARRACIÓN
La batalla era cruel y sangrienta. Dimas cortaba miembros con una facilidad increíble, mientras los ojos le brillaban. Las primeras embestidas de torretas fueron contenidas, pero los orcos aumentaban en número sin parar. Grond(el ariete) avanzaba tirados por unas bestias enormes y furiosa...
Perdonad por la gigantesca extensión de la narración


Esta narración no debe superar cuando los barcos de los corsarios llegan a M. Tirith. Por supuesto que no vamos a hacer la versión cinematográfica, por eso no voy a sacar un montón de muertos verdes, si no la versión del Tolkien.
Ahora, pongo las habilidades generales que habeis ganado en la batalla:
Rúmil: Arco(en general, como la puntería y la destreza) y resistencia.
Aikanáro: Arco(Igual que Rúmil) y resistencia.
Adan: Arco(Igual) y mayor habilidad con la espada.
Dimas: Mas valor y fiereza en la batalla, además de habilidad con el hacha.
Burzumgad: Valor y habilidad con las armas.
Abârmil: Valor y coraje.
Lanceloth: Fiereza, valor y habilidad con la espada.
Barin: Arco y habilidad con la espada.
Elder: Arco y destreza con las armas.
Un saludo

¡Oh hermoso fresno, sobre tu cabellera qué hermosas son las flores!
¡Oh fresno mío, te vi brillar en un día de verano!
Tu brillante corteza, tus leves hojas, tu voz tan fresca y dulce:
¡qué alta llevas en tu cabeza la corona de oro rojo!
Oh fresno muerto...
#365 Respondiendo a: Entaguas
Off-topic
Perdonad por la gigantesca extensión de la narración. Espero que no os haya defraudado en la narración
.
Esta narración no debe superar cuando los barcos de los corsarios llegan a M. Tirith. Por supuesto que no vamos a hacer la versión cinematográfica, por eso no voy a sacar un mon...
Hola master, Hola a todos.
Realmente valió la pena esperar: Muy bien construida tu narración, Entaguas, sobre todo me gusta la secuencia final donde Abârmil, desde un sitio elevado (al que yo imagino como la cúspide de una calle que cae en picada y desde donde alcanza a ver incluso los techos de las casas) advierte las distintas escenas que se hallan ante él en un enorme fresco manierísta del tipo de "El Combate del Carnaval y la Cuaresma" del viejo Brueghel.
Como decimos en la Argentina: "¡Graaande, maestro!"
Saludos a toda la compañía.
PD: Espero estar a la altura de los hechos en mi post de acción ¡y poder contar el cuento!
Quién se adelante hacia ella procedente de Ithilien la verá brillar cuando aún le resten millas para arribar la misma.
Quién llegue a ella desde el interior de Mordor la advertirá con...
#366 Respondiendo a: burzumgad
Off-topic.
Hola master, Hola a todos.
Realmente valió la pena esperar: Muy bien construida tu narración, Entaguas, sobre todo me gusta la secuencia final donde Abârmil, desde un sitio elevado (al que yo imagino como la cúspide de una calle que cae en picada y desde donde alcanza a ver inc...
Felicidades por la pedazo de narracion, yo me lo imagino en mi mente y ¡es fabuloso!
Yo he de deciros que no he llegado a leerme los libros, por tiempo y también por pereza a veces, algun dia me pondre a leerlos enserio. Asi que me basare en la pelicula y en lo que pueda sacar de esta web buscando en la Fenopaedia. Todo lo que se a parte de las peliculas lo he sacado leyendo y releyendo articulos en esta maravillosa web y de momento no me ha ido mal.
Asi pues os pido tiempo para que pueda informarme bien de todo e ir escribiendo mi post para poder postearlo. Espero no ser el ultimo como siempre. :P
¡Un gran saludo a todos!
#367 Respondiendo a: Rúmil Är-Feinield
Off-topic
Felicidades por la pedazo de narracion, yo me lo imagino en mi mente y ¡es fabuloso!
Yo he de deciros que no he llegado a leerme los libros, por tiempo y también por pereza a veces, algun dia me pondre a leerlos enserio. Asi que me basare en la pelicula y en lo que pueda sacar de esta we...
Jo macho te lo has currao. La espera ha valido en mucho la pena


"La libertad no hace felices a los hombres. Los hace, sencillamente, hombres"
M. Azaña (Presidente durante la República)
#368 Respondiendo a: adan_eadur
off-topic
Jo macho te lo has currao. La espera ha valido en mucho la pena¿Cúanto tiempo has tardado en dar con el resultado definitivo?
. Desde luego, no creo que nadie vaya a postear ya; hay abundante material y todos (creo) queremos estar a la altura de tu narración. Felicidades master y (c...
Maestro, eres grande. Me encanta esa narración, esta super.
Como decimos en Colombia: Te sollaste
Gabriel García Marquez
#369 Respondiendo a: barin-de-rohan
NARRACIÓN
Maestro, eres grande. Me encanta esa narración, esta super.
Como decimos en Colombia: Te sollaste
Me sumo a las felicitaciones de todos por tu buen trabajo. Resulta interesante que elimines a la masa verde de PJ y que le des tu propio toque de originalidad, pues para eso eres nuestro gran master. Será curioso ver como vamos sorteando la vida entre los muros de la adusta Minas Tirith. Quizá a los creadores de Elfenómeno les gustará tener al final de esta aventura, que espero no sea pronto, un resumen de este viaje por la Tierra Media. Namarië.
#370 Respondiendo a: dimasalang
off-topic
Me sumo a las felicitaciones de todos por tu buen trabajo. Resulta interesante que elimines a la masa verde de PJ y que le des tu propio toque de originalidad, pues para eso eres nuestro gran master. Será curioso ver como vamos sorteando la vida entre los muros de la adusta Minas Tirith....
