Galadriel

Raza o especie: Elfo Noldo

Padres: Finarfin y Eärwen de Alqualonde

Casada con: Celeborn

Hija: Celebrían

Hermanos: Finrod, Orodreth, Angrod y Aegnor

Grupos: Concilio Blanco, Guardianes de los Anillos

Objetos: Nenya, Espejo de Galadriel, Redoma de Galadriel, Elessar

Otros nombres: Artanis (Quenya "Mujer noble");Nerwen(dë) (Quenya, "doncella-hombre"); Altáriel ("Doncella enguirnaldada de un brillante resplandor"), Alatáriel(lë); Galadhriel, Dama de Lórien, Dama del Bosque, Dama de los Galadrim, Hechicera del Bosque de Oro, Dueña de la Magia, Dama Blanca

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El nombre de Galadriel en sindarin tiene el significado de “Dama de Luz”. Su padre le puso el nombre de Artanis (en Quenya "Mujer noble"), y su madre la llamó Nerwen(dë) (en Quenya, "doncella-hombre"). También fue conocida por su forma Quenya, Altáriel ("Doncella enguirnaldada de un brillante resplandor"), o por su forma Telerin, Alatáriel(lë), y como Galadhriel, Dama de Lórien, Dama del Bosque, Dama de los Galadrim, Hechicera del Bosque de Oro, Dueña de la Magia, Dama Blanca. Elfa Noldo, hija de Finarfin y Eärwen de Alqualondë; se parecía a su madre en mente y cuerpo, pues tenía los cabellos dorados de los Vanyar, un temperamento noble y gentil, y amaba a los Valar. Como todos los Noldor fue discípula de Aulë, el Vala herrero, pero también de Yavanna, la Valie de los Bosques, de quien obtuvo gran parte de sus habilidades y conocimientos. Fue la más grande entre los Noldor, quizás excepto Fëanor, aunque más sabia que él, y su sabiduría creció con los años. Era más alta que otras mujeres de los Noldor, y fuerte de mente, de cuerpo y de voluntad, y era orgullosa y resuelta. Hermosa aún entre los Eldar, su cabello era una maravilla sin par. Era dorado como el de su padre y su antecesora Indis (Vanyar), pero más espeso y esplendoroso porque en su oro había un matiz que recordaba a la plata de su madre (Teler), de forma que los Eldar decían que la luz de los Dos Árboles, Laurelin y Telperion, había quedado enredada entre sus trenzas. Fëanor contemplaba sus cabellos con asombro y deleite, y tres veces le pidió una trenza, pero Galadriel no quiso darle ni siquiera un cabello. Muchos opinaban que de ellos obtuvo Fëanor la idea de capturar y mezclar la luz de los Árboles, lo que más tarde cobraría vida en sus manos como los Silmarils. Desde joven tuvo el don de penetrar en la mente de los demás, pero juzgaba a todos con clemencia y comprensión, y a nadie negaba su buena voluntad salvo a Fëanor, pues advertía en él una oscuridad que odiaba y temía. Nunca se tuvieron gran cariño, enfrentándoles también la llamada “Marca de Fëanor”. Tras el robo de los Silmarils y la muerte de Finwë por Melkor, se unió a la rebelión de los Noldor y la marcha contra Morgoth encabezada por Fëanor para vengar la muerte y recuperar los Silmarils, contra la voluntad de los Valar, y seguramente también animada por tener sueños de lejanas tierras y dominios que poder gobernar, pero no quiso pronunciar el juramento de Fëanor. Aunque su padre se arrepintió y decidió dar la vuelta, ella continuó junto con las huestes de su tío Fingolfin, y siguió adelante incluso cuando Fëanor provocó la matanza de Alqualondë y quemó las naves, obligando a los demás a cruzar los terribles hielos del Helcaraxe. Ella luchó defendiendo a los Teleri, pero abandonó Valinor, desobedeciendo a los Valar, por lo que le alcanzó la Maldición de Mandos aun sin haber tenido parte en la matanza. “... Y a aquellos que resistan