Peregrin Tuk

Peregrin Tuk, más conocido como Pippin, nació en el año 2990 de la Tercera Edad (1390 según el Cómputo de la Comarca, C.C.), hijo de Paladin Tuk II, Thain de la Comarca, y de Eglantina Ribera. Pertenecía a la rama de los Albos dentro de los hobbits y era tataranieto del Viejo Tuk. Tenía tres hermanas mayores: Perla, Pimpinela y Pervinca Tuk. Su nombre real en oestron era Razanur Tûc, con el diminutivo Razar.

Físicamente, tenía el pelo castaño y muy rizado, y era más alto y delgado que la media de los hobbits; gracias a un brebaje de los Ents, él y Merry crecieron hasta medir casi al menos 1,45 m, convirtiéndose en los hobbits más altos de la historia. A pesar de su juventud al inicio de la aventura (29 años, siendo 33 la mayoría de edad hobbit), demostró ser un amigo leal y valiente.

Pippin era a menudo percibido como el más "travieso" o curioso de la Compañía del Anillo, y aunque algunos lo consideraban infantil o poco inteligente, en realidad era el más joven del grupo pero no inmaduro ni tonto. Poseía un gran sentido del humor, una notable capacidad para superar dificultades y un indomable sentido común que le permitía adaptarse rápidamente a cualquier contexto, sacando provecho de las nuevas experiencias. Querido y apreciado por todos, solía darle muchos dolores de cabeza a Gandalf con sus constantes preguntas. Dueño de una fina ironía, era capaz de arrancar sonrisas y aliviar tensiones, resolviendo los problemas con destreza e inteligencia. Como todo hobbit, era amante de la buena mesa. Su naturaleza aventurera, junto con su lealtad y amistad hacia sus primos Frodo y Merry, lo impulsó a unirse a la misión.

En la primavera de 3018 T.E., debido a los extraños cambios en Frodo, Pippin participó en una “conspiración” con Merry y Sam para averiguar sus intenciones. Acompañó a Frodo y Sam en su supuesto traslado de Hobbiton a Los Gamos, donde Merry los esperaba, y allí decidieron unirse a su aventura. Para evitar los caminos, atravesaron el Bosque Viejo, donde Pippin y Merry fueron atrapados por el Viejo Hombre Sauce, un ucorno malvado que los absorbió tras un sortilegio de somnolencia. Fueron rescatados por Tom Bombadil, quien los llevó a su casa y les presentó a Baya de Oro. Más tarde, en las Quebradas de los Túmulos, se separaron de Frodo por la niebla y cayeron bajo el hechizo de un Tumulario, siendo nuevamente rescatados por Tom Bombadil. Del tesoro del túmulo, Tom eligió para Pippin una daga larga y afilada, de maravillosa orfebrería con figuras de serpientes, que le sería muy útil. 

En Bree, se hospedaron en El Poney Pisador, donde conocieron a Trancos. Allí, Pippin, animado por la cerveza, contó anécdotas de La Comarca, lo que casi lo lleva a revelar la identidad de Frodo, que viajaba de incógnito; para evitarlo, Frodo cantó una canción, tropezó y el Anillo se le deslizó en el dedo, alertando a los espías de Sauron. Los Nazgûl atacaron la posada esa noche, pero se salvaron gracias a Trancos. El viaje hacia Rivendel fue duro para Pippin, quien sufrió los inconvenientes del camino y el terror de los Jinetes Negros.

En Rivendel, se decidió que el Anillo debía ser destruido en el Monte del Destino, y Pippin, junto con Merry, fue aceptado en la Compañía del Anillo, a pesar de las dudas de Elrond sobre su capacidad. Pippin pronto sintió que la misión era demasiado grande para él y añoraba la vida simple de La Comarca, aunque el amor a Frodo lo impulsaba a continuar. 