Para nuestro regocijo, habíamos conseguido incendiar la torre de asedio, mas las fuerzas enemigas no cejaban en su embestida; dos nuevas torres se hallaban frente a las murallas y el ataque se volvía incontrolable por momentos. Seguía luchando tenazmente junto a los gondorianos y, a pesar de mi herida, continuaba masacrando a todo enemigo que se acercaba, pero entonces me di cuenta de que ya no tenía a ninguno de mis amigos cerca y eso oscureció mis pensamientos dada la vorágine reinante.
Sin quererlo me había convertido en el líder de aquella zona de la muralla y mandaba a los hombres aquí y allá intentando ganar tiempo para que no nos rebasaran fácilmente. El gran ariete estaba casi a las puertas de la ciudad y parecía que por allí vendría el siguiente golpe. Decidí replegar a la compañía gondoriana hacia el siguiente nivel, aunque en ningún instante le dimos la espalda a los viles orcos. Tras bajar las escaleras me di cuenta que allí podríamos volver a tener una situación de ventaja, ya que sólo se podían bajar de dos en dos como mucho. Situé a varios arqueros atrás y unas filas de lanceros delante, mientras que los espadachines acabarían con los que intentaran saltar desde las escaleras. Una vez hecho esto fui en busca de Gandalf, al que había perdido de vista justo cuando las defensas comenzaron a flaquear. Lo busqué desesperadamente ya que algo me decía que iba a ser muy necesario si derribaban las puertas. Al fin lo encontré entre los soldados de Gondor, le conté como estaba la situación de batalla en las murallas y el peligro que corría la puerta a lo que me respondió palabras que acepté sin dudarlo:
[quote] Eso haré Mithrandir, reuniré a mis amigos. Mas ten por seguro que en cuanto lo haga, engrosaremos de nuevo las primeras filas de batalla, los descendientes de Númenor no estamos hechos para mirar una batalla, sino para luchar en ella y salir victorioso. Doy fe de que cualquiera de mis camaradas son más valiosos en el arte de la guerra que un batallón de trols. [/quote]
Diciendo esto me separé del gran Mago Blanco e intenté dar con el resto de la compañía. Corría por las adoquinadas calles veloz como un rayo, ayudando a todo aquel que lo necesitaba, pero no encontraba rastro de mis compañeros de fatigas, únicamente los ríos de sangre, los cuerpos mutilados y los gritos ensordecedores de dolor me apenaban a cada paso que daba. De repente escuché como las puertas de La Ciudad Blanca explotaron en mil pedazos, “¡Maldita sea! Aguanta Gandalf”, dije para mí. Decidí mirar desde una posición más elevada, subí calle arriba, desde donde podía divisar incluso los tejados de los edificios del nivel inferior. Entonces pude contemplar la suerte de casi todos. La situación era abrumadora, no sabía a quién ayudar primero. Dimas había tomado a un grupo de gondorianos y se dirigía en auxilio de Burzumgad, así que confié en sus habilidades para salir airosos. La gente de la puerta era la más alejada, y allí se concentraban la mayor cantidad de fuerzas aliadas, por lo que decidí ir en su búsqueda al final.
Justo en ese instante, en esa hora del día, cuando todo parecía venirse abajo, un hermoso sonido de trompetas se elevaron desde el horizonte llenando todos los corazones de bien. Habían venido los valientes rohirrim y sobre los lomos de sus caballos traían la esperanza.
Al fin me decidí a ayudar a Elder que se dirigía sólo hacia una casa en llamas, donde estaba entablada una lucha feroz. Luego iría en ayuda de Adan, que en su particular pelea parecía manejarse bien por ahora, aunque su espectacular enemigo parecía imbatible. Entré por la ventana trasera y vi con alegría a Rúmil, al que me uní para repeler a los orcos que intentaban acabar con él. Fuera se mantenía firme Elder. Entre los tres logramos matar a todos los orcos (creo que a Elder y Rúmil les corresponde describir está parte de mi acción, ya que interfiere claramente en las suyas

[quote] Feliz encuentro camaradas, aunque cualquier celebración está aún muy lejos de poder producirse. Gandalf me ha ordenado que os reúna a todos y que tomemos posiciones en el siguiente nivel. Creo que tú, Rúmil, deberías ir a avisar a Aiknáro, Farahir, Barin y Lanceloth, que se encuentran luchando en la puerta principal, mientras que tú, Elder, podrías ir a socorrer a Burzumgad y a Dimas en su lucha contra un nazgûl, tus flechas podrían serles de gran ayuda. Yo iré en pos de Adan, que se encuentra en difícil lucha. Llevad a todos a las puertas del nivel superior, desde donde situaremos la siguiente defensa. ¡Vamos hermanos, no podemos fallar ahora, las trompetas han sonado y la victoria tal vez no sea un sueño, defendamos Minas Tirith con honor y coraje! [/quote]
Tras decir esto corrí en socorro de Adan (creo que mi participación en ésta pelea te corresponde a ti, Adan

[quote] Aquí podremos aguantar y hacerlos concentrar fuerzas que los haga dividirse, amigo Adan, debemos infundir valor a estos soldados. [/quote]
En ese instante vimos como Mithrandir subía raudo como alma perseguida por Morgoth junto a un mediano hacia los niveles superiores. Dejé a Adan comandando las tropas y me encaramé a una ventana para observar en lontananza la situación del la llanura de Pelenor. Fue una visión increíble, los rohirrim luchaban denodadamente contra gigantescas criaturas, era espectacular el enfrentamiento. En un lugar más apartado, un rohirrim a pie con una larga melena de áureos cabellos, hacía frente a uno de los nazgûl que sujetaba una gran maza y una larga espada, “Su fin es inminente”, pensé tristemente. Para mi sorpresa resistió el ataque del espectro y, aún herido, movió su cuerpo ágilmente logrando abatir al abyecto siervo de Sauron. Después de esto se desplomó en el suelo. No pude mirar más y me encaminé hacia la defensa de la puerta, que ya estaba siendo atacada ferozmente. Para mi alegría, comprobé que allí estaban todos los míos, una sonrisa de absoluta satisfacción iluminó nuestros rostros, ninguna palabra era necesaria, las miradas de personas que han estado tan unidas son suficientes para mostrar los sentimientos que albergábamos. La lucha continuó y de nuevo un ruido de trompetas impregnó el campo de batalla, aunque está vez provenían del sur…
Not all those who wander are lost;
The old that is strong does not wither,
Deep roots are not reached by the frost.
