Finrod Felagund

Raza o especie: Elfo Noldo

Nacimiento: 1300 Edad de los Árboles (Valinor)

Muerte: c. 465 PE (Tol Sirion)

Padres: Finarfin y Eärwen.

Casado con: Amarië.

Hermanos: Orodreth, Angrod, Aegnor y Galadriel.

Grupos: Casa de Finarfin

Otros nombres: Nóm, Findárato, Artafindë, Atandil, Edennil, Ingoldo, Felagoth.

Elfo Noldo. Hijo de Finarfin y de Eärwen, hija de Olwë. Hermano de Orodreth, Angrod, Aegnor y de Galadriel. Nacido en Aman en el año 1300 de la Edad de los Arboles, muerto en el año 465 de la Primera Edad. También llamado Findaráto (nombre paterno en Telerin), Ingoldo (nombre materno en Quenya, “El Noldo”), y como Felagund (epessë en Khuzdul, “Tallador de Cavernas”) También conocido como Edennil (Sindarin, “Amigo de los Hombres”), Atandil (Quenya,”Amigo de los Hombres”), como Nóm (en la lengua de Bëor, “Sabiduría”), como el Fiel y como El Amigo de los Hombres. Fundador y primer Rey de Nargothrond.

Cuentan las antiguas Crónicas que Finrod nació en la ciudad de Tirion, en la tierra de Aman, en el año 1300 de la Edad de los Arboles. Por muchos años vivió en la beatitud del Reino de los Valar, a la Luz de los Sagrados Arboles, y durante este tiempo de dicha y paz trabó una gran amistad con los hijos de Fingolfin, a quienes estimaba como si fueran verdaderos hermanos. Seguramente que fue también en esta época de prosperidad cuando conoció a Amárië, del pueblo de los Vanyar, y su corazón pronto se volcó hacia ella surgiendo un gran amor entre ambos. Pero tras la liberación de Melkor en el año 1400 de esta Edad se quebrantó la Paz de Valinor y un halo de oscuridad envolvió a los Noldor a causa de las maquinaciones del Vala Oscuro. Y así fue cómo en el año 1495 Melkor dio muerte a los Dos Arboles, y tras asesinar a Finwë robó los Silmarils de Fëanor huyendo lejos, a su fortaleza de la Tierra Media.

Esta tragedia provocó la revuelta de los Noldor en contra de los Valar, y encabezados por Fëanor emprendieron la persecución de Melkor con objeto de recuperar las Grandes Joyas robadas. Finrod se unió a esta alocada empresa y antes de partir no tuvo más remedio que separarse de su amada, que no deseaba abandonar a su pueblo ni desobedecer los mandatos de los Dioses. Durante la marcha Finrod se encontraba integrado en la retaguardia de la hueste de Fingolfin, acompañando a su padre Finarfin, y se dice que sólo ellos de entre todos los Exiliados fueron los que más añoraron el Reino Bendecido, y de entre todos ellos el que más sufrió fue con seguridad el propio Finrod, pues, como hemos dicho, se vio obligado a despedirse de su amada en busca de un destino incierto.

Tras la Primera Matanza de Hermanos se pronunció la Profecía del Norte y el Hado de los Noldor, y si bien Finrod no tuvo participación directa en estos hechos se vio indirectamente afectado por la maldición que desde entonces pesaba sobre los Noldor que no se hubieran arrepentido y regresado a Valinor (su padre abandonó la marcha a causa de estos hechos y se convirtió en el Rey de los Noldor en Aman, pero Finrod, por amor de los hijos de Fingolfin, decidió seguir adelante).

Tras dar muerte de los Teleri de Olwë, Fëanor tomó sus barcos y cruzó los mares hasta llegar a la Tierra Media, abandonando a su suerte a la hueste de su medio hermano. Pero pese a todo Fingolfin dirigió a su numerosa hueste ayudado, entre otros, por Finrod, y gracias a la valía y al arrojo de sus corazones lograron atravesar con grandes penurias y pérdidas el terrible paso del Helcaraxë.

En el año 1500 de esta Edad Finrod llegó por fin a la Tierra Media, y se dice que con la llegada del Pueblo de Fingolfin aparecieron por primera vez la Luna y el Sol, y con la salida de los nuevos astros comenzó una nueva edad en la historia de Arda, la llamada Primera Edad del Sol, y todos quedaron maravillados con las nuevas luces pues la vida comenzó a brotar por doquier y todo era hermoso y colorido en las tierras de Beleriand.