en la Tierra Media y no comparezcan ante Mandos, el mundo los fatigará como si los agobiara un gran peso, y serán como sombras de arrepentimiento antes que aparezca la raza más joven.” En la Tierra Media, en uno de sus viajes, Galadriel y su hermano Finrod se dirigieron al reino de Doriath, donde reinaba el rey Thingol y su esposa Melian con quien Galadriel trabó una gran amistad, y cuyas enseñanzas la hicieron crecer en poder y sabiduría. Finrod, admirado de las cavernas del rey, marchó de allí y construyó su propia morada, Nargothrond, aunque Galadriel no lo siguió porque en Doriath conoció a Celeborn, se enamoraron y acabarían casándose, y teniendo una hija, Celebrían. Tras la ruina de Doriath, antes de la caída de Nargothrond, cruzó las Montañas Azules con Celeborn, huyendo a las Bocas del Sirion, donde vivieron hasta el comienzo de la Segunda Edad. En la Segunda Edad, tras la derrota y encadenamiento de Morgoth, se estableció junto con Celeborn y su hija Celebrían en Lindon y se negó a volver a Valinor por amor a Celeborn, y quizás también por orgullo, por lo que se le prohibió el regreso a las Tierras Imperecederas. En el siglo VIII de la Segunda Edad se desplazan hacia el Este, al Reino de los Herreros Elfos en Eregion, yendo con ellos Celebrimbor, gran artesano hijo de Curufin y nieto de Fëanor, fundador de la poderosa hermandad de los Gwaith-i-Mírdain , buscando conocer las técnicas más poderosas. A ellos de acercó Annatar, un supuesto enviado de los Valar de bella presencia que se contaba entre los Maiar de Aulë, y les enseñó a forjar los Anillos del Poder. Annatar, que en realidad era el mismo Sauron, no pudo engañar a Galadriel que desconfiaba de él, por lo que incitó a Celebrimbor y a los artesanos a rebelarse contra Galadriel y Celeborn y tomar el mando de Eregion. Por ello, Galadriel cruzó las Minas de Moria y llegó al país de Lórien, pero se cree que Celeborn no la acompañó y prefirió quedarse en Eregion y no entrar en las Mansiones de los Enanos, pues sentía gran antipatía por su raza, a la que nunca perdonó su culpa en la ruina de Doriath. Poco después, al ponerse Sauron el Anillo Único, Celebrimbor descubrió por medio de los Tres la verdadera identidad de Annatar, y buscó a Galadriel en busca de consejo. Los anillos debían haber sido destruidos, pero como los herreros elfos no tenían el poder para hacerlo, le aconsejó que los escondiera de Sauron. Le entregó a Galadriel el Anillo de Agua, Nenya, hecho de Mithril y que contenía una piedra de diamante, y el de Aire y el de Fuego los envió lejos de Eregion, confiándoselos a Gil-Galad, en Lindon, que le daría el Anillo Azul a Elrond, nombrándole viceregente de Eriador, y el Anillo Rojo a Círdan, Señor de los Puertos Grises. Galadriel, que añoraba el Mar, abandona Lórien y se dirige a Imladris en busca de Celeborn, donde se reencuentran y permanecen durante un tiempo. Elrond conoce a Celebrían y se enamora de ella, pero nada dice entonces. Es en esa época cuando, a instancias de Galadriel, se celebró el primer Concilio Blanco. Después se dirigen a Belfalas, y vivieron en el lugar que luego se llamaría Dol Amroth. En la Tercera Edad, después de la Guerra de la Última Alianza en la que Sauron es destruido y el Anillo Único se acaba perdiendo, vuelven a Lórien. Tras la muerte sin herederos de Amroth, Rey de Lórien, son aceptados como tales, pero se niegan a ostentar el título de Reyes, diciendo que sólo eran guardianes del pequeño reino. Galadriel usa entonces el Anillo de Agua “Nenya” para aumentar sus poderes, y