From the ashes a fire shall be woken,
A light from the shadows shall spring;
Renewed shall be blade that was broken,
The crownless again shall...
#371 Respondiendo a: Abârmil
Acción
Para nuestro regocijo, habíamos conseguido incendiar la torre de asedio, mas las fuerzas enemigas no cejaban en su embestida; dos nuevas torres se hallaban frente a las murallas y el ataque se volvía incontrolable por momentos. Seguía luchando tenazmente junto a los gondorianos y, a pesar de...
Se me olvidaba :P, me ha encantado tu narración, Entaguas, eso de separarnos le da al momento una emoción dramática, solos ante el peligro


Saludos a todos de un estudiante hasta el gorro de fórmulas, números y ecuaciones ;P, al que esta aventura le proporciona un gran alivio mental, aunque pueda parecer lo contrario

Not all those who wander are lost;
The old that is strong does not wither,
Deep roots are not reached by the frost.
From the ashes a fire shall be woken,
A light from the shadows shall spring;
Renewed shall be blade that was broken,
The crownless again shall...
#371 Respondiendo a: Abârmil
Acción
Para nuestro regocijo, habíamos conseguido incendiar la torre de asedio, mas las fuerzas enemigas no cejaban en su embestida; dos nuevas torres se hallaban frente a las murallas y el ataque se volvía incontrolable por momentos. Seguía luchando tenazmente junto a los gondorianos y, a pesar de...
La situación se volvía incontenible, la marea de orcos entraba incesante entre las ya quebradizas murallas del primer nivel y el fuego que lanzaban las catapultas del enemigo hacía que tuviese que escoger bien mi siguiente movimiento, pronto me encontré en solitario luchando a la desesperada entre las callejuelas infestadas de cadáveres en ambos bandos. Aquel fuego me hizo revivir el primer asedio que sufrió mi ciudad, donde también me encontré atrapado en el desconcierto de la batalla. Mientras retrocedía y dejaba de ver la muralla principal, perdida completamente, me fijé en una casa en llamas donde los orcos se apiñaban como si olfatearan sangre humana, pero no eran sino gritos en élfico...
[quote]Un elfo en peligro no estará mucho tiempo solo, aquí hay otro para luchar junto a él.[/quote]
Utilizando mi agilidad trepé por unos tendederos de ropa hasta la casa contigua a la del fuego y pude ver que una parte del techo comenzaba a ceder y dentro estaba Rúmil asesinando a todo orco que se le encaraba. Con mi vista de elfo eché una mirada general a la batalla...
[quote]Efectivamente el primer nivel esta perdido, debemos seguir retrocediendo...¡Abarmil! aquí rápido...son Rohirrim a lo lejos, quizás aun tengamos una oportunidad de salvarnos.[/quote]
En el momento en que Abarmil llegó a la parte trasera, salté a la casa ardiendo justo encima de la entrada y utilizando parte de la cuerda del tendedero rodeo unos tablones de madera del techo que estaban encendidos y los arrastro hasta que cayeron encima de los orcos de la entrada, que abandonaron el lugar con tremendos gritos de dolor debido a las quemaduras. Una vez que Rúmil y Abarmil acabaron con sus enemigos salimos de la casa al fin...
[quote]Bien creo que debemos ir ciertamente hacia los niveles superiores, aquí ya no hacemos nada, ire junto a Burzumgad y el enano, he podido ver donde estan antes así que... hasta pronto amigos.[/quote]
El camino hasta mis compañeros era muy complicado y peligroso, según me acercaba a los portones ya destruidos por Grond el horror era cada vez mayor, decidí que ir por las calles era perder demasiado tiempo y tomé la decisión de escalar por los edificios y esconderme dentro de las casas ya profanadas donde siempre había unos cuantos orcos estúpidos buscando comida. Por fin vi a Burzumgad herido ante un Nazgul que no me era desconocido, giré la cabeza y observé la llegada por una de las calles de Dimas dirigiendo a unos cuantos gondorianos, había que darle tiempo para que llegara hasta Burzumgad, así que escogí una ventana segura y cercana a la plaza, saqué mi arco, coloqué una flecha, la encendí utilizando unas brasas(el fuego lo inundaba todo) y apunté cuidadosamente a la cabeza de la bestia alada...
[quote]Que Eru guíe esta flecha con ojos certeros hasta mi enemigo y no tenga piedad de su vida...¡allá va![/quote]
#373 Respondiendo a: Elder
Acción
La situación se volvía incontenible, la marea de orcos entraba incesante entre las ya quebradizas murallas del primer nivel y el fuego que lanzaban las catapultas del enemigo hacía que tuviese que escoger bien mi siguiente movimiento, pronto me encontré en solitario luchando a la desesperada...
Hola a todos.
Espero no haberme dejado nada en el tintero, Entaguas se ha lucido especialmente en esta narración, un buen plano general de como va la batalla de cada uno en la ciudad. Veremos como salimos de esta :S
Un saludo.
