Beren

Raza o especie: Hombre

Nacimiento: 432PE

Muerte: 466PE

Vuelve a la vida en 469PE, y muere definitivamente en Tol Galen en 503PE.

Padres: Barahir y Emeldir.

Casado con: Lúthien.

Hijos: Dior.

Grupos: Casa de Bëor

Objetos: Angrist, Silmaril, Nauglamír.

Otros nombres: Erchamion, Camlost.

Beren y Luthien
Beren es mencionado por primera vez como un proscrito, huyendo del poder de Morgoth que se extendía por Taur-nu-Fuin hasta los bosques de Brethil, donde su padre Barahir y su madre Emeldir habían huído con los restos de su pueblo. Allí estuvieron refugiados varios años, hasta que a la vuelta de una misión a la que su padre lo había enviado, Beren descubrió que el escondite de su gente había sido descubierto (por la traición de Gorlim el Desdichado) y habían sido asesinados.

Beren vagó por los bosques de Dorthonion, realizando grandes hazañas contra los Orcos. Tanto, que el propio Morgoth puso gran precio a su cabeza, hasta que Beren se vio obligado a huir hacia Gorgoroth, y de ahí a Doriath. Y fue en los bosques de Neldoreth donde Beren encontró a Lúthien, que bailaba sobre la hierba a la luz de la luna. Y todos los pesares desaparecieron del corazón de Beren, pues Lúthien era la más bella de los Eruhíni, hija del rey Thingol Mantogrís, y de Melian la Maia. Pero Lúthien se percató de la presencia del extraño, y huyó. Y Beren comenzó a vagar por los bosques, buscándola de nuevo. En varias ocasiones volvió a verla o escucharla, pero Lúthien siempre escapaba.

Hasta que un día la encontró cantando y bailando sobre una colina verde, la llamó en voz alta Tinúviel, que significa "Ruiseñor", hija del crepúsculo. Y Lúthien se volvió y lo miró maravillada. Y allí el destino de Beren y Lúthien quedó sellado, pues entre ellos surgió un amor que habría de perdurar por siempre, y que sería recordado en grandes canciones y leyendas.

Desde entonces, Lúthien y Beren se encontraron más veces en los bosques, y caminaban juntos. Pero Daeron el Bardo, que también ansiaba el amor de Lúthien, contó a Thingol lo ocurrido. Y el Rey mandó llamar a su hija y al extraño, pues consideraba una gran afrenta que un mortal deseara a su hija. Pero Beren anunció ante el Rey que deseaba casarse con su hija, lo cual enojó aún más a Thingol, quien encomendó una misión absolutamente imposible a Beren, en la que estaba seguro que perecería: Recuperar uno de los Silmarils de la misma corona de Morgoth. Esto hizo que sobre el reino de Doriath cayera la Maldición de Mandos.

"Pero Beren rió. –Por bajo precio –dijo– venden a sus hijas los reyes de los Elfos; por gemas y por cosas de artesanía. Pero si ésta es vuestra voluntad, Thingol, la cumpliré. Y cuando volvamos a encontrarnos, mi mano sostendrá un Silmaril de la Corona de Hierro; porque no véis por última vez a Beren hijo de Barahir."

Y Beren emprendió el viaje hacia Nargothrond, donde moraba Melkor Morgoth. Pero los Elfos de Nargothrond lo detuvieron y él, mostrando el Anillo de Felagund, pidió que lo llevaran ante Finrod Felagund, pues por el antiguo juramento, el rey de Nargothrond estaba obligado a ayudar al hijo de Barahir a recuperar el Silmaril. Pero en la corte de Finrod estaban entonces Celegorm y Curufin, quienes a su vez recordaron el juramento de Fëanor, su padre, de matar a todo aquél que tuviera en sus manos un Silmaril y no lo entregara a la estirpe de Fëanor.

Cediendo la corona en calidad de senescal a su hermano Orodreth, Finrod partió junto a Beren y otros diez fieles. Mataron unos Orcos y se pusieron sus ropas, y Finrod hizo que todos parecieran auténticos Orcos. Pero al cruzar el paso entre Ered Wethrin y Taur-nu-Fuin, Sauron se extrañó de la conducta de estos Orcos, y entonces libró una poderosa batalla con Finrod Felagund con cantos de poder. Finalmente Sauron se impuso, y Beren, Finrod y los suyos fueron despojados de sus disfraces y encarcelados en las mazmorras de Tol-in-Gauroth. Allí fueron interrogados uno a uno los diez hombres de Finrod, pero ninguno traicionó a su señor, por lo que fueron devorados por un Licántropo. Finalmente, cuando el Licántropo iba a devorar a Beren, Finrod se liberó de sus ataduras y mató a la bestia, pero también él cayó herido de muerte.

Y fue entonces, en el momento de mayor desesperación, cuando Lúthien, que había sido ayudada por Huan, llegó en busca de su amado. Sauron se percató de su llegada y, conociendo el destino del Perro de Oromë, que habría de morir ante el mayor Lobo que jamás hollaría la Tierra Media, tomó la forma de un espantoso Licántropo y los atacó. Pero Huan derrotó a Sauron, y éste huyó tomando la forma de un enorme murciélago.