con él y gracias a las enseñanzas recibidas en Doriath con la Cintura de Melian, cerca Lothlórien con un encantamiento que lo protegió de invasiones. También consigue que los Mallorn recobren su esplendor. Gracias al poder del anillo, las cosas no se deterioran, y Lórien se convierte en el más hermoso de los países de los Elfos, un enclave de paz, donde se preservó la memoria de la antigua belleza de Valinor, sin mancha ni decadencia, y donde el tiempo parecía transcurrir de forma diferente. En el año 109, Elrond y Celebrían se casan, y de esa unión nacerían los gemelos Elladan y Elrohir, y después, Arwen. Durante la Guerra del Anillo (del 17 de Enero hasta el 16 de febrero de 3019), Galadriel prestó ayuda y refugio a los miembros de la Compañía del Anillo (una vez que salen de Moria, tras la pérdida de Gandalf). Resistió la tentación de hacerse con el Anillo Único, ofrecido por Frodo cuando le permite mirar en el Espejo de Galadriel. Al marcharse la Compañía, les hicieron importantes regalos a los miembros del grupo: capas élficas con broches para mantenerse ocultos, cuerdas de hithlain cuyos nudos no se soltaban hasta que quien los había hecho así lo quería, y lembas, el pan élfico del camino. Pero luego, al despedirse, ella misma entregó personalmente regalos a cada uno de ellos: a Aragorn, Elessar, la Piedra de Elfo, prueba de aceptación de su futura unión con Arwen; a Boromir, un cinturón de oro; a Pippin y Merry, cinturones de plata con broches de oro; a Legolas, un arco de los Galadrim con cuerda hecha de cabellos élficos, y un carcaj de flechas; a Sam, una cajita que contenía tierra de Lórien y una sorpresa que descubriría en La Comarca: una semilla de Mallorn; a Gimli, que le pidió un cabello como el mayor de los tesoros, le regaló tres; y a Frodo, el último en orden pero no en sus pensamientos, un frasco de cristal en el que había recogido la luz de Eärendil tal como apareció en las aguas de su fuente: el Frasco de Galadriel. Durante la Guerra del Anillo, Lórien resistió tres ataques de orcos dirigidos desde Dol Guldur (en el Bosque Negro), por lo que, al finalizar la Guerra, Celeborn y Galadriel se apoderaron de la fortaleza de Dol Guldur y la derribaron (28 de Marzo de 3019), saneando el Bosque Negro, que volvería a llamarse Bosque Verde o Eryn Lasgalen (Bosque de las Hojas Verdes). Tras la Guerra, en el día del solsticio de verano, asistieron al enlace entre Aragorn, Rey Elessar, y Arwen Undómiel en la Ciudad de los Reyes, y luego regresan a Lórien por el oeste de las Montañas Nubladas para poder conversar con Gandalf y Elrond. Y por haber sido capaz de superar la prueba de la tentación del Anillo Único, y también por su constante enfrentamiento a Sauron, le fue permitido el regreso a Valinor al final de la Tercera Edad. Por ello, el 29 de Septiembre de 3021, Galadriel emprende su viaje de retorno a las Tierras Imperecederas, saliendo desde los Puertos Grises en un barco élfico construido por Círdan, junto con el mismo Círdan, Elrond, Gandalf y Frodo, pero su esposo Celeborn no la acompañó, ya que decidió permanecer algún tiempo más en la Tierra Media.


Y ahora al fin llega. ¡Me darás libremente el Anillo! En el sitio del Señor Oscuro instalarás una Reina. ¡Y yo no seré oscura sino hermosa y terrible como la Mañana y la Noche! ¡Hermosa como el Mar y el Sol y la Nieve en la Montaña! ¡Terrible como la Tempestad y el Relámpago! Más fuerte que los cimientos de la tierra. ¡Todos me amarán y desesperarán!





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