#373 Respondiendo a: Elder
Acción
La situación se volvía incontenible, la marea de orcos entraba incesante entre las ya quebradizas murallas del primer nivel y el fuego que lanzaban las catapultas del enemigo hacía que tuviese que escoger bien mi siguiente movimiento, pronto me encontré en solitario luchando a la desesperada...
Nunca llegué a recordar que me pasó realmente: de golpe esteba en el suelo, y si que dolorido ¿acaso alguien me había empujado en medio de la embestida de los orcos? cuando cobré conciencia me levanté a los tumbos para comprobar que ya no había a mi lado nadie más de los mios, o mejor, nadie había: estaba solo. Me asomé a través de las almenas, desportilladas por la embestida enemiga, y entonces lo vi, muy por debajo mio. Era el Capitán de los Espectros, Amo y Señor de Minas Morgul y esclavizador y corruptor de los mios. La ira me colmó y, sin tener conciencia de que se trataba de un enemigo imbatible, corrí escaleras abajo. El Señor de la Muerte gritó en esos momentos. Que palabras pronunció, que extraña jerga abismal uso, no se decirlo, pero a su conjuro la colosal puerta de la Ciudad Blanca voló en pedazos en una vorágine rojinegra. La explosión me arrojó por los aires. Cuando volví en mi estaba sobre un tejado al cual había llegado, seguramente, volando, pero eso no era todo: Khamûl estaba ante mí, su máscara sin ojos horadándome con una mirada de hielo que, sin embargo, quemaba como el fuego[quote]-¿cómo has llegado hasta aquí, escoria? - y ,reconociendome ,gritó con su voz distorsionada de horror y odio sin límites- ¡Burzumgad, orco traidor![/quote]
Yo apenas si tuve tiempo de advertir que estaba herido: a pesar del miedo metí la mano dentro del peto de mi coraza para sacarla enseguida oscura y caliente:la sangre fluía...
No había tiempo, ni tampoco quizás esperanzas. Sólo me restaba morir con dignidad. alcé mi espada, trémulo y a sabiendas de que no era arma contra tamaño enemigo. Khamûl rió, y ese sonido se mezcló con otro, potente y grave[quote]-¡¡Allí voy..!!! -sonaba la voz cavernosa de Dimas el enano, quién acudía a mí seguido de soldados locales[/quote]
La situación era desesperante: el terror, algún maleficio o, más prosaicamente la pérdida de sangre, nublaban mi vista ¿llegaría el enano a tiempo? De pronto una flecha, llegada desde quién sabía donde, atravesó de lado a lado el cuello de la bestia alada que montaba Khamül. La flecha estaba encendida y la criatura gritó, sacudiéndose de encima a su jinete. Khamül cayó,maldijo en lengua negra y volvió la cabeza. El vozarrón del enano sonaba ya cercano[quote]-¡ No puedes triunfar siempre, maldito seas!- grité en la cara de Khamûl, y el nombre de la mujer amada me llenó la boca y el corazón-¡¡Marzdaph!!- intenté gritar, pero sólo hallé en mi garganta una lastimosa hebra de voz. Todo se oscureció mientras el fragor de la contienda se tornaba ridícula algarabía[/quote]
De pronto aconteció que yo estaba ante el rostro de un orco de grandes dientes manchados de tabaco...¿que hacía mi padre allí..? intenté correr hacia ese rostro sonriente, pero mi padre ya era apenas un jirón de sombras....¿y esos libros y artilugios como de alquimista?... ¿acaso el gabinete de Lagshaf, el viejo erudito orco asesinado por uruks de los que se decía justamente que eran enviados de Khamül? Luego fue la figura de una orquita menuda, de largos bucles como resortes brunos y ojos de gata del crepúsculo...era ella...¿que hacía Merzdaph en Minas Tirith...?ciudado, querida mía.....
Me desperté con un alarido, como si resucitara. A mi lado estaba Dimas, satisfecho, pero todo sucio de sangre oscura. Ante mí un hombre (¿era en verdad un hombre?) totalmente vestido de blanco me sonreía, y el viento de esa ciudad escarpada le mecía la barba y los largos cabellos también albos. Su rostro me era conocido, pero la vorágine de la batalla había embotado mis sentidos.[quote] un personaje pequeño, del tipo que algunos llaman mediano, estaba junto al viejo, y susurró:- es un orco- y el personaje blanco respondió:- yo siento compasión aún de los esclavos del enemigo...[/quote]
Dimas y los soldados se inclinaron ante el viejo, y luego el anciano y el mediano partieron.
Envuelto aún en una increíble serenidad sentí que Dimas me ayudaba a levantarme. No había sangre y nada me dolía.[quote]- ¿quién era ese,Dimas? El enano rió con su voz de trueno- ¿no lo reconociste, orco debilucho? ¡parece mentira, te tumba una cosa de nada! ven...vamos, que nos esperan...[/quote]
Quién se adelante hacia ella procedente de Ithilien la verá brillar cuando aún le resten millas para arribar la misma.
Quién llegue a ella desde el interior de Mordor la advertirá con...
#375 Respondiendo a: burzumgad
Acción.
Nunca llegué a recordar que me pasó realmente: de golpe esteba en el suelo, y si que dolorido ¿acaso alguien me había empujado en medio de la embestida de los orcos? cuando cobré conciencia me levanté a los tumbos para comprobar que ya no había a mi lado nadie más de los mios, o mejor, nadi...
Ya estoy ultimando mi acción para postear, pero antes tenía una pregunta para Entaguas: cuando dices lo de "niveles inferiores" ¿a qué te refieres? porque si digo que Aradna huya, lo lógico es que vaya a los niveles superiores ¿no?¿o querias decir niveles interiores? Espero la respuesta

"La libertad no hace felices a los hombres. Los hace, sencillamente, hombres"
M. Azaña (Presidente durante la República)
#376 Respondiendo a: adan_eadur
Off-topic
Ya estoy ultimando mi acción para postear, pero antes tenía una pregunta para Entaguas: cuando dices lo de "niveles inferiores" ¿a qué te refieres? porque si digo que Aradna huya, lo lógico es que vaya a los niveles superiores ¿no?¿o querias decir niveles interiores? Espero la respuesta :...