Finrod y su pueblo se instalaron a orillas del lago Mithrim en el año 2 de la Primera Edad junto con la hueste de Fingolfin, mas se mantuvieron separados de los hijos de Fëanor (pese a que éste había muerto en la Dagor-nuin-Giliath, entre los años 1497 y 1498 de la Edad de los Arboles) porque no olvidaban aún que les habían abandonado y traicionado y porque a causa de esta acción muchos de los de su pueblo habían muerto cruzando el Hielo Crujiente. Pero esta querella se vio en parte solucionada gracias al heroico rescate de Maedhros, que había sido capturado por Melkor tiempo atrás, llevado a cabo por Fingon en el año 5 P.E., y tras el consejo de los Noldor celebrado dos años más tarde los hijos de Fëanor resolvieron aceptar a Fingolfin como Rey Supremo de los Noldor en el Exilio.

Al año siguiente los Príncipes de los Noldor obtuvieron el permiso del Rey Thingol para que se instalaran en las tierras de Beleriand que no estuvieran bajo sus dominios, y Finrod, acompañado por su hermano Orodreth, se instalaron entre Dorthonion y las Montañas Sombrías, en el Paso del Sirion, y en la isla de Tol Sirion construyó la fortaleza de Minas Tirith, fortaleciendo así el cerco que los Noldor establecieron en torno a Angband.

Cuando treinta años hubieron pasado desde la Mereth Aderthad (celebrada en el año 20 P.E.) Turgon acudió a Tol Sirion en busca de su gran amigo Finrod y juntos partieron hacia el sur siguiendo el curso del río. Y sucedió que una noche, mientras Finrod dormía, se le apareció en sueños el Vala Ulmo y le advirtió de que buscara un refugio secreto para encontrar cobijo en caso de que el poder de Morgoth se extendiera desde Angband. Desde entonces la inquietud se adueñó del corazón de Finrod mas nada dijo a Turgon de este sueño, y al poco sucedió que estando invitado en Menegroth el hijo de Finarfin quedó asombrado ante la riqueza y la belleza de las Mil Cavernas, contándole al Rey Thingol el sueño que había tenido. El Rey de Doriath le habló entonces de la profunda garganta del Río Narog y de las cavernas que había en la orilla occidental del Alto Narog, y así fue como ayudado por los guías del Rey descubrió las Cavernas del Narog, comenzando en el año 52 P.E. la construcción de Nargothrond, usando como modelo a Menegroth, y gracias a la ayuda de los Enanos de las Ered Luin excavó la piedra y construyó su palacio.

Durante cincuenta años se trabajó intensamente en las estancias y en el año 102 P.E. finalizaron las obras en Nargothrond engalanándose todos los recintos con los numerosos tesoros que trajera desde Tirion (y se dice que por este tiempo los Enanos le fabricaron el famoso Nauglamír, “El Collar de los Enanos”, y le llamaron Felagund, “Tallador de las Cavernas”, en su lengua secreta, si bien en El Silmarillion aparece erróneamente traducido como “debastador de cavernas”) Muchos de los de su pueblo se trasladaron junto con su señor y sus hermanos (salvo Galadriel, que permaneció en Doriath) se consideraban sus vasallos puesto que Finrod era ahora considerado como Rey de Nargothrond y sus dominios se extendían ahora y le hicieron poderoso y grande entre los Noldor. Una vez finalizadas las obras se celebró una gran fiesta a la que acudieron sus hermanos, Galadriel incluida, y todos eran felices en aquel entonces, si bien Finrod recordaba aún a su querida Amárië.

Tras instalarse en su nueva morada Finrod encomendó la fortaleza de Minas Tirith a la vigilancia de Orodreth y el poder de Nargothrond se extendía desde el Río Sirion hasta el mar en el Oeste (con la excepción de las Falas, en las que Círdan era el Señor), y por ello este reino se convirtió en el más extenso de entre todos los Príncipes de los Noldor, superando incluso los dominios de Fingolfin, Rey Supremo de los Noldor. Gran amistad hizo con Círdan y su pueblo y para su aliado Finrod edificó la torre de Barad Nimras con el objeto de vigilar un posible ataque conducido a través del mar.