Lúthien descendió a las mazmorras y allí rescató a Beren, y ambos enterraron el cuerpo de Finrod Felagund en la colina de su propia isla. Y Beren, determinado a cumplir la misión que Thingol le había impuesto, partió hacia Nargothrond junto con Lúthien y Huan. Pero fueron asaltados en el camino por Celegorm y Curufin, que los atacaron. Pese a que Huan debía lealtad a Celegorm, ayudó a Beren y Lúthien en la contienda y logró que los hijos de Fëanor huyeran, aunque finalmente Beren resultó herido. Al recuperarse, Beren emprendió de nuevo el viaje a Nargothrond.

Lúthien tomó entonces la forma de Thuringwethil, e hizo que Beren pareciera Draugluin, y así llegaron a las puertas de Angband, que custodiaba Carcharoth, el más poderoso de todos los Lobos. Lúthien lanzó un hechizo que durmió a Carcharoth, y ambos entraron en el salón del trono del Señor Oscuro. Beren se escabulló con su forma de lobo tras el trono, pero Lúthien fue descubierta por Morgoth. Entonces, Lúthien comenzó a cantar y bailar ante la mirada lujuriosa de Melkor, y el canto de Lúthien era un hechizo que durmió a todos en el palacio, incluyendo finalmente a Melkor. Despertó entonces a Beren y, con el cuchillo Angrist, extrajo uno de los Silmarils de la Corona de Hierro, consiguiendo así ambos la mayor hazaña jamás realizada por Hombre o Elfo.

Pero la codicia pudo entonces con Beren, quien intentó extraer los tres Silmarils engarzados en la Corona. Y el cuchillo se rompió e hirió a Melkor en la mejilla, despertándolo. Así fue que Beren y Lúthien emprendieron la huída. Pero Carcharoth también había despertado, y Beren se enfrentó al Lobo con el Silmaril en la mano. Entonces, Carcharoth mordió la mano de Beren, tragándose mano y Silmaril. La Joya hizo arder las entrañas del Lobo, volviéndolo loco. Y Carcharoth huyó matando a toda criatura viviente.

Lúthien y Beren fueron rescatados por las Grandes Águilas de Thorondor, y llevados de vuelta a Doriath, donde Beren fue sanado con gran dificultad por su amada. Y Beren se dio el nombre de Erchamion, que significa "El Manco", y entonces regresaron a Menegroth.

Y allí, Beren habló ante Thingol, y le dijo que, tal y como había prometido, en su mano derecha estaba ahora uno de los Silmarils. Y Thingol escuchó su historia y comprendió que el amor de Beren y Lúthien no tenía límites, y decidió conceder finalmente la mano de su hija a Beren.

Pero llegaron entonces noticias de que Carcharoth, el Lobo, había entrado en Doriath, y que destruía todo cuanto se encontraba a su paso. Thingol, Beren y Huan, junto a Beleg Arcofirme y Mablung, partieron entonces para detener a la bestia. Y fue en un valle oscuro donde Carcharoth atacó a Thingol, pero Beren logró interponerse, y resultó herido mortalmente. Pero entonces llegó Huan, y se enfrentó al Lobo. Jamás desde entonces ha habido una lucha semejante entre Perro y Lobo. Finalmente, Huan derrotó a Carcharoth, pero a cambio de su propia vida. Entonces Mablung abrió el vientre de Carcharoth y rescató el Silmaril, que puso en la mano de Beren, lo que reanimó al Hombre. Y Beren se lo entregó a Thingol tal y como le había prometido.

Pero Beren estaba herido de muerte, y lo llevaron de vuelta a Menegroth, donde pudo dedicar unas últimas palabras a Lúthien antes de morir. Y ella le dijo que lo esperara en la orilla del Mar Occidental.

Y aquella misma primavera, el espíritu de Lúthien abandonó su cuerpo, y viajó a las Estancias de Mandos. Lúthien cantó ante el Vala la más emotiva y triste canción, y Mandos se conmovió, e hizo que los amantes se reencontraran. Pero hubo de pedir consejo a Manwë, pues no podía retener el espíritu de Beren, un mortal. Y fue así que Lúthien tomó la decisión de compartir el Destino de los Hombres y volverse mortal, para estar junto a Beren por siempre. Y Manwë buscó en lo más hondo de sí mismo, donde residía la voluntad de Ilúvatar, e hizo que ambos volvieran a la vida durante un tiempo.

Lúthien y Beren reaparecieron, vivos de nuevo, en Doriath en el año 469. Y de allí viajaron a Tol Galen, donde tuvieron un hijo al que llamaron Dior, el Medio-Elfo, pues en él se habían unido los linajes de los Elfos y los Hombres. Años después, en el 503 de la Primera Edad, ambos morirían definitivamente, compartiendo ahora su destino.


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