Me refiero a los niveles superiores Adan

Un saludo, puntualmente

¡Oh hermoso fresno, sobre tu cabellera qué hermosas son las flores!
¡Oh fresno mío, te vi brillar en un día de verano!
Tu brillante corteza, tus leves hojas, tu voz tan fresca y dulce:
¡qué alta llevas en tu cabeza la corona de oro rojo!
Oh fresno muerto...
#376 Respondiendo a: adan_eadur
Off-topic
Ya estoy ultimando mi acción para postear, pero antes tenía una pregunta para Entaguas: cuando dices lo de "niveles inferiores" ¿a qué te refieres? porque si digo que Aradna huya, lo lógico es que vaya a los niveles superiores ¿no?¿o querias decir niveles interiores? Espero la respuesta :...
Sangre, fuego, escombros y griterío. La desolación era absoluta en el nivel inferior próximo a las puertas. Dimas, hijo de Thranios, había logrado defender una amplia porción de la muralla que conectaba con uno de los barrios más populosos de Minas Tirith. Junto al enano combatían en torno a una veintena de gondorianos, cuyo capitán, Ecthar, aunque reticente al principio, había decidido seguir los consejos del aguerrido enano a instancias de sus soldados. Y ello porque Dimas había frenado con ímpetu la primera embestida de uruks y orcos. Pero, aún así, la marea negra era incontenible. Pronto los soldados de la ciudad blanca, y el valeroso hijo de Durin hubieron de retroceder.
[quote]- ¡despacio! Vayamos despacio hacia atrás manteniendo la formación- espetó Dimas a la soldadesca apiñada en torno a él.
- Como digas maese enano, pero no tenemos mucho tiempo- dijo un temeroso Ecthar mientras repelía con el escudo un fuerte lanzazo.
[/quote]
La situación comenzó a ser desesperada. En el retroceso, decenas, sino cientos de uruks comenzaron a abalanzarse sobre la formación golpeándola brutalmente. Unos metros más a la derecha cayeron dos soldados saeteados no se sabe muy bien desde dónde. Imposible salvarlos: tocar el suelo y desaparecer entre la abigarrada hueste de Mordor fue a un mismo tiempo. Ecthar, al lado del enano, cojeaba e intentaba tapar una hemorragia en su antebrazo izquierdo. Dimas, con una furia incontenible, intentaba mantener la formación segando piernas y cabezas de aquellos enemigos que lograban acercarse hasta la línea de escudos. Por fin parecían llegar a las escaleras que daban paso al siguiente nivel.
[quote]- Ha sido un placer luchar a su lado, amigo Dimas- dijo un triste Ecthar, mientras, caía al suelo abatido por el cansancio y la pérdida de sangre.
- ¡Arriba!. Los gondorianos y los enanos no nos rendimos. ¡Morimos!- gritó Dimas mientras soltaba el escudo y ponía en pie al capitán de Gondor- en unos instantes alcanzaremos el segundo nivel y estaremos a salvo, un tiempo al menos.
[/quote]
Antes de cerrar la puerta oeste que abría el segundo nivel, un joven gondoriano fue atravesado por una lanza soltada por un gigantesco uruk. Fue lo último que hizo, cuando intentó recuperar su lanza, Dimas saltó sobre él abriendo en canal su cabeza.
[quote]- ¡Aaaaarrr!- rugió el enano frente a una multitud de uruks aturdidos, dando tiempo así a sus compañeros para subir.[/quote]
Después, Dimas subió al segundo nivel logrando atrancar las puertas en esa parte de la ciudad. Allí coincidieron con nuevas tropas de la ciudadela, pero sin saber como ni por dónde, otros tantos esbirros de Mordor habían logrado penetrar en la zona intramurada. En unos instantes el enano repuso fuerzas, despegándose de la armadura restos de carne y piel de uruk. Pero cuando quiso volver a las labores defensivas, vio de lejos a un orco amenazado por un nazgul sobre la techumbre de un viejo edificio derribado. Lo de menos es como lo pudo ver, pues todo era ruina y desorden en Minas Tirith.
[quote]- ¡¡¡¡Burzumgaaaaaad!!!!- gritó Dimas con todas sus fuerzas mientras corría veloz en su dirección- ¡¡¡seguidme gondorianos!!!!, ¡¡¡¡Mitrhil despierta!!!![/quote]
Fue decir esto y Ecthar, herido, alzó su espada al cielo pidiendo a su vez ayuda. Todos siguieron a Dimas en su carrera, y al llegar al edificio saltaron sobre el espectro clavando espadas y hachas sobre el bajo vientre de la bestia. Años después algunos jurarían haber oído en medio de la batalla un alarido ensordecedor, más alto, aterrador y helador que ninguno de los que existiesen en el mundo. Ante esto el nazgul no tuvo más remedio que apartarse y tratar de reunirse con sus huestes.
[quote]- Burzumgad. No es momento de que viajes aún al reino de las sombras. Marzdaph te volverá a ver sano y salvo- dijo el enano intentando reanimar al valeroso orco herido. Es momento de buscar al resto de grupo. Más arriba me pareció ver a Abarmil y Elder. [/quote]
#378 Respondiendo a: dimasalang
Acción
Sangre, fuego, escombros y griterío. La desolación era absoluta en el nivel inferior próximo a las puertas. Dimas, hijo de Thranios, había logrado defender una amplia porción de la muralla que conectaba con uno de los barrios más populosos de Minas Tirith. Junto al enano combatían en torno a...