Eran estos tiempos felices para el Rey de Nargothrond pues tras la Dagor Aglareb, en el año 60 P.E., se había iniciado el Sitio de Angband, y Beleriand prosperaba y disfrutaba de la paz que sobre ella se cernía. Durante mucho tiempo mantuvo su costumbre de cabalgar por las tierras libres de todo mal y se decía que llegaba aun a Ossiriand, donde hizo gran amistad con los Laiquendi, los Elfos Verdes, que allí vivían. Y así fue que en uno de estos viajes, y ya en el año 310 P.E., que Finrod se encontró con los Hombres de la Casa de Bëor el Viejo bajo las Fuentes del Thalos, quedando entonces asombrado por su descubrimiento ya que fue él de entre todos los Eldar el primero en tener conocimiento de su existencia. Rápidamente surgió el amor por Bëor y sus gentes, y éstos le llamaron Nóm (“Sabiduría”) en la lengua de su pueblo pues se maravillaban de los conocimientos que poseía. Durante un tiempo convivió con este pueblo de los Hombres, y ellos lo amaron y desde entonces lo tomaron por su señor y siempre se mantuvieron fieles a su casa.

Pero la llegada de los Hombres perturbó a los Elfos Verdes de Ossiriand y por ello buscaron el consejo de Felagund en este asunto, y éste reunió a todo el Pueblo de Bëor y los llevó a las tierras bajo el dominio de Amrod y Amras, y desde entonces se conoció a esta región como Estolad (“el Campamento”). Durante un año permaneció Finrod con estos Edain y al final regresó a su reino acompañado de Bëor, quien se mantuvo a su servicio hasta que le llegó la hora de su muerte. Poco después llegaron los Haladin y el Pueblo de Marach, y el Rey de Nargothrond los visitaba con frecuencia e incluso medió a su favor para que Thingol permitiera al Pueblo de Haleth asentarse en Brethil, y con el tiempo hizo muchos amigos y aliados entre las Tres Casas de los Edain que en el futuro fueron de gran importancia en los acontecimientos posteriores. Años más tarde Finrod mantuvo frecuentes conversaciones con Andreth, una mujer Sabia de la Casa de Bëor, con quien solía hablar de la misteriosa sombra de la que huían los Hombres y que tanto le inquietaba. Sin embargo, y pese a su insistencia, nunca llegó a comprender del todo las palabras de Andreth, y famosas fueron también sus divagaciones sobre las uniones entre los Elfos y los Hombres, teniendo lugar la última de estas charlas alrededor del año 409 P.E.

Tras un largo periodo de paz tuvo lugar la Dagor Bragollach, en el año 455 P.E., y en esta batalla Morgoth obtuvo una gran victoria logrando romper el Sitio de Angband. Angrod y Aegnor murieron durante los combates y Finrod quedó atrapado entre los enemigos en el Marjal de Serech, y en verdad que allí habría sucumbido de no haber sido por la heroica defensa de Barahir y sus Hombres, pues levantaron un muro de lanzas a su alrededor y le ayudaron a regresar sano y salvo a Nargothrond. Como muestra de su agradecimiento Finrod juró a Barahir amistad eterna y como prueba de ello le entregó su anillo (ste Anillo estaba constituído por dos serpientes gemelas de ojos de esmeralda: sobre las cabezas había una corona de flores de oro, que una de las serpientes sostenía y la otra devoraba, según la insignia de la casa de Finarfin). A causa del desastre y la ruina causada por el ataque del Poder de Angband muchos de los Noldor buscaron refugio en Nargothrond y Celegorm y Curufin llevaron a los supervivientes de su pueblo al reino de Finrod, y durante varios años vivieron allí como huéspedes en las estancias del Rey.

Dos años más tarde Sauron toma por asalto la fortaleza de Minas Tirith, y Orodreth se ve obligado a abandonarla buscando refugio en los dominios de su hermano, pues tan sólo este reino (aparte del de Turgon y del de Thingol) permanecía a salvo por el momento del poder desatado de Angband.