En las Minas de Moria, su curiosidad lo llevó a tirar una piedra a un pozo profundo, rompiendo el silencio y alertando a los orcos y a un mal más antiguo de su presencia. Este acto fue considerado estúpido y temerario, y Gandalf también lo reprendió por una pregunta tonta en la Puerta del Oeste. La posterior caída de Gandalf al abismo con el Balrog sumió a Pippin en una profunda tristeza y sentimiento de culpa. 

Al entrar en Lothlórien, demostró ser el más ágil de los hobbits al cruzar un río sobre cuerdas. Recibió de Galadriel una capa élfica con un broche en forma de hoja de Mallorn y un cinturón de plata con un broche labrado como flor de oro.

Tras la disolución de la Compañía en Amon Hen, cuando Frodo y Sam partieron solos, Pippin y Merry fueron atacados por Uruk-Hai. Boromir murió defendiéndolos, y los hobbits fueron secuestrados para ser llevados a Isengard por orden de Saruman, quien creía que uno de ellos tenía el Anillo. Durante el cautiverio, Pippin demostró inteligencia y astucia: notó los conflictos entre los orcos, cortó sus ataduras con el cuchillo de un orco muerto y simuló seguir atado. Dejó caer su broche élfico como pista para Aragorn. Aprovechando la avaricia del orco Grishnákh, quien sospechaba que tenían el Anillo, Pippin y Merry lo engañaron para que los alejara del grupo principal de orcos; Grishnákh murió por una lanza rohirrim, permitiendo a los hobbits escapar al Bosque de Fangorn durante el ataque de los Rohirrim de Éomer.

En Fangorn, conocieron a Bárbol, el más anciano de los Ents, quien simpatizó con ellos y los protegió. Bebieron un brebaje de Ent que los refrescó, vigorizó y los hizo crecer significativamente. Pippin quedó maravillado con Bárbol, de quien aprendió mucho sobre tiempos antiguos. Una expresión de Pippin motivó a Bárbol a presentarse, y el hobbit, perdiendo el miedo, rompió el hielo iniciando la conversación. Los hobbits relataron sus aventuras y ayudaron a convencer a los Ents en su asamblea para que atacaran Isengard y detuvieran a Saruman. Marcharon con los Ents a Isengard, donde estos destruyeron las fortificaciones (excepto la torre de Orthanc) e inundaron el valle, manteniendo a Saruman y Grima prisioneros. En las despensas de Isengard, Merry y Pippin descubrieron alimentos y una excelente hierba para pipa. 

Allí se reencontraron con Gandalf, Aragorn, Legolas, Gimli y el Rey Théoden. Tras el infructuoso intento de Gandalf de convencer a Saruman, este fue expulsado de la Orden de los Magos. Al marchar de Orthanc, Grima Lengua de Serpiente les lanzó el palantír de Saruman. Impulsado por una irresistible curiosidad, Pippin miró a escondidas en la piedra esa noche, siendo confrontado por la mirada de Sauron, quien lo creyó el Portador del Anillo prisionero en Isengard.

Para protegerlo y con la intención de distraer a Sauron, Gandalf llevó a Pippin consigo a Minas Tirith. Al llegar, Pippin quedó asombrado por la magnificencia de la ciudad. Conoció a Denethor, el Senescal de Gondor, un anciano duro y de mirada penetrante, y en memoria de Boromir, le ofreció sus servicios, siendo nombrado Guardian de la Ciudadela. Pippin utilizaba el tuteo incluso con Denethor, lo cual, aunque pudo divertir al Senescal, asombró a sus sirvientes y contribuyó al rumor de que Peregrin era una persona de alta jerarquía en su país, llamándole Ernil i Pheriannath o Príncipe de los Medianos. 

Entabló una gran amistad con Beregond, otro guardia, quien le enseñó la ciudad y sus costumbres. Durante el Asedio de Gondor, cuando Faramir regresó gravemente herido y Denethor, enloquecido por la desesperación y visiones del palantír, quiso inmolarse junto a su hijo, Pippin actuó con presteza: buscó a Gandalf y advirtió a los sirvientes que demoraran los preparativos de la pira. Gracias a su aviso, Gandalf y Beregond pudieron rescatar a Faramir antes de que el fuego lo consumiera, aunque Denethor pereció en las llamas. Esta acción reivindicó a Pippin y le granjeó la admiración de muchos en Gondor.