¿Estaría despierto o soñando? No podía ser un sueño... mas bien una pesadilla. Pero no... era real. Los orcos se acercaban, uno tras otro dando, gritos y blandiendo sus mortales armas. Luego caían y se retorcían para entregar su alma con un gruñido repulsivo, no sin antes dejar su legado de dolor y muerte.
El ejército de Gondor empezó a replegarse. La ofensiva era colosal. En medio de la confusión empecé a perder de vista a mis compañeros. Me encontraba solo. Solo, pero a la vez rodeado de un tropel desordenado de soldados que combatían a la huída, y horribles monstruos que se regocijaban con el desastre de la ciudad en llamas. Y me pregunté ...
[quote]¿Cuánto tiempo habrá pasado desde el inicio de las hostilidades? ¿Cuántas vidas se han cegado ante mis ojos? No puedo saberlo...[/quote]
Un gran estruendo inundó el aire y sentí que una fuerza me había golpeado por la espalda arrojándome al suelo boca abajo. Era resultado de alguna explosión no muy lejana. Un poco aturdido me levanté, di tres pasos y me apoyé de espaldas contra la blanca pared de la casa mas cercana. Desesperado, apreté los dientes y cerré mis ojos con fuerza.
[quote]... Eru ... protégenos... ¡PROTÉGENOS! [/quote]
... casi grité, y de inmediato abrí los ojos con sorpresa, pues como una visión, entre soldados de Gondor y las monstruosas figuras de los enemigos, vi que galopaba un furioso caballo huyendo de un miserable orco que lo perseguía. Mis ojos se llenaron de furia y esperanza. Esta vez, sin pensarlo, corrí hacia el enemigo y descargué toda mi cólera sobre el. Nos atacamos mutuamente, pero pronto el orco se encontraba en el suelo exánime.
Tuve que correr un poco mas para alcanzar al hermoso corcel, pero una vez junto a el, acaricié sus crines y lo monté sin problemas.
[quote]¡Vamos amigo! Que los invasores paguen por toda la muerte y desolación que han causado!! Arre![/quote]
...le dije en voz alta al caballo. Este pareció entender lo que decía, pues lanzó un sonoro relincho y golpeó fuertemente el piso con los cascos de sus patas delanteras.
En ese momento volví a sentir confianza. Yo sostenía el frío mortal de la lanza de rohan, y el impetuoso caballo me llevaba como un rayo tras los sirvientes de Sauron, quienes al recibir el golpe volaban por los aires y caían al suelo para nunca mas levantarse.
[quote]¡Han entrado! ¡Aquí están! ¡No los dejen avanzar mas![/quote]
... escuché ahora, y me detuve. Solo un instante antes había sentido otro fuerte ruido, mucho mas intenso que el primero, y estas voces confirmaban mis sospechas. La puerta finalmente había sido destruida y los enemigos entraban a raudales. Inmensas criaturas que nunca antes había visto tomaban en sus garras a los valientes soldados de Gondor y los lanzaban contra las paredes de la ciudad
... pero de detrás de ellas, como llevado por una maligna brisa, surgió un soldado enemigo a caballo, lleno de tatuajes, con armadura de colores llamativos, y entró a la ciudad. Yo no lo sabía, pero se trataba de un gran campeón del Harad. De inmediato tomé una flecha del suelo y se la arrojé, pero asegurándome de que no alcanzara a tocarlo. El infame jinete volvió su vista hacia mi y esbozó una maligna sonrisa de burla, mientras giraba su caballo y a paso lento lo dirigía en contra mía.
Mi caballo se agitaba sin abandonar la posición, parecía entender que el duelo se aproximaba, pero de repente algo cambió las cosas, otro jinete se ubico a mi derecha. Era Eva, la rohirrim, y le dije:
[quote] ¡Eva! ¡Damas tan valientes como vos, existen pocas!... pero en este momento debo luchar solo. ¡Esto es un duelo entre el y yo!
No mi buen Lanceloth. Tras este enemigo vienen otros jinetes, al menos siete si no he observado mal, y no permitiré que uno de mi pueblo sea presa de tan vil traición[/quote]
...replicó ella mirándome a los ojos. Y entonces, de entre las sombras aparecieron los otros siete compañeros del villano haradrim. Sorprendido por esto, le grité al sureño:
[quote]¿Es que no tienes honor? ¿O tal vez es valor lo que te hace falta? Mi desafío era dirigido a ti, y solo a ti.
Los desafíos de vulgares salvajes no tienen ni valor ni honor alguno. [/quote]
... contestó este. Y espoleó su caballo iniciando la carga. De inmediato sus seguidores hicieron lo mismo, y Eva y yo. Pero también, desde detrás de nosotros, algunos jinetes que no logré reconocer se unieron a nuestra cabalgata. Entonces, de entre sus voces, escuché la voz de Barin que gritaba:
[quote]¡Mantengámonos juntos y cabalguemos a toda marcha! ¡Así seremos como una avalancha que aplastará al enemigo![/quote]
Mis ánimos se renovaron. Tomé mi lanza y apunté al capitán con ella, pero al encontrarme mas cerca, la levanté aún mas y la arrojé como si fuera un dardo contra su caballo. El negro cuadrúpedo cayó al suelo y con este su jinete, quien rodó por el piso violentamente.
Delante del capitán y a mi izquierda se acercaba otro jinete que esgrimía una pesada cimitarra. Con el mismo impulso con el que disparé mi lanza, saqué la espada de la vaina y le lancé un tajo de izquierda a derecha a la garganta.