Siguieron luego unos años de relativa calma pues si bien el triunfo del Enemigo fue demoledor también era verdad que había tenido grandes pérdidas entre sus ejércitos para lograr romper el Sitio, y durante algún tiempo Finrod pudo permanecer a salvo en su fortaleza de Nargothrond, pues aún no había sido descubierta por Morgoth. Pero en el año 465 P.E. ocurrió un hecho decisivo en el devenir de Finrod, pues ocurrió que a Nargothrond llegó Beren, hijo de Barahir, y enseñándole el anillo que años atrás diera Felagund a su padre le pidió ayuda en honor al juramento realizado. Beren le habló de la muerte de Barahir y de su amor por Lúthien, y le contó que la única manera de que se le concediera la mano de su amada era llevándole a Thingol uno de los Silmarils que Morgoth portaba en su Corona de Hierro. Finrod escuchó apesadumbrado sus palabras y recordó entonces las palabras que antaño su hermana Galadriel le dijera, y recordó que su hora estaba próxima pero pese a todo decidió dar cumplimiento a su juramento y por ello no dudó en prestar su ayuda a Beren. Finrod contó a su pueblo que estaba en deuda con el Pueblo de Barahir y les habló de sus hazañas y del juramento que le obligaba a prestarles ayuda, pero Celegorm y Curufin, que, recordemos, habitaban por ese tiempo en Nargothrond, se rebelaron contra el Rey en cumplimiento del Juramento de Fëanor y con sus oscuras palabras sembraron el miedo y la desesperación entre los habitantes del reino.

Finrod se vio abandonado por los suyos y cedió la corona a su hermano Orodreth en tanto no regresara, y los hijos de Fëanor sonrieron pensando que dentro de poco podrían usurpar la corona y el trono del reino. Se dice que sólo diez de entre todo su pueblo se mantuvieron leales a Finrod, y con esta escasa compañía abandonó Nargothrond y viajaron rumbo a Angband. Durante el trayecto dieron atacaron un campamento de los Orcos y gracias a los poderes de Felagund cambiaron sus formas y su aspecto hasta hacerse pasar por sus odiados enemigos. Bajo esta apariencia se dirigieron hacia su objetivo pero sucedió que Sauron vigilada atento desde su torre de Tol-in-Gaurhoth, la antigua Minas Tirith, y al ver que este grupo de “orcos” tenía mucha prisa y viendo que no se detenían para darles novedades ordenó que fueran apresados y llevados a su presencia. Fue entonces cuando se libró una contienda que aún se recuerda en la Balada de Leithian, porque Finrod se enfrentó con Sauron con cantos de poder, pero al final se impuso el Hechicero, y viendo que se trataba de Elfos (pues Finrod quedó inconsciente y sus hombres perdieron su apariencia de Orcos) los arrojó a un foro oscuro bajo pena de muerte si no revelaban quiénes eran y qué propósitos les conducían.

Dice la leyenda que los Noldor de Finrod fueron devorados uno a uno por un lobo y que pese a todo ninguno reveló el nombre de su señor. Y así fue que sólo quedaron con vida Finrod y Beren, y cuando la bestia se dispuso a dar muerte al hijo de Barahir Felagund se libró de sus ataduras y luchó contra el licántropo hasta que le dio muerte. Beren estaba a salvo por el momento, pero las heridas sufridas en el combate por el Noldo eran mortales de necesidad y tras despedirse de su amigo murió en la mima torre que años atrás el mismo construyera. Tras su muerte, Beren, que fue rescatado de las garras de Sauron por su amada Lúthien, sepultó su cuerpo en una colina de Tol Sirion, y se cuenta que su tumba se mantuvo verde e impoluta hasta que sobrevino el cambio del mundo, a finales de la Primera Edad, momento en que quedó sepultada bajo las aguas.

Y así encontró su final Finrod el Fiel, el más hermoso y amado de la Casa de Finwë, y casi con toda seguridad el más noble de entre todos los Noldor, aunque también dicen los Sabios que a causa de sus buenas acciones los Valar lo devolvieron pronto de las Estancias de Mandos, y se canta que pasea feliz bajo los árboles de Eldamar en compañía de su padre Finarfin; y del mismo modo es muy probable que se reencontrara con su amada Amarië, con la que vivió feliz hasta el Fin de los Días.

Ciertos Maestros de Tradición señalaron en escritos menos conocidos que Orodreth era sobrino de Finrod puesto que en esta genealogía el que antes fuera su segundo hermano pasa a ser hijo de Angrod y se convierte en padre de Gil-Galad (y por tanto a Fingon no se le atribuye descendencia alguna)


Fuentes:

- El Silmarillion

- El Anillo de Morgoth

- La Guerra de las Joyas

- Los Pueblos de la Tierra Media

Felagund junto a los hombres de Bëor


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