Tras la Batalla de los Campos del Pelennor, Pippin encontró a Merry afectado por el Hálito Negro y lo llevó a las Casas de Curación, donde Aragorn lo sanó. Pippin formó parte del Ejército de los Capitanes del Oeste que marchó a la Puerta Negra de Mordor, representando a La Comarca. A pesar de sentirse apesadumbrado y dudar de su utilidad, estaba dispuesto a enfrentar sus miedos. En la Batalla del Morannon, se distinguió al dar muerte a un enorme Troll de las montañas de Gorgoroth que estaba a punto de matar a Beregond, salvándole así la vida. El troll cayó sobre él, dejándolo inconsciente, pero Gimli lo encontró al reconocer su pie peludo. En los Campos de Cormallen, durante las celebraciones, se reencontró con Frodo y Sam. Pippin fue nombrado Caballero de Gondor y Heraldo del Rey.

En el viaje de regreso, tras el funeral de Théoden en Rohan y una emotiva despedida de Bárbol en Isengard, la comitiva llegó a Rivendel, donde Bilbo regaló a Pippin y Merry pipas con boquillas de nácar. Al llegar a La Comarca, la encontraron bajo el yugo de rufianes controlados por Zarquino (Saruman). Los cuatro hobbits organizaron una revuelta; Pippin fue a Alforzaburgo y a las Colinas Verdes a buscar a los Tuk para la Batalla de Delagua, en la que lucharon bravamente. Tras la victoria, Pippin y Merry fueron nombrados Oficiales de la Comarca por Frodo y se convirtieron en héroes locales, conocidos como los "Señoriles". Cuando Gandalf avisó de la partida de Frodo, Pippin y Merry cabalgaron a los Puertos Grises para despedirlo con gran tristeza.

En el año 1427 C.C. (a los 37 años), Peregrin se casó con Diamante de Quiebra Larga. Tuvieron un hijo, Faramir Tuk, nacido tres años después, quien eventualmente se casaría con Rizos de Oro Gamyi, hija de Sam. En 1434 C.C., Pippin sucedió a su padre como el trigésimo segundo Thain de la Comarca, cargo que ostentó durante 50 años. El Rey Elessar también lo nombró Consejero del Reino Septentrional. Como Thain, recopiló una importante biblioteca de información histórica en los Grandes Smials de Alforzaburgo. 

En el año 64 de la Cuarta Edad (1484 C.C.), a la edad de 94 años, Pippin y Merry cedieron sus cargos y posesiones a sus hijos y viajaron a Rohan, donde permanecieron con el Rey Éomer hasta sus últimos días. Posteriormente, se trasladaron a Gondor, donde pasaron el resto de sus vidas. Al morir, fueron enterrados con los máximos honores en Rath Dínen, en la Casa de los Reyes; y tras la muerte del Rey Aragorn Elessar, sus cuerpos fueron colocados a ambos lados del lecho mortuorio del Rey.

En las películas de New Line dirigidas por Peter Jackson, es Billy Boyd el encargado de dar vida a Peregrin Tuk.

—Juro ser fiel y prestar mis servicios a Góndor, y al Señor y Senescal del Reino, con la palabra y el silencio, en el hacer y el dejar hacer, yendo y viniendo, en tiempos de abundancia o de necesidad, tanto en la paz como en la guerra, en la vida y en la muerte, a partir de este momento y hasta que mi señor me libere, o la muerte me lleve, o perezca el mundo. ¡Así he hablado yo, Peregrin hijo de Paladin de la Comarca de los Medianos! —Y yo te he oído, yo, Denethor hijo de Ecthelion, Señor de Góndor, Senescal del Rey, y no olvidaré tus palabras, ni dejaré de recompensar lo que me será dado: fidelidad con amor, valor con honor, perjurio con venganza. —La espada le fue restituida a Pippin, quien la enfundó de nuevo.