De improviso vi trozos de madera volando. Sentí un fuerte golpe en el costado derecho, el mundo empezó a dar vueltas a mi alrededor, y recibí un segundo golpe en la espalda. Había sido derribado del caballo. Me puse en pie tropezando y medio desorientado, pero lo suficientemente rápido para mirar por detrás de mi hombro y ver como un jinete haradrim hacía girar su caballo y se dirigía nuevamente contra mi. Llevaba en su mano derecha un asta quebrada, pues esa fue la lanza que me derribo, pero justo antes de que me golpeara, logré seccionarle su peligrosa punta con un fuerte y desesperado golpe de mi espada. La armadura había logrado absorber gran parte del impacto y me había evitado mayores lesiones.
Miré a mi alrededor y me di cuenta que la mayoría de los sureños habían caído, pero que nuevamente se dirigía hacia mi, ahora a pie, el capitán de esta compañía enemiga: el primero en caer, pero el menos lastimado. Adolorido y casi sin fuerzas, como me encontraba, levanté nuevamente la espada, sin muchas esperanzas, pero no fue necesario usarla, pues fue Barin quién se encargó de batirse contra este hombre y vencerlo.
El jinete de la lanza rota, viendo que su compañía estaba diezmada, trató de huir, pero mis compañeros jinetes lo acorralaron, y así encontró su final.
En ese momento escuché nuevamente cascos de caballo acercándose velozmente detrás de mi. Y aunque veía a Barin delante, escuchaba su voz a mis espaldas gritando, como en un sueño:
[quote]Lanceloth! Eva! No estáis solos! Adelante![/quote]
Entonces cerré los ojos y los abrí nuevamente. Me encontraba cabalgando a toda marcha junto a Eva, cuándo Barin y los otros jinetes aún se unían a nosotros. Frente a nosotros se encontraba la compañía de jinetes sureños acercándose. El combate había sido una alucinación, pero ahora sabía exactamente lo que debía hacer.
PD: Master, escribí la última parte como una “alucinación” porque me pareció interesante una batalla así, pero solo tu puedes decir si ocurre, o no.
Por otro lado, creo que me quedó un poco larga la acción, pero es que esto está EMOCIONANTE! Saludos!
Aunque poco conocedor de lugares y razas fuera de Rohan, lo que le falta de experiencia le sobra en coraje y determinación.
De vez en cuándo se le escapa un chiste...
#379 Respondiendo a: Lanceloth
Accion
¿Estaría despierto o soñando? No podía ser un sueño... mas bien una pesadilla. Pero no... era real. Los orcos se acercaban, uno tras otro dando, gritos y blandiendo sus mortales armas. Luego caían y se retorcían para entregar su alma con un gruñido repulsivo, no sin antes dejar su legado de...
Los orcos salían de las torres cual hienas a su presa, en sus ojos se podía ver un odio macabro. Los enemigos aumentaban en número y se arremolinaban en torno a la puerta entonando salvajes y rabiosos gritos:
[quote]¡GROND GROND![/quote]
Aclamaban al enorme ariete que se acercaba hacia la puerta; el punto débil de la muralla. Tenía forma de huango y era empujado por varios Olog-Hai. Mi espada había perdido su brillo por la negra sangre, y mi carcaj se hallaba vacío. Daba estoques y mandobles a diestro y siniestro. A mi izquierda estaban Aikanaro y Rúmil luchando codo con codo. El griterío era enorme pero pude oír lo que decían: De esta ofensiva no pasamos, o moríamos o retrocedíamos. Sucedió esto último y me separé de mis compañeros, empujado por el voraz avance de las tropas de El Ojo.
[quote]¡Abârmil!¡Barin!¡Elder![/quote]
No veía a ninguno de mis camaradas, la embestida nos había separado. Me encontraba en las escaleras que daban a tierra, intentando no abandonar la muralla aún. Frente a mi había un orco corpulento y alto, que me dirigió una mirada asesina y despiadada. Descargó su pesada espada sobre mi, que estaba a unos escalones más abajo que él. Me tiré hacia la calle y su arma atravesó mi capa rasgándola. Caí en tierra firme y tan rápido como pude me alejé de la muralla para no ser un blanco fácil. Fue entonces cuando todo retumbó.
BUUM
Se oyó un enorme estruendo de colisión y el suelo vibró breve pero contundentemente. ¡Era la puerta! Estaba siendo abatida por el monstruoso ariete. Fui corriendo hacia la zona, donde ya se estaban preparando para contener la marea de enemigos.
BUUM
Se oyó otro golpe. Me situé junto a los arqueros gondorianos, rescatando unas flechas del suelo. Se formó una primera línea defensiva compuesta por una muralla de lanzas.
[quote]¡Resistid, resistid![/quote]
Se oía la lejana voz de Gandalf, montado en su corcel blanco. Más allá de las murallas se oía incesante y amenazadores los gritos de “¡Grond!¡Grond!
Un golpe más sacudió la debilitada puerta. Las bisagras se aflojaron y la puerta chirrió. No duraría mucho. Todos esperaban con angustia el último y mortal golpe, y hasta Gandalf cayó
BUUUM
La puerta voló por los aires ayudados por un poder maligno. La onda expansiva dio de lleno a todos, y la férrea defensa se desbarató. Tirado en el suelo pude ver como delante de la imponente efigie de Grond se adelantaba el Señor de los Nazgûl. Toda la defensa huía en desbandada presas del miedo. Una muchedumbre se abalanzó encima de mí. Cuando por fin logré levantarme vi como imponentes y bestiales se adelantaban unos trols. Disparé una flecha hacia uno de ellos sin comprobar el resultado y corrí hacia el interior de la ciudad. Mi corazón se llenó de horror y sólo atendía a la huida. Deseé estar en mi bosque, entre sus grandes sauces, sus verdes caminos…
En estos pensamientos estaba cuando se me presentó otra bella visión. Vi con sorpresa a Aradna, que luchaba en una calle sola y desasistida, rodeada de orcos. De pronto uno la sujetó y acercó su vil cuchillo a su suave garganta. Se me hizo un nudo en el estómago y mi mente se angustió. Corrí precipitadamente hacia ella espada en mano mientras gritaba con desesperación. Atravesé al despiadado orco por el costado. Dejó caer su cuchillo y finalicé la faena separándole la cabeza de su tronco. Mi espada rasgó piel, músculos y venas. Los demás orcos huyeron. Aradna, aterrorizada se aferró a mi. Nos retiramos del tumulto y le hablé preso del miedo:
[quote]-¡Huye! Regresa a los niveles superiores. Escóndete o huye de este infierno. Todos se repliegan, huye.
- ¿y tu?- me respondió con su dulce y desesperada voz - ¿no vas a luchar, también vas a huir?[/quote] Sus palabras me dolieron, pero el infierno que reinaba a nuestro alrededor sólo me dejaba pensar en una cosa:
[quote]Sí, supongo que sí - dije lamentándome - mis amigos de esta aventura han desaparecido. Quizás tengan un destino diferente, quizás estén muertos, no lo sé. Pero ahora en la hora de la batalla mi corazón late con prisa y debo descansar antes antes de asistir un último golpe. Opondré resistencia en los niveles superiores.[/quote]
Aradna me siguió insistiendo, estábamos muy cerca el uno del otro, y podía sentir su aliento, en su rostro podía ver la desesperación, y esa desesperación hacía que quisiera que se pusiera a salvo. Mi mente me decía ¡huye! Pero en el fondo pensaba “¿qué estás haciendo Adan?”. Estaba confuso y replicaba a Aradna insistentemente. Entonces, como una ráfaga de aire cálido en un día invernal, me besó.
Duró sólo un instante, pero lo suficiente como para ruborizarme y quedarme sin aliento. Cuando nos miramos pude leer muchas cosas en sus ojos, y a mi se me aclararon muchas ideas que tenía confusas. Me quedé callado sin saber que hacer o decir. Ella levantó sus manos llevándolas hacia mis omoplatos; subiendo hasta meterse de lleno en mi pelo. Me hizo girar dulcemente la cabeza y vi como los orcos, con macabras carcajadas quemaban las casas.
Vi como uno sacó los ojos de sus cuencas a un pobre anciano tullido. Ví como dos sarnosos cogían a un niño de no más de tres años y lo quemaban vivo. Vi como otros dos forzaban a una mujer mientras ella gritaba con desesperación.
[quote]-si te vas - dijo Aradna - ¿habrá más posibilidades de que la gente pueda resistir a esta horda de salvajes?[/quote]
Algo me detuvo. Oí un ruido detrás y me volví. Sentí como Aradna acariciaba mi espalda y se iba. Me quedé rígido. Frente a mi se encontraba un orco alto, grande y corpulento, con una cara horriblemente deformada. Se rió malévolamente y me miró con una sonrisa. Sentí que debía matar a aquella vil criatura, antes de que ella hiciera lo propio. Con el grito de ¡Mirkwood Free! Me abalancé hacia él, pero dos Uruks me cortaron el paso. Con mi espada cerré el paso al primero, y una patada en el antebrazo del segundo desvió la suya. Ágilmente rodeé al primero quedando su gaznate entre mi espada y yo. Moví la empuñadura y la hoja pasó por su garganta, salpicándome la cara de sus líquidos internos. El segundo se abalanzó dando un aullido al que respondí con un golpe superficial que me dio tiempo para después degollarle. Tras los últimos espasmos del uruk, el orcos amorfo habló:
[quote]¡Huye humano!¡no resistirás a mis ataques, soy Gothmog, el lugarteniente de Minas Morgul!¡huye antes de que con un golpe de mis armas te mate![/quote]
No respondí a su bravuconería y me puse en posición de ataque. Mi mente estaba ahora despejada y concentrada en lo que debía hacer. Gothmog llevaba una espada y un mazo. Se abalanzó hacia mi mazo en alto. Cogí un escudo de los uruks y frené con el su mazo y me abalancé. Nuestras espadas se movían rápidamente, chocando. Mi escudo frenaba su feroz mazo. Entramos en una casa mientras seguíamos la cruel lucha. Él se subió a una mesa y se lanzó contra mi, espada en mano. Desvié su hoja que no obstante me hizo un superficial rasguño en la mejilla. Respondí dándole un golpe seco con el escudo en su deforme boca. Varios de sus dientes volaron por los aires.
[quote]¡Garn!¡Has cometido un gran error![/quote]
Dicho esto me lanzó la maza. Usé mi espada, que con la fuerza del lanzamiento se me cayó de las manos. Alcé la vista y vi el rostro de la muerte. Su espada se acercaba a mi cabeza pero una oportuna flecha dio de lleno en su mano. Me alejé del orco y oí una voz a mi derecha:
[quote]¡Por Arnor![/quote]
Miré a Abârmil con agradecimiento y él me devolvió la sonrisa. Ambos nos abalanzamos contra Gothmog quien, impedido de la diestra y con una herido en la boca, se veía en inferioridad. Abârmil demostró sus buenas dotes de lucha y entre los dos íbamos ganando terreno. Finalmente, Abârmil le despojó de su espada a la par de que yo le arrancaba de cuajo su armadura pectoral. Gothmog dio un gran aullido y escapó de la casa donde estábamos debido a (como supimos más tarde) la muerte del Rey Brujo.
Era media mañana y los ruidos de guerra se alejaban. Hacía 48 horas que no dormía, estaba cantado pero ahora sí quería luchar.
[quote]-Debo encontrar a los demás - dijo Abârmil - Gandalf me lo encomendó.
- Esta bien, te ayudaré a encontrarlos.[/quote]
Salimos raudos del edificio en busca de nuestros compañeros en medio del tumulto de la batalla.
"La libertad no hace felices a los hombres. Los hace, sencillamente, hombres"
M. Azaña (Presidente durante la República)